Escena 7: Primer beso

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El primer beso es un suceso importante para toda dama. Es uno de los recuerdos que atesorarán por el resto de su vida. Significa un antes y un después en una relación, especialmente si es con aquella persona con quien pasarán el resto de sus días. Así es, mi primer beso con Elizabeth debía ser memorable, después de todo soy un caballero. Tenía que ser especial, único y completamente mágico para cumplir con sus expectativas. De esa forma forma ella podría hablarlo con sus amigas y presumirlo...

Un primer beso entre dos personas que comenzaban a ser adolescentes. Un primer beso entre dos personas comprometidas desde pequeños. Un primer beso aparentemente inocente, tímido y sin otro sentimiento de por medio. 

Siempre pensé en ese primer beso como una obligación, algo que tarde o temprano debería cumplir en nombre de mi deber como caballero. Algo que debía cumplir para ser un prometido digno de la familia Midford. 

Nunca sentí mayor emoción con respecto al tema, después de todo siempre supe con quien tendría esa pequeña experiencia... Porque era mi obligación guardar ese primer beso para mi prometida. Una promesa a nuestro compromiso...Una promesa que ahora jamás podría cumplir, porque en ese mismo momento estaba experimentando mi primer beso. 

Sebastian unió nuestros labios en un toque suave y delicado, mientras una de sus manos recorría mi cabello lentamente. Mis ojos continuaban cerrados. No me atrevía a abrirlos. Realmente estaba teniendo mi primer beso. 

Al inicio simplemente me quedé inmóvil. No es como si supiera que debía hacer en ese momento... ¿Cómo se besaba? no era algo que hubiera podido practicar con anterioridad. Sin embargo ahí estaba, dejándome llevar por la exorbitante sensación que provocaban los labios de ese demonio sobre los míos. 

Sebastian era todo un experto sin duda. Comenzó a explorar cada rincón de mis labios al mismo tiempo que acercaba más nuestros cuerpos y se posicionaba en medio de mis piernas. Eso no era correcto... pero se sentía tan bien. Yo también deseaba sentirlo.

Comencé a seguirle el ritmo. Al inicio sin duda fui torpe en intentarlo, pero él me guió. Estaba teniéndome consideración por ser mi primera vez. Porque él no necesitaba preguntarme para saber si estaba robando mi primer beso. Lo sabía.

No nos separamos en ningún momento, parecía algo si quiera imposible de pensar. Solo existíamos nosotros en ese instante... Nosotros cumpliendo un anhelo prohibido que finalmente había salido a la luz. 

Sentí como mi cuerpo temblaba, traicionándome. No pude evitar dejar mis manos quietas. Las llevé con temor hacia el cuello de mi mayordomo para rodearlo. Tal acción solo lo impulsó a no detenerse. Le había dado permiso de seguir.

Aquel suave y tierno beso comenzó a intensificarse. Posicionó sus manos en mi espalda baja y me acercó a su torso. Ahora si no había distancia que nos separara.

Seguramente iba a arrepentirme de eso luego. Pero no es algo que me interesara pensar en ese momento. Mi mente estaba demasiado ocupada dejándose arrastrar en ese abismo de perfecta corrupción.

Mi cuerpo se sentía demasiado acalorado y mi corazón palpitaba en respuesta de aquella evidente descarga de adrenalina. Sebastian pareció leerme la mente, como siempre.

Separándose solo por breves momentos Sebastian comenzó a despojarme del listón que rodeaba mi cuello y a desabrochar los primeros botones de mi camisa. Esos pequeños instantes me permitieron recobrar el aliento para poder continuar.

Sus labios contra los míos eran una sensación indescriptible. No quería alejarme por ningún motivo.

Nuestros labios se unían y se movían al mismo compás. Pequeños sonidos y jadeos se escapaban, señal de la evidente ansiedad con que ambos nos besábamos.

No tenía intención alguna de apartarlo. Sin embargo, Sebastian fue quien lo hizo.

Se separó de mí finalmente, aunque no por completo. Mantuvo su rostro cerca del mío, uniendo nuestras frentes. Aquella separación me dio la oportunidad de tomar aire. Jadeaba por cansancio, aquello provocó una encantadora sonrisa en Sebastian. Podría haberme quejado por esa pequeña burla, no obstante mi concentración estaba puesta en la manera que su mirada no se apartaba de mí.

-Este será nuestro pequeño secreto... -Susurró finalmente sobre mis labios.

Tal gesto no ayudó a calmar mis sentidos.

-Será mejor que te ocultes... -Habló ante mi silencio.

Aquello me alertó ¿Ocultarme de qué? No hubo necesidad de preguntar. Una voz familiar se hizo presente.

-Buenos días... -Se hizo notar mi cocinero, o intento de cocinero. Su voz perezosa delataba que no tenía mucho de haber despertado.

-Buenos días Bard. -Respondió Sebastian de vuelta con toda la tranquilidad del mundo. Sin duda nadie sospecharía que hace unos segundos habia estado un poco "demasiado" ocupado.

Como siempre Sebastian tenia todo bajo control. En cuestión de segundos mi atuendo ya estaba arreglado y yo oculto en donde Bard no podría verme.

-¿Dónde está el resto? -Le cuestionó al americano. Refiriéndose a mis otros dos sirvientes.

-No tardaran en bajar.

Eso era malo sin duda. No podía permitirles encontrarme ahí... estaba seguro de que sería difícil actuar con normalidad.

-Bard ¿Podrías encargarte de limpiar acá? Debo ir a encargarme del Joven Amo.

"Encargarme" así es... yo era parte de su deber.

Bard asintió y sin refutar se dispuso a iniciar su deber. Estaba demasiado adormitada y distraído. Sebastian aprovechó esa oportunidad para sacarme de ahí.

Me cargó en sus brazos. Se sentía diferente a todas las veces que lo hizo en el pasado. O tal vez solamente era yo quien se encontraba nervioso.

No tardamos en llegar nuevamente a mi habitación.

Me bajó con delicadeza.

Tenía demasiadas preguntas y cosas que deseaba decir. Ni siquiera pude intentarlo.

-Lady Elizabeth estará acá en un par de horas para su cita acordada. -Dijo Sebastian.

Aquellas palabras me trajeron de golpe a la realidad...

-Deberías dormir... voy a atrasar tu hora de despertar habitual.

Realmente tú...

No dije ninguna palabra. No tenía absolutamente nada que decir.

Me di la vuelta, esperando a que él simplemente cerrara la puerta detrás de mí y me permitiera hundirme en mis pensamientos.

Pero entonces tú...

-Joven Amo. -Su voz fue suficiente para que mi cuerpo reaccionara y se detuviera.

-No olvides nuestro secreto... -Dicho eso prosiguió su camino. Dejándome completamente solo.

Mi cuerpo y mi mente eran un caótico problema. ¿Cómo se suponía que debía interpretar aquellas palabras? ¿Cómo se suponía que actuaría con normalidad el resto del día.

¿Cómo debía prepararme para mentirle a la señorita a quien nunca podría cumplirle la promesa de compartir un beso por primera vez?

Continuará

Acá les traigo nuevo cap en madrugada porque a esta hora fluyen mejor las ideas TwT espero la trama de esta historia les siga atrayendo porque tengo varias ideas por delante y esto apenas va comenzando!

Les agradezco sus votos y comentarios! Realmente me motivan a seguir escribiendo! Y pues nada espero todos se encuentren sanos y a salvo

Feliz dia!!!











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