Desperté un poco antes de mi hora acordada. Realmente había dormido sin problema alguno la noche anterior. No hubo ni un solo disturbio o pesadilla que atormentara mi mente y todo gracias a la compañía de él...
No había rastro de Sebastian por ninguna parte y no me sorprendió. Él tenía obligaciones que cumplir en la mansión y yo lo sabía mejor que nadie; jamás abandonaría el papel que por años llevaba interpretando solo para despertar a mi lado.
Miré el reloj que estaba a mi lado. Todavía faltaba una hora para que regresara a despertarme. Consideré el volver a dormir, pero sabía que mi mente no me dejaría tranquilo. Estaba seguro de que las imágenes de nuestro encuentro se colarían sin permiso, justo como lo estaban haciendo en ese momento.
Aún podía sentirlo todo con claridad; sus labios contra los míos, la manera posesiva en que parecía querer reclamarme, mis pensamientos que sugerían no haber tenido suficiente y finalmente... La manera en que había quedado dormido en sus brazos.
A medida que me permitía perderme nuevamente en aquellos cálidos recuerdos mi cuerpo comenzó a reaccionar sin espera alguna. Un calor envolvente comenzó a invadirme junto con un suave cosquilleo. Mi cuerpo ardía, pero no tanto como lo hacían mis labios. Instintivamente dirigí mis manos hasta dar un ligero toque sobre ellos. Los acaricié con temor, sin poder creerme todavía que realmente nos hubiésemos besado por segunda vez y eso me hizo cuestionarme si existiría una tercera. No estaba seguro. Todo lo que tuviese relación con Sebastian podía catalogarse como impredecible.
Negué con la cabeza y me obligué a apartar mi mano como si eso pudiese borrar lo sucedido. La culpa no tardó en aparecer, pero no por lo que había hecho, sino porque no me sentía ni un poco arrepentido.
Sabía muy bien que no era digno para alguien como yo el comportarse de esa manera y mucho menos tener esa clase de pensamientos. Estaba comprometido; comprometido con Elizabeth, la familia Midford y la corona inglesa. Tenía una imagen que mantener, responsabilidades que cumplir y aun así eso no me impidió ceder ante mis más oscuros anhelos. Si alguien se enterara...
Miré el reloj una última vez antes de decidir lo que haría a continuación. No podía quedarme en esa habitación con tantos pensamientos agobiándome. Necesitaba salir.
Bajé de mi cama y caminé hacia la puerta con un objetivo en mente; Dirigirme al jardín a despejarme un poco. Con suerte no me encontraría con Sebastian ni con ninguno de mis sirvientes y, siendo más entusiastas, tal vez de pronto una brillante solución me golpearía, porque necesitaba una. Necesitaba saber cómo debería proceder a continuación.
Fingir y mentir era la solución lógica. Era demasiado sencillo para mí actuar como si nada hubiese sucedido, después de todo mi sola existencia en esa mansión ya era una mentira. Ocultar lo que sucedió en una sola noche no significaría mayor problema. Podía lidiar con la culpa, solo significaría un peso más por cargar, solo sería otro secreto más que jamás podría revelar a nadie. Si hacía eso entonces todo volvería a ser como antes y mi vida tomaría el destino que elegí en el momento que pacté el contrato... Quizás ese era el verdadero problema. Ya no estaba seguro de querer eso.
En algún punto mis verdaderos pensamientos debieron haber tomado el control sobre mí, porque en lugar de dirigirme al jardín me sorprendí caminando hacia la cocina. Caminando en busca de él. No había ningún fundamento lógico en mi decisión, eso se estaba volviendo una costumbre últimamente. Solo me impulsaba el querer verlo.
Apresuré mi paso como si tuviese miedo de arrepentirme en algún punto. Me importó muy poco el sentirme nervioso por confrontarlo luego de lo sucedido, fue mucho más grande mi necesidad por saber si todo estaba bien entre nosotros.
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Never Forget
Fiksi PenggemarNever Forget El Conde Ciel Phantomhive se encuentra melancólico debido a que la fecha del momento que marco su vida está cerca...El día en el que lo perdió todo... Una fiesta se llevara a cabo semanas antes de "ese dia" y el Joven Conde no esta de...