IV

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Por fin habían llegado a su nuevo destino, Sahra, un lugar bastante caluroso que a simple vista parecía que no ofrecía mucho pero la gran ciudad de Sahra guardaba sus propios secretos pues una vez que se llegaban a los varios ricos podían disfrutar del arte culinario del lugar al igual que sus grandes edificios y sus exóticas especies de animales.
Hollis bajo del tren mientras se cubría su rostro con un velo, se encaminó por el caluroso lugar observando a su compañero quien la seguía de cerca, ella sin acostumbrarse a su compañero, la habían enseñado a trabajar sola por lo que ese nuevo ambiente era un tanto extraño pero no se quejaba después de todo ahora que había confirmado que la liga de asesinos la vigilaban le era una buena excusa el utilizarlo como tapadera para sus planes originales.
Al llegar a la zona mercader las voces de lod vendedores resonaban uno tras otro para captar la atención de futuros compradores, Hollis miraba atenta a las personas de su alrededor y es que aunque hubiese guardias imperiales examinando la seguridad nunca se podía combatir los verdaderos problemas de raíz, había pasado la mayoría de su vida entre ladrones y estafadores por lo que era sencillo identificarlos, incluso a los pequeños ladronzuelos novatos. Hollis se detuvo frente a una pequeña tienda a diferente del gran distrito Elpis donde se mezcló con naturalidad este lugar no sería tan sencillo y mucho menos con otros ladrones en el acecho por lo que tenía que encontrar la manera para integrarse a ella o darles un soborno para que no estorbaran en su camino.

—Bienvenida señorita a la gran tienda de telas de Sahra—le saludo un joven moreno con una gran sonrisa, Hollis retiró su velo borrando por completo la sonrisa del joven—. Solo eres tú.

—¿Quien custodia el barrio superior?

—¿Realmente crees poder robarlo? —interrogo burlón el joven.

—Tengo mis propios métodos.

—Cuando vea como te ejecutan me burlare de tus métodos.

—¿Quien lo custodia?

—No es de los míos
—el joven alzo las manos fingiendo inocencia —si quieres permiso para robar algo dile a Dusan.

Hollis maldijo en sus pensamientos y es que de la gran lista de las personas que le desagradan Dusan ocupa uno de los primeros puesto, no solo es alguien detestable, irritante y bravucon, era un maldito infeliz mujeriego que siempre acoso a Hollis con malas intenciones, ella sabía que si iba a pedirle algo él pediría algo a cambio y ella no pensaba aceptar ningun terminó.

—No pensaba pedir permiso. Solo quería información.

—Muchos guardias, trampas por doquier y alarmas de seguridad.

Mencionó el joven enumerando las cosas con que sus dedos.

—Ni Siquiera llegaras a la puerta, te atraparon y te colgara.

—Ya lo veremos.

Mencionó segura de si misma antes de salir de la tienda para seguir con su recorrido a medida que ella avanzaba podía percartarse de las miradas que recibía de algunas personas, ella sabia que no había honor entre ladrones por lo que seguramente habían vendido información sobre que ella se encontraba en ese lugar a la lejanía observo a Dan, se había integrado a un grupo donde había varios guardias, ella giro a su izquierda donde había una mujer vendiendo pañuelos bordados compró uno y con prisa se acercó a Dan, podía sentir como era seguida de cerca. A un par de pasos de él extendió su mano y lo tomo del brazo.

—Mira cariño conseguí un lindo pañuelo bordado para ti, se que va a encantar.

—Eres siempre tan considerada conmigo—hablo el joven siguiéndole la corriente.

—Quero estar contigo, ¿a donde me llevaras para una cita romántica?

—El palacio Dhahab abrió las puertas, vayamos a dar un paseo por el jardín.

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