CAP 4

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Era Magatushi. – Vaya, vaya... Os veía más inteligentes, pero veo que no. Primero no ponéis ni una barrera como es de costumbre, sino que también involucráis a humanos y a una cría de demonio- Dijo en un tono de superioridad y con media sonrisa en la cara. Salí de la capilla y Honoka y yo, nos miramos. Teníamos que elegir. Si quedarnos a luchar aquí o irnos lejos para que no resultasen heridos. Si nos quedábamos tendríamos más ayuda, pero si nos íbamos pondríamos a salvo vidas. Después de tanto pensar me acordé de lo que le dije a Nagisa. "no te preocupes más, estoy bien con Honoka y Inuyasha y si me pasara algo, tu instinto nunca te fallará" en ese momento me quedé en shock. Magatushi lo aprovechó para atacarme, pero una flecha lo impedido. Esa flecha nos tocó a los 3. Hacía 50 años que no veíamos una de esas y pensamos que nunca más la volveríamos a ver. Eso significaba una cosa. Kagome (de dónde venía la flecha) si era la reencarnación de Kikyo y eso a Magatushi le supondría una amenaza. No me lo pensé ni dos segundos. Me lleve a Kagome y me fui corriendo junto a Honoka y Shippo para que no le pasara nada y estuviéramos a salvo.

-Aquí estaremos a salvo de momento. Kagome, me dejas una de tus flechas por favor- Dijo Honoka. - Si, aquí tienes. - -Oye Honoka, parece que Hannon ha empeorado...- se notaba muy preocupado. -No te preocupes Shippo, ahora está gastando todas sus fuerzas para que no nos encuentren- mintió Honoka. Sabía el que estaba pasando. Hoy era noche de luna llena, y en esa noche todas nos volvemos humanas. "Pero se está debilitando demasiado rápido. Puede que sea por el ataque anterior de Magatushi que se convertirá antes de que salga la luna en humana. En este momento Misora sería de gran ayuda." Pensó Honoka. "Ojalá estuviera aquí. ¿Cómo deben de estar?" Y se volvió nostálgica. Pero esa nostalgia duro poco porque oía la voz de Kagome. - Honoka, Honoka!!! ¿He Honoka estás bien? - - Eh? A Kagome, lo siento estaba pensando, ¿qué pasa? - le Respondió. - ¿Te puedo hacer una pregunta? Inuyasha y Hannon... ¿De qué se conocen? - Preguntó sutilmente. Honoka al oír eso, se rio otra vez de una manera muy dulce, - No te preocupes por eso ahora, hay cosas más importantes que eso. Pero entre Inuyasha y Hannon no hubo ni habrá nada- Le respondió y Kagome se quedó como más tranquila pero intrigada a la vez.

-- Mientras tanto en el jardín de flores de Honoka—

-Yôko, Sakura, Hanako, Aika tengo un mal presentimiento. Es Hannon está en peligro -. - Nagisa no te preocupes, está con su primo, Inuyasha la protegerá todo el rato- Dijo Aika intentando animarla, pero no lo consiguió. -Nagisa Yôko, quedaros aquí, sino se enfadará con vosotras- Suplico Hayako. -Yôko, Nagisa, si ahora os vais y resulta que sí que está en peligro, lo único que haríamos sería molestar porque nos tendrían que proteger y luchar- Intento explicar Sakura, pero no sirvió de nada. Nagisa y Yôko, eran muy cabezotas así que se fueron corriendo. Pero... Cuando llegaron al exterior de la cascada desaparecieron. Así, sin más. Pero no porque ellas querían... Sino porque alguien las raptó.

-- Donde estábamos refugiados--

De repente, sentí un aura. Diferente a la de Magatushi. Era fuerte, pero parecía distinta. Hay algo que daba mala espina. Al sentirla, abrí los ojos y sin pensarlo dos veces salí de la barrera a buscarla. Me daba mala espina y estaba tan débil que apenas podía andar, defenderme... Pero sentía que tenía que ir. No sé porque, pero presentía que algo malo iba a pasar. Estaba tan dentro de mis pensamientos que no me di cuenta de que alguien me seguía. Ese presentimiento se volvió verdadero. A muy poca distancia de mi había un tipo con una mirada triste, un aura fuerte sin duda, pero era un semidemonio. - Hannon, Hannon, Hannon... Por fin te puedo conocer. Me han hablado tanto de ti. Pero me parece que me han engañado. Me decían que eras muy fuerte pero tu aura no dice lo mismo. -¡¡¡¿¿¿SE PUEDE SABER QUIEN ERES??!!!- Le grité. Ese tipo me daba muy mala espina. - Ay lo siento, que maleducado soy, no me he presentado. Disculpa. Me llamo Naraku- Tenía un tono de superioridad. - A por cierto... - continuó- Me parece que alguien te quiere ver. -HANNON!!- Gritaron llorando. Eran Yôko y Nagisa que al verme se alegraron. - ¡¿NARAKU, SE PUEDE SABER PORQUE LAS HAS SEGRESTADO?! ¿QUE QUIERES? - grité enfadada. Hizo una media sonrisa- ¿Qué que quiero? Te quiero a ti. Bueno más bien dicho. Quiero tu poder- me atacó. Como estaba débil, lo esquive con mucha faena. No podía atacar. No tenía mucha fuerza y no me daba tiempo. Solo a esquivar. Al cabo de unos minutos que se hacían eternos estaba agotada, me atacó y esa vez no lo pude evitar. Supe que ese era el fin. Hasta que una brisa de viento muy fuerte hizo que el ataque se desviará. "¿Quién era? No. No puede ser. ¿Es ella? ¿De verdad es ella?" Cavilaba sorprendida. No era la única. Naraku, también se sorprendió. No se imaginaba quien podría ser. Pero si sabía que la cosa que hubiera hecho ese remolino era fuerte. Muy fuerte. Al ver que podría perder se fue dejando libre a las dos semidemonios que fueron corriendo hacia mí. Les pregunté cómo estaban y al ver que estaban bien, sentí un alivio profundo. Me ayudaron a levantarme y me fui donde estaba la persona misteriosa. Al verla, me alegré mucho y ella también. Corrimos y nos dimos un fuerte abrazo. -Hannon qué alegría- - Eso lo digo yo, te he echado tanto de menos, pensé que no nos volveríamos a ver- Yôko, no entendía nada. Nagisa en cambio, se imaginó quien era. Por lo que yo les hablaba solo podía ser ella. Misora, la semidemonio del viento.

El secreto de Shikon (I parte) [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora