Capítulo 2

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Lucrecia

-Fuera.- dije cogiendo todas su ropa y lanzándosela contra su pecho.

-Ya quieres que me valla, enserio?.-dijo Manuel acercándose hacia mi otra vez, claramente veía sus intenciones. Yo solo lo empujé de mi habitación y cerré la puerta, cuando ya escuché la puerta cerrarse salí. Y vi quien había llegado, Nadia me hablo de que Samuel iba a ir a nuestra universidad por las notas que había sacado, y me contó que iba a estudiar lo mismo que yo. Y si le podía ayudar un poco.

-Hola.- dijo el haciendo un movimiento con la mano.

Estaba irritada, y lo único que me salió contestar fue de manera borde.

-Sisi ya te he visto.-dije habiendo como una especie de mueca mezclado con una sonrisa y levantando la cabeza en forma de saludo.

-Bueno te enseño tu habitación.-dijo Nadia yendo hacia una habitación que tenemos vacía.

-¿Cómo?, se va a quedar con nosotras, no me dijiste nada Nadia.-

-Si, mientras que busca otro para el, ademas no creo que te importe en esa habitación nadie entra.-

-Oye que si molesto, me los decís y yo me busco algo en otro sitio, que tengo dinero.-dijo Samuel mirando a Nadia

-No, no te vas.-dijo Nadia cogiéndome de la mano y llevándome al salón para poder hablar.-Samuel se queda.

-Nose no me gusta meter a un desconocido en casa.- dije cruzándome de brazos.

-Lu me estás vacilando, y a los tíos que traes, que?. No son desconocidos.-

-Ahi no, Nadia nose...

-Porfavor, conoces a Samuel desde hace tres años, no es ningún desconocido.-

-Bueno pero, ¿porque no le alquilamos la habitación?- dijo mirando a Nadia quien me miraba extrañada.- Sii, que nos pague al mes hasta que se encuentre un piso. Porque no creo que lo encuentre tan rápido.

-Nose, no me parece mala idea pero yo no soy capaz de decírselo.

-Pues se lo digo yo.-dije yendo hacia donde estaba Samuel.

-Samuelsito, ha habido unos cambios de planes. Nadia y yo hemos estado hablado y creemos que no es mala idea que nos pagues por la habitación, ya sabes que Nueva York es muy grande pero muy caro y aquí te sentirás como en casa.-dije abriendo los brazos.

-Si, no me parece mala idea.¿Cuánto sería más o menos?.-dijo sacando su cartera.

-400€?- dije mirando a Nadia.

-Con 200 está bien Samuel.- dijo Nadia.

-Bueno como sea, yo me voy a trabajar.- dije yéndome cerrando la puerta.

Samuel

¿Trabaja?, quien es Lu y que han echo con ella.

-¿Trabaja?.-dije mirando a Nadia mientras entrábamos en mi nueva habitación, creo que si no encuentro nada que me guste, me agradara quedarme con ellas, ya que soy nuevo en esta ciudad.

-Si, Lu no tiene a nadie que la pague las cosas ahora, es independiente. Aunque de vez en cuando su madre le envía algo de dinero a escondidas de su padre.-
dijo mientras habría las ventanas para que entrase un poco de luz.

-Bueno, ahora sabrá que es ganarse la vida por uno mismo.-

-¿Te gusta?.- me preguntó.

-Si, es muy acogedora.- La habitación era perfecta, ni muy grande ni pequeñas, tenía una gran ventana y un armario perfecto en el que caberian todas mis cosas.

-Perfecto, espero que te encante este lugar. Bueno que digo, te va encantar.

-Seguro que si, y Nadia gracias enserio- ella asintió mientras sonreía y salió de mi habitación para poder dejarme ordenar todo.

Lucrecia

Me encontraba yendo hacia el bar donde trabajo, si trabajo desde que papasito por culpa de Valerio dejo de ocuparse de mi, y como ya cumplí la mayoría. No me suelta ni un penique. De vez en cuando mi madre se preocupa por mi y me envía algo de dinero para pagar el alquiler y comprarme algún capricho.

El bar se encontraba cerca de casa, pagaban muy bien y además de atender mesas a veces cantaba.

-Ya llegue.- dije cogiendo la bandeja y el mantel, mientras me lo ataba.

-Llegas tarde Lucrecia, a la próxima te largo.

-Si señor.- dije yendo detrás de la barra hoy era viernes y muchos universitarios venían a nuestros Bar a pasarlo bien.

-Ey, que tal estás...- Dijo alguien poniéndose enfrente de la barra.

Levante la mirada y ahí estaba otra vez , Manuel.

-Enserio, me estás siguiendo o algo?-dije rodando lo ojos y yendo a a tender a otras personas.

-Creí que íbamos a vernos otra vez, y como no me llamaste pensé que estaba ocupada trabajando y vine a verte.

-Mira Manuel ni quiero sonar grosera pero lo nuestro no va a ninguna parte, ademas no somos nada.

-Eso no era lo que me decías ayer en la noche.

-Ayer estaba borracha y los dos hicimos cosas que no queríamos.- no sabía como quitarme a este inútil de encima, así que dije lo primero que se me vino a la cabeza.- Ademas creo que me gustas un chico.

-¿Quién lo conozco?-dijo preguntándome con la ceja levantada.

-No, no lo conoces, no es de aquí.

-Lucrecia, te estamos esperando es tu turno.-dijo mi jefe con mala cara, ya que estaba no estaba prestando mucha atención a los clientes.
Subo a cantar, era mi hora, me tocaba cantar de 8 a 11 de la noche  y después tendría que seguir hasta que llegase Betty así que todavía quedaba noche de largo.

Corazón con Subtítulos - LumuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora