Capítulo 14

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Narra Harry

Dos meses de felicidad. Algunos problemas, pero nada que no se pudiera arreglar ¿Qué más podía pedir? Louis era el ser más lindo e infantil ser que pude haber conocido. Lo amaba con toda mi alma.  Mis amigos eran los mejores y con la integración de Zayn y Louis al grupo era como si tuviese a mi familia reunida. Y hablando de familia hoy estábamos en casa de mamá para que por fin conociera a mi guapo novio. Louis miraba a través de la ventana del autobús con su ceño fruncido. Sus piernas se movían arriba y abajo y sus dedos tamborileaban en sus rodillas. Se veía nervioso.

—Si sigues así, juro que terminaré vomitando Lou —suspiró y tomó mi mano para entrelazarla con la suya.

—Lo siento; es solo que estoy algo nervioso, tú sabes —encogió los hombros— es difícil conocer a tu suegra.

—La verdad no lo sé —y al momento en el que pronuncié esas palabras deseé no haberlas dicho; el rostro de Louis se endureció y soltó mi mano. Mierda. —Lou, lo siento no quise…

—Sí —dijo en un tono algo amargo— sí quisiste.

Genial. Ahora lo había echado a perder. Sabía lo sensible que era tomar el tema de la familia con Louis y aún así lo dije. Miles de veces habíamos hablado sobre visitar a su mamá; él negándose, diciendo que con los mensajes de texto bastaba, yo insistiendo. Llegábamos a un punto muerto en el que ambos nos hartábamos: él “dormía” en el sillón y yo en la habitación. Al día siguiente sus ojos estaban rojos por haberse pasado la noche en vela y mi ánimo estaba por los suelos. No decíamos nada hasta volver de la escuela y siempre quedábamos en lo mismo: él intentando hacer lo mejor para volver a ver a su familia y no sentir que los dañaba y yo evitando el tema lo más posible. Justo lo que ahora no había hecho. Suspiré. No podía hacer nada luego de haberla regado.

Cuando bajamos del camión tomé su mano entre la mía no importando si seguía teniendo una lucha interna en su cabeza, él no se negó así que continuamos. Caminamos con las manos entrelazadas hasta llegar a casa. Toqué el timbre porque era algo como una sorpresa para mamá. Luego de un “Ya voy” de mi mamá se abrió la puerta y lo que sea que tenía en sus manos se deslizó de ellas.

—Harry —dijo con una sonrisa— mi niño, viniste —me dio un fuerte abrazo que fue correspondido y al separarse me tironeo un poco el cabello.

—Mamá —solté un quejido mientras sobaba mi cabeza.  

—Eso te pasa por no avisar que vas a venir; por no venir desde hace mucho tiempo y por traer visitas y yo ni siquiera estoy preparada —dijo viendo a Louis con una sonrisa. Él solo sonreía tiernamente ante nuestra escena— tú debes ser Louis; eres mucho más apuesto de lo que Harry te describió.

—Mamá —dije rodando los ojos. Se acercó a Louis y le dio un abrazo. Mi novio no sabía cómo actuar ante los afectos de mi madre, así que solo se relajó y envolvió sus brazos alrededor de ella.

—Mucho gusto señora —dijo Louis luego del abrazo.

—No me hagas sentir más vieja de lo que soy —dijo con una sonrisa— llámame Anne o suegra, cualquiera de las dos es buena mientras no lleve un señora o doña —Louis sonrió ante las ocurrencias de mi mamá.

—Está bien Anne

—Pero pasen, el clima está cambiando; no se vayan a enfermar.

Entramos a mi vieja casa y nos quitamos nuestros abrigos y los dejamos en el pequeño armario junto a la puerta. Mamá nos ofreció una taza de té que aceptamos gustosos. Louis miraba todo con admiración. Veía las fotos sobre la chimenea y las que estaban en las paredes. Hacía preguntas sobre cada persona en ellas y yo respondía recordando viejos viajes e historias que venían con cada imagen. Mamá trajo los tés y nos sentamos en el sofá. Comenzamos a hablar sobre nuestras notas, la escuela, y qué cosas nos gustaban de ella. Hasta que de alguna manera mamá terminó por contar esas historias vergonzosas de cuando era un niño pequeño.

La misma habitación [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora