Capítulo 9 "Boca del lobo - Parte 2".

173 27 14
                                    


Sentado en la silla de madera frente al elegante escritorio largo de nogal, JiMin frunció el ceño y sus manos apretujaron con nerviosismo la tela del pantalón, intentó ignorar las voces de ambos, no quería decir algo de lo que terminaría arrepintiéndose.

Mírame cuando te hablo, JiMin. — elevó el rostro, pero la mueca de molestia fue imposible de ocultar. Ahí estaba, con la ira turbando sus facciones. Ira hacia sus padres por jamás haberle dejado tomar sus propias elecciones, ira por tenerle encerrado ahí todo el tiempo, ira por incluso haber elegido a su prometido. Ese asqueroso cerdo.

Padre. — susurró mordiendo desde el interior una de sus mejillas.

Era un hombre joven, atractivo. JiMin había heredado de él el cabello rubio y las proporciones de su cuerpo. Delgado, pero algo curvilíneo. Podría pasar por su hermano mayor si no fuese por la madurez en su rostro y uno que otro mechón blanco prematuro.

—¿En dónde demonios te habías metido?

El chico se encogió de hombros.

Por ahí... — habló con voz neutra.

Creímos que algo te ocurrió. — insistió su madre, no pudo evitar rodar los ojos ante el tono dramático.

Estoy bien, mamá. — murmuró.

Mark dijo que un sujeto te había secuestrado. Que llegó con un arma, lo amenazó y lo golpeó antes de llevarte con él, tuvimos que llamar a la policía, ¡medio escuadrón te buscó por casi dieciséis horas! — El ceño de JiMin se acentuó aún más, sus ojos se volvieron fríos al mirar a sus padres.

—¡Mark es un cerdo! — chillo completamente fuera de sí. Hubiese podido tolerar cualquier cosa, pero que ese patán incluyera a YoonGi en su relato como el malo de la historia, como alguien que había buscado herir a JiMin cuando el pelinegro solo se acercó a defenderlo, le revolvió el estómago. — ¡El me golpeó! Yo... solo me asusté y huí...

Eso... eso es ridículo — murmuró su madre enarcando una ceja en su dirección. — El guardia que lo encontró dijo que lucía herido, no creo que él hubiese podido lastimarse solo...

JiMin suspiró suavemente para contener la pequeña sonrisa que amenazó con curvar sus labios, al menos YoonGi le dio una paliza a ese idiota. Sus padres ni siquiera parecían haber escuchado que había sido golpeado por el prometido que ellos eligieron. Se encogió de hombros.

Yo solo corrí. — susurró, posando nuevamente su mirada en el escritorio.

Casi nunca entraba ahí. Su padre debía ser un hombre en serio ocupado, exceptuando el computador portátil en su perfecto y liso estuche de cuero negro, la superficie estaba cubierta de papeles; sin embargo, un adorno cerca de él, llamó su atención. Era esférico y de un fino cristal opaco, se alzaba sobre una pesada base de oro parecida a la de un globo terráqueo, en su interior, JiMin notó flores cristalizadas repletas de diminutas chispas que las hacían relucir. El rubio entrecerró un poco los ojos y elevó las cejas impresionado cuando reconoció los diamantes.

¿Qué hay de las dieciséis horas? — presionó el hombre.

Caminé mucho rato hasta encontrar un parque y me dormí en una banca... me asusté, ¿de acuerdo? — reprochó encogiéndose en la silla, sus ojos se concentraron en un montón de papeles apilados — Ni siquiera lo conozco y el solo me atacó, además estuvo coqueteando con chicas durante todo el banquete...

JiMin, escucha. — su padre le miró serio — Mark es un buen chico. Ustedes van a casarse pronto — el rubio bufó con incredulidad — tienes que hacer que esto funcione. Esfuérzate más.

Per-...

Esfuérzate. Más. — repitió con la mirada fría. El rubio agachó la cabeza en un asentimiento. Iba a huir, tendría una cita esa noche, no quería enojarlos. — Estás castigado. — elevó el rostro de inmediato hacia ambos. — No piano, ni francés. — informó su padre. Tuvo que morderse la mejilla con fuerza para contener la sonrisa. — Cancelé todas tus clases de hoy. Estarás en tu habitación, necesitas meditar sobre los errores en tu comportamiento.

Sí, padre. — asintió intentando verse decepcionado.

Puedes retirarte.

JiMin se puso de pie, en cuanto les dio la espalda, una sonrisa peligrosa se dibujó en su rostro. No podía esperar para la medianoche.

CRIMINAL│YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora