Capítulo 8

1.3K 79 27
                                    

Lucrecia

Cerca. Era lo que estábamos uno del otro. Nuestras respiraciones se juntaban, nos estábamos mirando los dos a los ojos y ninguno reaccionaba, hasta que vi como bajaba su mirada hacia mis labios.
Fue acercándose poco a poco y vi como cerraba sus ojos, mi reacción fue imitarle, sentí como nuestros labios se rozaban estaban a punto de...

-Dios la cocina!!- dijo Nadia gritando nada más entrar por esta -Que hacéis tirados por el suelo.

Los dos miramos hacia la dirección de Nadia y automáticamente me levanté de encima de Samuel. Él hizo lo mismo. Nadia nos miró con cara de enfado, habíamos dejado toda la cocina echa un horror, el suelo estaba lleno de aceite y harina.

-Estábamos haciendo pizza- dije un poco tartamuda por la situación de antes. Samuel me estaba haciendo tartamudear enserio,me pregunté a mi misma en mi cabeza.

-Nadia no te preocupes ahora limpiaremos todo esto- dijo Samuel mientras iba a por la fregona para poder limpiar todo este desastre.

-Si... emm yo iré terminando de hacer la pizza y ahora te ayudo.

Le puse todos los ingredientes y lo metí al horno. No tardaría mucho en terminar de hacerse. Así que ayudé a Samuel a poder recoger la cocina.
Terminamos porfin, justo a tiempo para poder comernos la pizza.

-Dios mi camiseta esta echa un asco.- dijo mientras se desprendía de ella.

Nunca lo había visto así pero por la fuerza de sus brazos me imaginaba que estaba muy fuerte. Este acto me hizo corroborar mis supusiciones . Me incomodaba que estuviese así, pues nunca le había visto. A ver no era la primera vez que veía aún chico así, pero con no tenía la suficiente confianza.

-Si... , yo mejor mientras se enfría un poco la pizza me voy a duchar.

Samuel

Menos mal que se fue porque, estaba súper incómodo. Había sido una situación que nunca me había imaginado. Parecía que mis labios eran unos imanes y los suyos eran el hierro que me atraía. Tuve el impulso de hacerlo mi cabeza me lo decía. Pero Nadia llegó a interrumpir el momento, nose que llega a pasar si ella no aparece, como se lo hubiese tomado ella si esto llega a ocurrir.

Puse la pizza en un plato y me fui a a cambiar deje mi pantalón también en la lavadora y solo iba en bóxers. Así que me fui directo hacia mi habitación para poder coger un pijama que ponerme mientras cenaba. Me ducharía después no iba a molestar a Lucrecia.

Al salir de mi habitación vi como entraba en la suya y me fijé en su tatuaje, aquel que parecía un beso de pintalabios en su espalda, me dejaba verlo porque su toalla solo llegaba a tapar un poco más abajo. Nunca sabré que significa ese tatuaje.

Lucrecia

Salí de mi habitación ya vestida. Me puse una sudadera larga que me llegaba muy larga hasta los muslos.
Me encontré ya a Samuel en la cocina cortando la pizza que ambos nos íbamos a comer después de haber armado todo aquel desastre. Se me vino una sonrisa al volver a recordar todo otra vez.

-¿De que te ríes?- me dijo este intrigado mirándome.

-De ti- le dije riéndome otra vez.- Te he dejado peor que a mi, ósea q he ganado la pelea. Lucrecia siempre gana.- dije levantando las cejas.

-No vale...

Le hice hice con mi mano los gestos de alguien hablando de manera que me burlaba de él .

Cogió el plato y lo puedo encima de la mesa fui a por vasos y algo que tomar.

-Mmmm, esta muy buena- dijo Samuel.

-Me alegra que te guste.

-Creo que me tienes que enseñar más a cocinar.- me dijo Samuel mientras me miraba fijamente.

-Y que recibo a cambio si lo hago.

-Mi compañía- dije mientras soltaba una carcajada.

-Bueno, me lo pensaré. Pero no te prometo nada.

-Nunca me imaginé que iba a llegar a estar comiendo con Lucrecia Montesinos una pizza...

-Bueno pues tus sueños se han echo realidad- dije riéndome

-Me gusta estar así

-¿Así como?- dije preguntando con intriga por lo que iba a decir.

-Hablando contigo, eres una buena persona. No como te dejabas mostrar en el colegio.

-Gracias, supongo.

La situación se tomó incómoda así que decidí terminar mi pizza y recoger la mesa.

-No tranquila, vete a dormir yo recogeré la mesa. Buenas noches.

-Buenas noches- susurre

Samuel

Era ya domingo por la mañana, me levanté temprano para poder vestirme ya que había quedado con Tamara.
Salí del apartamento con cuidado era domingo e imaginaba que querían dormir para poder descansar. Ya que era el único día de relax para todos.

Salí hacia el parque y la vi sentada en un banco esperándome. Creo que le iba a contar todo lo que creo que estoy empezando a sentir por ella. Fui a donde ella estaba y me recibió con un abrazo.

-Españolito, que bueno que te veo ya. Te perdí de vista en la fiesta.- dijo mientras nos volvíamos a sentar.

-Bueno si.. es que una amiga tuvo un problema y la tuve que acompañar a casa.

-Ahi si es que sos tan lindo con las personas. ¿Bueno yo te tengo que decir un montón de cosas?

-Si yo también.- Creo que era el momento perfecto para poder decirle algo, sobre nosotros.

-Empieza tú.- dijimos los dos a la vez.

-Venga empiezo yo.- dijo Tamara adelantándose.- Dios no se como decírtelo, me da como vergüenza- dijo mientras reía y se ponía sus manos en la cara.

- Tranquila si no eres capaz de decírmelo. No te presionó.

-No no no, si te lo digo.- se acomodó y me miro a los ojos.- Desde la fiesta he empezado a sentir cosas por alguien, por unas cosas que pasaron y no se que hacer.

Creía que iba a decir lo mismo que yo.

-Claro, de quien se trata.

-Ese alguien es Scott, como te fuistes. Nadia a la hora se fui y David también porque la acompañó. Entonces nos quedamos los dos, empezamos a beber y beber y nos empezamos a besar y una cosa llevó a la otra y me levanté en su casa. Y el Sábado vino a mi casa para hablar de lo que sucedió y volvió a pasar de nuevo. Y no se que hacer, estoy súper confundida. Tú... me podrías ayudar, ¿No?

Estaba súper confundido. Le gustaba otro tío. Esto de sentirte en la Friend-zone es muy duro.

-¿Yo?

-Si es tu amigo. Seguramente te haya dicho algo.

-Pues la verdad Tamara es que no tenía ni idea de todo esto. Me acabo de enterar ahora. Pero si quieres yo te puedo ayudar en algo.

Al fin y al cabo era mi amiga y por que no me halla correspondido y además sin ella saberlo, tenía que dejarlo pasar eran unos sentimientos que estaba empezando a encontrar, pero por ello no iba joderlo todo aunque me doliera un poco. Además Scott también es mi amigo. Después de comer con Tamara por ahí volví a casa.

Parecía desierta, nadie daba señales de vida. Toqué en la habitación de Nadia y nadie respondía, al abrir no había nadie. Así que fui a la habitación de Lucrecia también toqué y no respondió nadie, pero al abrir me encontré a Nadia y Lucrecia las dos dormidas en la misma cama. Se habían convertido en hermanas.

Corazón con Subtítulos - LumuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora