Nervios

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Caminando por ese precioso lugar cuesta arriba terminaron presentandose ante los gobernantes y yendo al interior de aquella mansión, los cuatro ninjas llevaban bolsas dentro de sus equipajes llenas de kunais y otras armas ninjas que serían eficaces para el entrenamiento que darían a los respectivos aprendices. La actitud de los gobernantes y la de su hija eran como polos opuestos, mientras sus padres hablaban con dulzura y confianza ella solo asentía o negaba con su cabeza sin mostrar expresión alguna, por alguna razón parecía Sasuke versión mujer y con pelos coloridos.

La chica evitaba hablar pero cuando era necesario lo hacía, sus padres les contaron los planes que tenían para el entrenamiento de la nueva generación del pueblo y pidieron que se quedaran unas tres semanas más ofreciéndo una buena cantidad a cambio y asegurando que esto sería comunicado al Hokage el cual les permitió que se quedaran un mes máximo si el gobernante lo deseaba, los cuatro ninjas estaban de acuerdo y después de unas tres horas de charla y enlaces amistosos con los gobernantes, fueron guíados por Hitori a una casa que estaba a unos metros de la mansión  Yukanawa, tenía las mismas paredes de barrera alrededor de la casa y la misma puerta de roble. Al llegar esta les entrego a cada uno una copia de llaves de la puerta de roble.

Hitori-- Esta va ser la residencia en la que ustedes se alojaran durante este mes, cuiden esas llaves para que no se queden sin poder entrar y sean discretos. En la casa hay diferentes habitaciones en elección de la que prefieran y está todo lo necesario para dos hombres y dos mujeres, como productos de higiene, ropa, artículos de belleza femenina y también cuenta con alimentos, todo esto a cuenta de los Yukanawa quienes estamos agradecidos por la ayuda que nos sirven. Mañana a la mañana me presentaré para darles los horarios de clase a cada grupo de niños, también se me ha informado de que hay un ninja médico entre ustedes, ¿no?

Sakura-- Sí, yo, señorita Yukanawa.

Hitori-- Llámenme Hitori, las cordialidades les cansarán en un mes y prefiero que me vean como una compañera. Sakura-san, tú te encargarás de enseñar primeros auxilios básicos a otro grupo, y si se puede al resto también.

Sakura-- Por supuesto, Hitori-san.

Hitori-- Quiero que entiendan que ustedes también nos servirán de apoyo por si llega a haber algún problema como un ladrón intentando adentrarse a nuestro hogar, por eso la residencia Yukanawa está tan cerca de esta casa, así estaremos más seguros. Si tienen alguna duda pueden encontrarme en la calle principal o en mi casa, con mucho gusto resolveré dudas y ayudaré en lo que pueda, aunque no lo crean estoy muy emocionada de que nuestra población pueda aprender el arte ninja y por eso... ¡Muchas gracias!

La joven hizo una reverencia en ton de agradecimiento, los integrantes del equipo 7 se quedaron sorprendidos al ver a Hinata dar un paso adelante y con un gesto suave tocar el hombro de la joven la cual lentamente se puso recta y por una vez en todo el día su rostro cambió de seriedad absoluta a un gesto de sorpresa.

Hinata-- ¡Daremos nuestro mejor esfuerzo y prometo que saldrá bien!

Lo dicho por Hinata le transmitió ternura a las personas que tenía alrededor, una sonrisa dulce y un color rosado pintaba sus mejillas blancas como la porcelana, la pelinaranja dejó ver una gran sonrisa en su rostro mientras dejaba caer un par de lágrimas. Todos se quedaron boquiabiertos al ver cómo la joven Yukanawa rodeaba con fuerza la espalda de la Hyuga y sollozaba enterrando su rostro en su hombro, mojando su camisa de lágrimas, al contrario de lo que el equipo siete pensaba, Hinata no sintió incomodidad ni nerviosismo al ver la reacción de la adolescente, al contrario acarició el pelo de la joven correspondiendo a su abrazo y calmándola.

Naruto sentía que su pecho iba a estallar, esa era la chica de la que se enamoró, conforme y empática y para nada desagradable, se veía hermosa consolando a aquella chica que conocía de horas como si fuese su hermana, el aura maternal que emitía logró calmar a Hitori la cual avergonzada, lentamente se separó con afecto y nostalgia de los brazos de la Kunoichi. Pero eso no calmó a Naruto, la respiración del rubio se hizo más pesada al ver cómo Hinata volvía a su lado con esa hermosa sonrisa que siempre regalaba al que la viera, se fijó en el hombro mojado de Hinata la cual nunca mostró asco ni ninguna actitud mala.

Hitori-- Hinata-san... Yo... Perdón, te he incomodado y he actuado como una cobarde al llorar frente a ustedes, te ofrezco mis más sinceras disculpas...

El rostro de Hitori estaba rojo, sentía vergüenza, al finalizar sus palabras miró a Hinata a los ojos y se percató de que la peliazul tenía una ceja arqueada dando un gesto de confusión y miraba hacia ella asintiendo repetidamente con la cabeza con mucha delicadeza y suavidad como solo ella sabía expresarse.

Hinata-- Hitori-san, no pidas perdón puesto que no me ha molestado lo más mínimo y no pienses que llorar es de débiles, en eso estás errónea pues hasta la persona más fuerte llora y no es algo de qué avergonzarte...

La pelinaranja sonrió sincera de vuelta, dándole las gracias a Hinata la cual se sonrojó y recordó que sus compañeros la miraban, se volteó a mirarlos y sintió las miradas del equipo 7 en ella, se puso tan roja que parecía que le iba a dar un golpe de calor.

Hitori-- Gracias a los cuatro, si me disculpan tengo que volver a mi casa, mis padres se van a preocupar. Que pasen una buena estancia y nos vemos mañana, buenas noches.

Hitori se fue casi que corriendo a su hogar, pero esta vez con una mueca de felicidad, algo que sorprendió a los guardias al verla entrar y a sus padres los cuales desde hacía años no la veían sonreír con naturalidad.

Enséñame el camino- NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora