Samuel
Estresado. Esa es la palabra perfecta para describir mi situación actual. No daba a basto con tantos estudiantes en el bar.
Esto no tenía comparación absoluta a los bares en los cuales trabajaba. Estaba todo fuera de control.
Además mi supuesta compañera de piso y trabajo se está tardando y en la barra solo habíamos tres personas para atender a grupos y grupos de chicos.-Samuel!- me llamó el jefe.-¿Donde se supone que está Lucrecia?- me dijo.
-No se, pero le aseguro que estará apunto de llegar.-dije mientras miraba el móvil para ver si tenía algún mensaje suyo o algo.
-No puede ser que siempre llegue tarde. Esta es la próxima vez que le advierto, pero como vuelva a llegar tarde la hecho a la Puta Calle!
-No hace falta que eche a nadie a la calle y menos a ella, yo me estoy ocupando por ahora bien del trabajo. No se preocupe.- dije intentando que se calmara el ambiente. No quería que echaran a nadie y menos a ella, que era la que me había conseguido el trabajo.
-Ya he llegado- dijo alguien detrás de mi. Claramente se trataba de ella, parecía fatigada. Como si hubiese corrido algo.
Me acerqué a ella.
-¿Donde te has metido?- le dije mientras le hacía una señal con la cabeza para poder ir a hablar con ella.
-He tenido que ir a casa a por una cosa y por eso me he demorado un tantito.
-Si estuvieras a lo que tendrías que estar, no tendría que defenderte delante del jefe.- Lo que le dije me pareció duro hasta a mi. Ella se quedó impresionada con los ojos abiertos.
-¡No quiero que me defiendas más!, se defenderme yo misma. No necesito a un machirulo como tú, entendistes?
Se fue. Me dejo con la palabra en la boca, fue hacia a los vestuarios.
Seguía pasando la noche y el jefe nos había dicho que tendríamos que quedarnos hasta que cierre el local. Eran más 11:30 y creo que todo esto todavía iba para largo. Y Lucrecia y yo no volvíamos a cruzar palabra desde lo de antes esto me estaba matando si incluso con lo del beso casi no nos hablábamos ahora mismo, ni si quiera cruzábamos miradas. Quería volver a estar con ella como al principio, con la Lucrecia que conocí.
Iba entrado y saliendo todo tipo de personas, desde gente de mi edad hasta personas de unos treinta años.
-Oye... Chico?- me dijo una chica de nuestra edad más o menos, morena, parecía una modelo. Era alta y traía puesto un vestido negro que le hacía marcar sus curvas.- Me podrías poner dos cervezas.
-Voy...- las serví en la barra- 3 dolares.
-Va justo, Gracias.
Se fue y me dejo el dinero encima de la mesa. Iba acompañado de un papel, ¿nos vemos cuando termines?. Mire hacia su dirección y me dió una sonrisa, se la devolví. Y m lo guardé en el bolsillo.
Lucrecia
No se quien se piensa
Samuel para darme lecciones morales sobre a lo que tengo que estar y a lo que no, y menos para creerse que me puede estar defendiendo y hacerse el que se cree que le importo.Llegué justa para poder ponerme el mantel y salir a atender mesas.
-Necesito aquí más hielo y bebida por favor Lucrecia.- dijo Betty.
-Ahora mismo voy, pero necesito ayuda.
-Yo! yo te ayudo.- me dijo Samuel, quien se posicionó a mi lado, y se adelantó para poder ir hacia la despensa. Me hizo una señal con la cabeza para ir detrás suya, mi reacción fue solo rodar los ojos y seguirle el paso.
Le seguí hasta su lugar.
-Coge tu el hielo y yo las bebidas.- le dije a Samuel señalándole el lugar de donde se encontraba.
El solo asintió.-Oye! no quiero que estemos así!- me dijo dándose la vuelta hacia mi.
-¿Asi como?- respondí cruzándome de brazos.
-¿Incómodos?, ya sabes después de lo que paso no estamos igual.
-Eso paso, porque lo creastes tú.
-Tampoco me eches las culpas porque tampoco veía que te apartases o opusieras fuerza.- dijo mientras levantaba las cejas.
-Tu estás empezando a cantinflear wey.
Se empezó a acercar a mi.
-No se que estás diciendo pero no me vas a mentir.- me dijo susurrando en la oreja, estábamos muy cerca. El estar así me estaba poniendo nerviosa.- Porque se que ahora mismo tienes las mismas ganas que yo de hacer algo.
No quería darme la vuelta, sabía que si lo hacía iba a ocurrir algo que no quisiera que ocurriese, o si?. No se que me pasa, en este despensa hacia demasiado calor.
-¿Samuel que hases?.- dije también susurrando.
-Dime tu que quieres hacer.- me dio la vuelta en un movimiento y nos pusimos cara a cara.
Esto me estaba volviendo loca, su mirada no parecía ahora la de un chico bueno como solía ser el. Tenía unos ojos penetrantes... , teníamos nuestras narices pegadas.
-Dimee...- dijo bajando su mirada hacia mis labios. Hice un acto reflejo.
Puso su mano en una parte de la estantería de las bebido a un lado de mi cara.
El no apartaba la mirada de mis labios. Yo subía y bajaba mi mirada constantemente de sus ojos a labios. Estaba nerviosa.
Intente separarme más pero fue un intenta en vano ya que m volví a dar contra la estantería y esta vez hizo que se cayeran unos vasos de plástico al suelo. Haciendo que los dos nos sobresaltáramos y nos separásemos. Justamente entro Betty.-Las cosas chicos, porfavor.
-Si, perdón.- dije mientras me daba la vuelta para así no mirarle a él.
Cogí la caja y salí hacia la barra.
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HE VUELTOOOOOOOO!!
INTENTARÉ SUBIR MÁS SEGUIDOOOOOOO PARA VOSOTROS BEIBESSSS JAJAJAJJA OS QUIERO <3
DADLE AMORRRRE PORFIS 🥺
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Corazón con Subtítulos - Lumuel
FanficHistorias Lumuel Samuel queda muy mal parado en España, por lo que consigue una beca para ir a la Universidad de Columbia. Es una continuación de la Tercera Temporada.