Enséñame el camino- Naruhina

El sótano

Naruto no paraba de caminar de lado a lado, Sakura revisaba a los intrusos a ver si se encontraban bien, Sasuke se había ido para ir a entrenar a los niños evitando que nadie sospechara nada y acordó con Sakura estar en un sitio exacto después. Hinata estaba sentada en una esquina de aquél extraño y pequeño sótano que a penas se iluminaba por un poco de luz que venía desde las escaleras y una pequeña bombilla que colgaba del techo, esta alumbraba a la pareja atada a las sillas y a una Sakura muy apresurada, en un minuto la pelirosa ya se había despedido de sus amigos y había salido del sótano casi corriendo para llegar a tiempo donde Sasuke.

Naruto-- Hinata-chan, ¿no recuerdas a ese chico de allí?

La voz de Naruto era áspera y un poco ronca, la rabia se notaba en su caminar y más al señalar con un fuerte movimiento al chico atado. Hinata negó con la cabeza y curiosa se levantó acercándose al señalado.

Hinata-- ¿A caso tendría que saber quién es?, es un chico realmente guapo. Por cierto, ¿yo aquí tengo pareja?, de esta realidad no tengo recuerdos más que sobre Hitori ayer...

Naruto la miró a ella y luego a Akio, estaba realmente cerca de ese hijo de puta y él en el fondo sabía que si ella se enteraba de lo que le hizo ese hombre que parecía tan indefenso le daría la paliza de su vida. Pero los nervios se apoderaban del rubio al ver a la hermosa chica que estaba también atada, teniendo flashbacks de ella a su lado, por algún motivo en esos momentos en su adolescencia con aquella rubia sintió lo mismo que sentía actualmente con Hinata pero no de manera tan intensa.

Algo lo hizo enfadar más, no pudo evitar acorralar a Hinata contra una pared del sótano cuando vió cómo la chica pasaba su mano de una manera sutil por el pelo de Akio hasta deslizar la misma hasta su perfilada mandíbula. Para poder mirar a Naruto tuvo que levantar la cabeza, una expresión de frustración inundaba el rostro del Uzumaki, realmente se puso celoso y molesto al ver lo que hacía, pero no la podía culpar, ella no sabía que estaban saliendo juntos desde hace mucho.

Hinata-- Naruto-kun...

Naruto-- ¡Tú estás saliendo conmigo, no lo mires de esa manera!

Un sonrojo apareció en las mejillas de la pelo azabache, a ella en su realidad le gustaba Menma y sí que salía con él pero no pensó que saliera con el Naruto de esta realidad. Un recuerdo llegó a la mente de la Hyuga, se retorció del dolor pues la cabeza empezó a dolerle mucho, puso con fuerza sus manos en la cabeza mientras se deslizaba por la pared hasta quedarse agachada en el suelo, Naruto confundido se agachó a su lado poniendo su mano en un hombro de la ojiperla.

Naruto-- ¡Hinata!

Los recuerdos de la noche anterior recorrieron la mente de Hinata, aquél momento romántico con Naruto, la conversación distorsionada con Sakura... Ahora recordaba algunas cosas más, todo tenía un poco más de sentido para ella, esos celos de Naruto tenían más sentido para ella recordando las lindas palabras que le regaló con amor. Después de unos minutos el dolor desapareció por completo, con lágrimas en los ojos y apretando su pelo con fuerza miró a los ojos azulados del rubio que tenía delante, dándose cuenta de la preocupación y aflicción que tenía el chico.

Hinata-- Perdóname...

La pequeña y femenina mano de la Hyuga acarició la mejilla de Naruto, marcando con suaves trazos de sus dedos las líneas en la misma, Naruto no pudo evitar sonrojarse con aquella muestra de amor, ¿se habría acordado de algo?, sin darse cuenta él ya había acercado sus labios al de la joven la cual con el mismo gesto juntó sus labios al del chico formando un suave beso. Duró un par de minutos y fue muy suave, una muestra de amor en toda regla, el Uzumaki limpió las lágrimas del rostro de la chica con delicadeza y le regaló una sonrisa que la hizo sentir más tranquila.

Naruto-- No llores... ¿Estás bien, te sientes mal?, si quieres ve a recostarte a tu habitación y yo hago guardia

Hinata negó con la cabeza y se puso de pie sincronizada con Naruto, casi al mismo no tiempo.

Hinata-- Tenemos que hacerlos despertar ya y averiguar por qué nos espíaban y luego ir a entrenar los niños, no puedo ir a descansar sin haber cumplido con mis deberes