Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ II: Hᴜɪᴅᴀs ᴇɴ sᴜᴘᴇʀᴍᴇʀᴄᴀᴅᴏs

7.1K 834 579
                                    

Yeonjun se levantó muy temprano para su gusto, la noche anterior no había podido dormir del todo bien. En sus sueños se entrometía un pequeño y acuerpado omega, eso hizo que se despertara varias veces por la madrugada bañado en sudor. Eso nunca le había pasado antes, ¿por qué ahora?

Yeonjun se levantó, tomó una ducha, se cambió para ir a su trabajo y, cuando estuvo apuntó de salir de su departamento una risa seguido de un aroma a ¿moras? lo hizo detenerse de golpe. El olor calaba en su nariz y no estaba tan seguro de querer salir de su departamento y encontrarse con ese omega ya que su asqueroso olor podía impregnarse en sus ropas.

Yeonjun miró por el picaporte y sus ojos se abrieron más de lo que él incluso imagino podrían abrirse. Su alfa gruño y de repente se sentía molesto, porque ¿cómo era posible que él alfa que había visto junto a ese omega rubio estuviera comiéndole la boca a otro chico fuera de su departamento?. La imagen de Beomgyu llegó a su cabeza, y el simple hecho de imaginarlo triste y llorando por ese alfa tonto hizo que su corazón se oprimiera un poco.

—Sólo olvídalo—habló a su lobo interior quien se sentía triste y cabizbajo— ni siquiera merecemos que nos llamen “Alfa”— se sintió repentinamente triste y sólo. Se sentó en el sofá y tomó su celular llamando a Wooyoung.

—¿Amigo?— habló Woo.

—¿Qué tal?— respondió desanimado.

—¿Paso algo?— preguntó— te escuchas algo... ¿triste?

—Estoy de esa forma Woo— soltó un suspiro— no me siento muy bien, ¿podrías cubrirme hoy?

—Yo... claro amigo. Iré a verte más tarde ¿bien?— Yeonjun asintió como si Wooyoung pudiese verlo.

—Hasta al rato— él alfa de cabellos azulados sintió una repentina opresión en el pecho cuando pensó de nuevo en Beomgyu. Ese bonito omega no merecía ser engañado de esa manera.

El olor de ese alfa malvado y ese omega apestoso se había disipado y él y su lobo seguían tristes y apuntó de llorar.

—¿Por qué teniendo a un omega tan bonito él lo esta...— bajó su tono de voz cuando repitió en su mente lo que dijo.

Acababa de llamar “Bonito” a un omega, él, Choi Yeonjun había pensado en un omega de esa forma.

YeonJun decidió que sería mejor despejar la mente, así que salió a “hacer las compras” según él.

Cuando llegó al supermercado, tomó un carrito y comenzó a arrastrarlo por los pasillos comenzando por los electrodomésticos. Llevaba casi media hora ya caminando aún con su carrito vacío, inconscientemente siguió un olor que su pequeña y ancha nariz había captado; cerezas con crema. El olor se volvió más intenso con el andar del alfa hasta que entró a un pasillo de enlatados y lo vio de nuevo.
Yoo Beomgyu esta allí, dando saltitos para alcanzar una lata de durazno en almíbar que se encontraba en la parte superior del estante. Y Choi sólo se quedó observando como su bonito ceño se fruncía  y como las líneas y músculos de sus glúteos se marcaban en el apretado pantalón que llevaba mientras su camisa blanca se levantaba dejando a la vista un poco de su piel. Cuando él rubio se estaba dando por vencido, giró su cabeza en dirección a Choi Yeonjun y le dió una tierna sonrisa acompañado de un tono rosado en sus mejillas, Yeonjun en lugar de ir y ayudarle a bajar la lata -como todo alfa respetable-, salió corriendo del lugar.

Él alfa pálido regresó el carrito a la entrada y corrió al estacionamiento a encerrarse en su coche.

—¿Por qué?— su alfa sentía inmensas ganas de llorar por lo avergonzado que se encontraba. Yeonjun dejó caer su cabeza en el volante y cerró los ojos recreando esa escena de nuevo—. Debe pensar que soy un raro— comenzó a darse golpes en el volante haciendo sonar el claxon. Detuvo los golpes cuando escuchó golpes en el cristal de su ventana.

Un Omega para YeonJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora