Capítulo 20

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KRISTAL

Me siento..., ¿atrapada?

Secuestrada mejor dicho.

Entre que el conde está delante de mí, Veryer detrás y Wenddy a mi lado; es como si tuviera una escolta personal. Me quejaría, pero es que soy la más débil de aquí, y digamos que de esta manera estoy más protegida.

La seguridad ante todo.

<<Estúpida, no pensaste lo mismo al huir del castillo, tonta>>.

—No puede haberse ido muy lejos —murmura Veryer mirando el entorno.

Nos hemos adentrado a un bosque, eso le da la ventajas al enemigo en esconderse y atacar cuando más o menos esté recuperado. Esta zona vegetal no está muy alejado, es más, está justamente detrás de la calle en donde Veryer y yo fuimos atacados.

—Ya está apunto de anochecer... —habla Wenddy mirando hacia arriba—. Kristal —me llama ella haciendo que gire la cabeza en su dirección—, ¿tienes algún otro dato que se pueda decir de él?

No sé, los datos me vienen sobre la marcha y no todos de una. Tengo demasiadas cosas metidas en la cabeza que no puedo sacarlas al mismo tiempo aunque sea de un mismo tema, necesito detallar algo que me haga recordar sobre aquello.

—No lo sé, creo que ya es todo..., pero no estoy segura —respondo volviendo mi vista al frente en donde camina el conde.

Ahora solamente nos queda fiarnos de sus oídos finos. Lo único que puedo hacer es rezar a que no anochezca del todo, sino nos esperará una dura batalla en donde no estaremos en ventaja para nada. Bueno, eso tampoco porque puedo intentar invocar a Solar de nuevo —repito, intentar—, pero creo que ese dato el enemigo ya se habrá dado cuenta, por lo que lo más probable sea o que aproveche y huya o que intente matarme a mí la primera.

Ay Dios mío, ¿dónde me he ido a meter? Yo solamente quería hacer amigos y conocer el mundo, no ser un saco de cebo para que me vengan a matar.

El conde detiene sus pasos y, por ende, nosotros también. Seguramente habrá oído algo, pero no conseguimos detallar nada. Aunque no haya anochecido del todo, en el bosque, gracias a la penumbra que nos trae los árboles, es todo más oscuro. Automáticamente, mis manos se sitúan en mi bolsito en donde guardo mi arma. El albino parece darse cuenta de aquello y me mira de reojo como queriendo saber qué pretendo hacer.

—Puedo daros un poco de luz, pero no será muy duradero —explico sacando la carta de las luciérnagas. Él asiente—. Carta Celestial de la luz, alúmbrame el camino; luciérnagas.

Es una invocación bastante fácil, no consume mucha energía ni tampoco se necesita mucha concentración. La carta brilla formando un círculo mágico y de ella salen muchas, muchísimas luciérnagas que se van expandiendo por el bosque entre los árboles. ¿Ilumina? Sí, pero solamente durante unos momentos, por eso debemos ser rápidos ya que esta invocación es un tanto especialita; si no pasa cierto tiempo, la carta queda bloqueada hasta que se permita de nuevo su uso.

Volvemos a tomar el rumbo pero esta vez a pasos más lentos y con más cautela. El señor esquelético ese seguramente se habrá dado cuenta de que ya estamos aquí y en cualquier momento podría atacar.

Noto que alguien me estira de la maga de mi vestido, dirijo mi mirada en su dirección encontrándome solamente su nuca ya que sus ojos amarillos se mantienen atentos en los alrededores. Automáticamente me cojo de su brazo para no separarme de él y así seguimos caminando un poco más teniendo el conde de guía.

<<Ya está casi de noche...>>

—Kristal.

La llamada del conde en voz baja me sobresalta un instante y en ese momento aflojo un poco el agarre de su brazo sin soltarlo del todo. No me había dado cuenta de que le estaba apretando con cada vez más fuerza por los nervios.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2021 ⏰

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