Capítulo 7 "Café".

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Le despertó la luz del sol luchando por traspasar la opacidad en el cristal de la pequeña ventana, una tonada alegre que no reconoció y el aroma a café recién hecho. Nunca había bebido café, estaba reservado únicamente para sus padres.

Se removió bajo las sabanas y su rostro se crispó en una mueca adolorida al reparar en la ligera punzada en la parte baja de su espalda. Sonrió. Aunque dolía un poco, no era un mal dolor, incluso le parecía un precio estupendo a pagar por la noche anterior. Apretó el dorso de uno de sus brazos contra sus ojos y sus labios se crisparon en una sonrisa perezosa. No quería levantarse, sin embargo, no pudo evitar abrir los ojos al escuchar el crujir de las bisagras  en la puerta de la habitación.

Suspiró suavemente, YoonGi llevaba consigo dos grandes tazas blancas en cada mano, tenía el cabello aun humedecido producto de una ducha matutina, iba solo con unos shorts grises, cortos, dejándo al descubierto la la pálida piel de su pecho y los músculos levemente cincelados. Dejó las tazas en el buró y se inclinó para besar los mechones rubios despeinados.

Duermes como una piedra, dulzura. — rió sentándose al borde de la cama. Los ojos azules se convirtieron en suaves líneas cuando sonrió.

No es cierto. — negó con la cabeza, sentándose con lentitud y apoyando su espalda en la cabecera, su rostro volvió a crisparse adolorido.

La sonrisa en los finos labios vaciló, antes de que YoonGi se inclinara en su dirección.

¿Estas bien?

. — JiMin le sonrió, estaba tan cerca que no pudo evitar besar su mejilla. — Muy bien. Descuida.

—¿Fui... muy brusco? — el rubio se apresuró a negar con la cabeza, admirando con ternura la preocupación que adornaba las facciones contrarias. — Perdona.

Está bien, en serio YoonGi. Yo... nunca podía dormir en casa. — confesó en voz baja.

El pelinegro enarcó una ceja con incredulidad antes de acercar la taza de café a las manos del rubio, quien agradeció en un susurro. Era amargo y dulce, fuerte. Le gustó. Le recordó mucho a YoonGi.

No te creo, incluso me duché. Tumbé unas latas en la cocina mientras buscaba el café y creí que tal vez habías despertado, pero cuando vine aquí, seguías dormido.— JiMin devolvió la taza vacía, el pelinegro la colocó sobre el buró.

Tenía... esta cosa extraña en el pecho — explicó con la mirada perdida al recordar aquellos frecuentes episodios en los que solía despertar cada hora durante la noche. A veces volvía a dormirse, a veces era imposible y solo permanecía despierto, leyendo algo. — Había... tantos deberes y cosas que hacer, siempre sentía como si me faltara tiempo, como si... yo no fuera suficiente...

YoonGi volvió a inclinarse en su dirección, esta vez para dejar un beso suave en sus labios.

Lo eres, JiMin. Eres suficiente y más, ¿de acuerdo? — susurró a un palmo de distancia. Acarició con el dorso de sus dedos la sonrojada mejilla. — Olvida eso. — JiMin sonrió cortamente antes de asentir.

Gracias. — sus ojos azules fueron profundos al mirarle fijamente por un instante — Por dejar que me quedara. Por todo en realidad. — bajó el rostro, ligeramente avergonzado por la alegría contenida en su voz. — Gracias.

Descuida, dulzura. — YoonGi sonrió cortamente, sintiéndose aterrorizado ante los fuertes latidos en su pecho, aun así, fue incapaz de detener la tierna caricia en el rostro del rubio. Le gustaba como se sentía la piel cálida bajo sus nudillos.

JiMin ladeó un poco el rostro y la curiosidad hizo que su mirada resplandeciera con un brillo diferente, como la de un niño que descubre algo por primera vez.

Oh... ¿qué es eso? — susurró girando el rostro hacia la puerta de la habitación que se hallaba abierta y por la que se colaba el sonido amortiguado de una melodía.

¿Qué? — inquirió YoonGi, sin comprender.

Eso. — JiMin elevó su índice, acercándolo a uno de sus oídos antes de dar un golpecito — escucha... ¿...no lo escuchas?

YoonGi entrecerró los ojos con incredulidad.

Tiene que ser una broma.

—¿Qué?

I've been kicked around since I was born, and now it's al right. It's OK. And you may look the oher way... — repitió desafinado acercándose cada vez más a JiMin en la cama, sus ojos se agrandaron cuando vio incomprensión en los ojos azules — ah, ah, ah, ah... ¿staying alive? — los ojos verdes le miraron como si fuera lo más obvio del mundo. JiMin negó con la cabeza. —¿Santa mierda qué diablos escucha el Senador?

Opera. — respondió el rubio aun confuso.

—¿Opera? — repitió YoonGi asqueado, sus cejas se crisparon y sus labios se torcieron con repulsión — Cómo así... — su expresión se volvió solemne y una de sus manos fue directamente a su pecho sobre su corazón, antes de que empezara a cantar muy fuerte, casi gritando, JiMin cubrió su ataque de risa tras sus palmas.

No... — apartó una de las manos sobre su rostro y la extendió golpeando con suavidad el hombro del pelinegro — YoonGi tonto, no así... — el pálido se detuvo, sus ojos brillaron cuando vió las mejillas sonrojadas por la risa reciente.

No sabes de lo que te pierdes, dulzura. Sin rock y música disco, no has vivido mucho. — afirmó encogiéndose de hombros antes de terminar el café y dejar la taza al lado de la del rubio.

No he vivido nada. — le recordó JiMin rodando los ojos.

Sí, es cierto. — el pelinegro se inclinó en su dirección, besando sus cabellos antes de levantarse. — Siempre podemos cambiar eso. Ve, debes darte un baño y vestirte. Comerás algo y te llevaré a casa. — JiMin agachó el rostro antes de asentir con un suspiro. YoonGi sujetó su mentón — No bajes la cabeza, JiMin. Jamás. Eres libre, puedes serlo. Estaré ahí, dulzura. Lo prometo.

El rubio asintió.

Gracias.

Los ojos verdes buscaron los azules, aunque aún JiMin no podía descifrarlos, la mirada de YoonGi le pareció diferente a todas las que había visto hasta ese momento. Suave, vulnerable.

Tu... ¿volverás aquí, cierto? — murmuró, observándole fijamente. — ¿Volverás conmigo, JiMin?

JiMin se inclinó hacia él, presionando sus labios en un beso que supo a café recién hecho, amargo, dulce y a sabanas revueltas, aclaró cualquier duda que YoonGi pudiese tener, dejándole con una sonrisa de lado un poco torcida, de esas que tanto le gustaban.

CRIMINAL│YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora