13

3.1K 381 23
                                    

Jade

―¿De qué hablas? ―Alay no hizo intento de quitarme de encima. De hecho, me rodeó con un brazo como si temiera que fuera a caerme―. ¿Ese no es el que inauguran la semana que viene?

―Sí, es mío.

―¿Quieres robarte a ti misma? ―preguntó confuso.

―No, no, eso sería estúpido. Es de mi padre ―expliqué, nerviosa y emocionada a partes iguales―. Robaremos a mi padre y con mi parte montaré una empresa que le haga la competencia.

―¿Vas a montar un casino al lado del casino que robes? No creo que el plan esté muy pulido, Jade. No dudo que lo hayas meditado, al menos medio minuto yendo borracha ―bromeó―. Pero deberías darle un par de vueltas más.

―¡No! Escucha, Al. ¿Puedo llamarte Al?

―Llámame como quieras, princesa.

―Vale. Pues escúchame. Robaremos el Millerfort Palace el fin de semana del estreno y sacaremos pasta para todos de sobra. Obviamente no voy a montar un casino. Mi padre solo lo ha montado para desviar fondos, supongo. Iré a por la joya de la corona. Pero eso no es asunto tuyo. Esta semana aún trabajo para él, así que me encargaré de que haya suficiente dinero en el Millerfort Palace como para podernos retirar o lo que sea.

―No sé, Jade... ―murmuró.

Yo apoyé la frente sobre la de él y cerré los ojos. Me sentó bien notar a alguien tan cerca. De hecho, fue como si me estuviera abrazando. Y no recordaba la última vez que alguien me había tocado así, llenándome de calidez.

―Escucha. Tendrás a alguien dentro, será perfecto y saldrá bien. Después podrás largarte con la pasta, no tendrás que preocuparte más de mí. Por favor ―supliqué―. Necesito hacerlo. Le voy a demostrar que, sin mí, su imperio se hunde, aunque tenga que hundirlo personalmente.

Guardó silencio un momento, que no me atreví a abrir los ojos de nuevo para verle. No quería que volvieran a rechazarme ese día. Ya había perdido toda mi vida, no podría soportar que volvieran a dejarme fuera.

―¿Te sentirás bien con eso? Cuando se te pase la borrachera, quiero decir.

―Sí, te lo juro. No volveré a dejarte tirado y no me arrepentiré. Haré cualquier cosa que me pidas ―prometí.

―Está bien, si estás segura, nos reuniremos esta noche con el equipo para empezar los planes. Tenemos que ponernos en marcha ya, una semana es muy poco tiempo para un plan de este estilo...

Me atreví a mirarle entonces y él me dirigió una sonrisa tranquila. Me di cuenta entonces de que seguía encima, así que me quité lo más rápido que pude y me senté recuperando uno de los platos. De pronto me moría de hambre.

―Tendrás algo pensado ―le dije―. Ibas a dar un golpe grande, ¿no?

―Algo había pensado ―reconoció, mientras sacaba el móvil y escribía algo―. Nadie puede sospechar de ti, Jade. A los primeros que investigan tras algo así, es a los empleados descontentos... Deberías darle las gracias a tu padre por despedirte, o algo parecido. Dile que llevaba razón, que necesitas unas vacaciones.

Le miré enfurruñada por tener que fingir precisamente eso, pero supe que llevaba razón, no quería que me descubrieran por aquella tontería. Buscaría unos billetes para algún sitio pintoresco y daría las gracias a mi padre por darme la oportunidad de descansar. Aunque me quemase por dentro tener que ceder ante él.

―¿Dónde crees que debería no viajar? ―pregunté, recostándome en el sillón y subiendo las piernas sobre el brazo de este, mientras volvía a llenarme la copa.

Cuando vueles en alfombra - *COMPLETA* ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora