CAP 8

9 2 0
                                    

- ¿Quién está en peligro? - - ¡Todos! ¡No hay tiempo que perder! Continuamos corriendo hasta que me acordé de una cosa. - ¡Espera Inuyasha! Haremos lo siguiente: Cuando lleguemos, yo me llevaré a Kanna al jardín donde tú nos esperaras. Tú, la tendrás que distraer durante un tiempo y cuando yo y las demás empecemos a recitar un texto tú te vas corriendo hacia dentro del edificio ¿me has entendido? ¡Pobre de ti que no lo cumplas! - -Y ¿Por qué tengo que hacer de marioneta e irme cuando empecéis a hablar? – Pues porque eres el único que conoce a Kanna e necesito alguien fuerte y de confianza como tú. Respeto a cuando empezamos a hablar... Créeme, hazme caso. Es por tu bien. -

Al llegar, vimos a todo de gente tirada por el suelo sin alma. Me espanté, así que fui con mi primo corriendo a la habitación de nuestras pequeñas ayudantes y después a la mía y la de mis compañeras. Todas tenían el mismo resultado. Inconscientes. Estaba a punto de llorar. El me vió y se notó que estaba preocupado. Por mí. Por todos - Esto ha sido obra de kanna- Afirmó para que reaccionara. - ¿Y cómo se hace para que vuelvan a su estado? - - El espejo. Tenemos que coger el espejo que lleva, allí están todas las almas. - Está bien. Cambio de planes. Tú la distraes y cuando menos se lo espere la atacó yo y le quitó el espejo. Entonces tú te vas con él a dentro y no tienes que salir hasta que yo venga a buscarte. - "Por qué está tan empeñada con que me esconda cuando empiece a luchar ella". "Ya te dije que no es de tu incumbencia" y se quedó de piedra. Su rostro lo decía todo. "Cómo es posible que haya oído lo que he pensado y como me lo ha dicho con... Con la mente." Eso es lo que decía ese rostro entre espantado y encuriosido. Pero al final lo convencí. Empezó el plan.

-Vaya Kanna... Cuanto tiempo... Veo que no has cambiado mucho... Sigues igual. Tú y tu espejo...- Ella entonces, mostro el espejo delante de Inuyasha. Ese espejo estaba muy lleno. Pero Aún podía absorber una anima. Solo quedaba un espacio que se suponía ser el mío. Y casi pasó. Por poco, el alma de Inuyasha, entra en ese espejo. Pero no pasó. Justo llegué a tiempo de quitarle el espejo. Cuando él recobró el sentido, le di el espejo y se escondió dentro del templo. Suerte, pensaba que no me haría caso. Pero tenía que ir por faena. Cogí mi collar en forma de estrella con una flor de agua azul y empecé a recitar un conjuro que la gran sacerdotisa me enseñó en forma de alma. Pero no salió como pensaba. Al yo estar con mi cuerpo aun de humana y mis compañeras inconscientes no conseguí atraparla. Pero sí que pude espantarla. Seguramente Magatushi le contó a Naraku lo del colgante y Naraku se lo debió de explicar a Kanna. Sobtadamente, vi como un montón de luces blancas, seguramente almas estaban por todo el cuarto y al abrir la puerta todas estas se escaparon. – Kanna se ha escapado ¿verdad? - -Así es. Y el espejo... - Cuando entré a la habitación, liberé todas las almas que se quedaron atrapadas aquí no se el porqué. Kanna ha venido, lo ha cogido y desapareció. - ¿Que ha pasado? - Dijo Nagisa. - ahora ya nada, estáis bien? - - Si- dijeron a coro todas, se miraron y rieron. Sin más duda todas ellas conectaron. – Hannon, ¿qué ha pasado? - me preguntó Honoka - Kanna el demonio que acogiste os ha robado las almas. Tengo la sensación que es lo mismo que le pasó a tu castillo Misora. Más que nada por lo que nos has contado- - Y ¿él? ¿cómo ha podido venir hasta aquí? - Preguntó Misora.

- Bueno... Yo... No podía dormir y decidí ir a dar un paseo por el bosque, me choqué con él, hablamos y gracias a él estuve a tiempo de ayudaros. - Dije excusándome, pero eso no sirvió de mucho. - ¿QUÉ HAS ECHO QUE??? ¿TU QUE TIENES EN LA CABEZA? ¿¿¿AGUA HO QUE??? ¡¿TÚ SABES LO PELIGROSO QUE HA SIDO IENDOTE TU SOLA A ESTAS HORAS Y EN TU ESTADO DE HUMANA AL BOSQUE PARA DAR UN PASSEO?! ¿¿QUE SE TE HA METIDO EN LA CABEZA??- Dijeron enfuriadas Misora y Honoka. Normal. Ellas son las dos mayores de las 4. - Bueno, lo echo, echo está ya no se puede cambiar nada. Mejor vámonos a descansar que dentro de unas horas tenemos que partir. - - Yo os ayudaré. Si Kanna ha tenido algo que ver con lo que os ha pasado significa que Naraku también. Y yo y Naraku, tenemos unas cuentas pendientes. - Dijo Inuyasha que hasta entonces era un segundo plano. Pero antes de que yo pudiera decir nada Honoka salto: - Está bien. ¿Entonces mañana mientras Misora y yo vamos a buscar a Shanna para contarle lo que está pasando tú y tu primo iréis hacia el sur y pediréis ayuda echo? – "Pero si el sur está muy lejos de aquí... Pero lo más importante... ¿Dónde ha vivido Hannon durante todo este tiempo...?" "Cuando lleguemos lo sabrás" le dije con telepatía. Respeto a lo que dijo Honoka... Estaba tan decidida que no me pude negar.

A la mañana cuando ya estaba con mi aspecto normal nos dirigimos hacia la entrada. -Oye Hannon... ¿Te puedo preguntar algo? - -Claro, dispara- -Veras... Me gustaría saber... ¿Cómo sabes que Kagome rompió la perla? – Esta pregunta no me sorprendió de mucho. La verdad era otra... Pero no lo quería poner en peligro. Ya se que las mentidas no conducen a nada porque al final se sabe la verdad y todo es peor. Pero ahora mismo prefiero esto. – Las noticias vuelan muy rápidamente. Por eso lo supe. ¿Algo más? - Con eso, se quedó satisfecho, aunque veía que no me terminaba de creer. "Si supiera la verdad puede que... Pero que pienso. No puede ser. Prometí guardar el secreto. Además... Si lo supiera nunca estaría a salvo." -Ahora que lo dices... ¿Qué diferencia hay entre los guardianes superiores y los guardianes normales? - Se notaba tímido. Como si tuviera vergüenza no saber que era. – Tranquilo, es normal. Cuando vienen a pedir ayuda también se quedan con... ¿Y que es eso? Jajaja. - Hizo una pequeña sonrisa, pero parecía extrañado. -Antes de que me lo preguntes... ¿Te acuerdas de cuando te dije que nos tuvimos que separar hace tiempo e ir a vivir a distintos sitios? Pues por allí va la cosa... Cuando murió Kikyo... -Su expresión se entristeció y por unos momentos vi debilidad en él. Hacía tiempo que no le veía así...- Como iba diciendo, cuando ella murió, empezaron a aparecer muchos demonios y nos tuvimos que ir a vivir cada una en un sitio distinto. Una vez instaladas, acogeríamos a cualquier demonio, semidemonio o humano que nos pidiera ayuda. Solo tenían tres obligaciones. Convivir con la resta de gente, ayudar en las tareas y colaborar cuando necesitaríamos ayuda. Pero como venían en masa nosotras no pudimos controlarlo todo así que buscamos tres semidemonios cada una para que nos ayudara. Ellas son las guardianas superiores. Unas guardianas que serían nuestras confidentes y nos ayudarían en todo. Les enseñamos algún que otro "hechizo" por decirlo de alguna manera y poderes. En mi caso, acuáticos. Pero como veíamos que con nosotras cuatro no dábamos el abasto, decidimos que todos los demonios, y semidemonios de 50 a 500 años serian guardianes. En caso de los humanos serian de 9 a 17 años. Ellos tendrían distintas tascas. Los humanos ir a buscar la comida. Los semidemonios e demonios aparte de ir a buscar comida, también hacer guardias para proteger el reino y prepararse para cualquier peligro. No se si me entiendes...- -Creo que sí. La única diferencia entre los guardianes superiores y los guardianes normales es que los superiores saben más cosas tanto a nivel de secretos como a nivel de luchar. ¿Me equivoco? - -Muy bien. No, no te equivocas. Por cierto... Ya que estamos en preguntas... ¿Te puedo hacer yo una? - -Claro que sí, dime- - ¿Cómo sabes que por el olor se quién es Naraku? Es decir... Yo nunca lo he visto... - -Porque sé que cuando yo estaba luchando contra Magatushi... Tú estabas con Naraku. - Me quedé de piedra. No sabía que decir ni nada... como sabia eso... A caso Kagome y Shippo le contaron algo... - Antes de que saques conclusiones... Cuando iba hacia ti, vi como Naraku huía. Y no solo eso, el lugar estaba infectado por esa aura y de su olor. Tu olías a él. Pero no te quise decir nada porque sabía que si no me lo habías contado es porque no querías. - -Vaya... Pues me has pillado desprevenida... jajaja. Nunca hubiera caído en esto. Mira, ya llegamos.

Cuando salimos del largo túnel, él se dio cuenta de una cosa. Ese árbol... Le resultaba familiar. 

El secreto de Shikon (I parte) [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora