Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ III: Tᴀʀᴛᴀ ᴅᴇ ᴅᴜʀᴀᴢɴᴏs

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Después del lamentable incidente que había experimentado en el supermercado, Choi Yeonjun regresó a su casa más abatido que cuando había salido más temprano por la mañana. Su mente le hizo una mala jugada y terminó humillandosé frente a Yoo Beomgyu.

—Soy tan imbécil— se reprendió en voz alta después de azotar la puerta de su departamento y entrar en el.

—¿De nuevo hablas solo?— Yeonjun saltó en su lugar cuando escuchó la voz de Wooyoung.

—¿Qué haces aquí?— preguntó con una mano en el pecho el peliazul caminando hacia él.

—Veía televisión— señalo el televisor frente al sofá en el que estaba sentado.

—¿Cómo entraste?— preguntó después de tomar asiento junto a él.

—Utilice la llave de emergencia.

—Oh... creo que debería cambiarla de lugar— dejó caer su cabeza en el respaldo.

—Y bien... ¿Hablaras?

—Woo... estoy teniendo pensamientos extraños.

—Yeonjun, estoy a favor de la vida— pasó su brazo por los hombros de Yeonjun.

—¿Qué? ¡No!— alejó su brazo— no pensamientos suicidas, idiota.

—¿Entonces?

—Y-yo he estado pensando en un ome...

—¡¿Qué?!— se levantó del sofá y lo miró— ¡dime que no estoy soñando!— se le veía sonriente.

—Young, esto no es bueno— se dejó caer en el sofá para quedar completamente acostado.

—¿No es bueno? ¡Es lo mejor! Espera a que San se enteré— pasó sus manos por toda su cara.

—No es bueno, Wooyoung— tapó su cara con uno de los cojines.

—¡Claro que lo es! Desde que te conozco jamás te había interesado un omega. ¿Es hombre? ¡Oh tiene que serlo!— gritó eso último.

—¡Wooyoung él piensa que soy un perdedor!— lloriqueo.

—¿Has hablado con él?— corrió al sofá y levantó a su delgado amigo para sentarse ahí.

—Hoy lo ví en el supermercado y...

—Huiste— completó él más alto.

—Vaya que me conoces.

—Mejor que tu mismo, mi amigo. ¿Y qué harás? Debes ir a buscarlo y pedirle una oportunidad para...

—Él ya tiene un alfa— dijo y su amigo se cayó y puso su atención en él— tiene su olor y su apellido, Woo— soltó un suspiro.

—Pero cabe la posibilidad de que ellos no...

—Viven en el mismo edificio de enfrente. Se acaban de mudar, tal ves quieren tener sus propios cachorros, y...— no pudo seguir hablando porque su voz se vio interrumpida por un nudo en la garganta y pequeñas lágrimas que salían de sus ojos.

—Yeonjun, no— Wooyoung lo abrazó y Yeonjun soltó un sollozo aún más alto.

Así estuvieron durante diez minutos exactos hasta que el timbre retumbó en la casa de Yeonjun.

—Iré a ver quien es, ¿si?— se quitó con mucho cuidado a Yeonjun de encima y caminó hasta la entrada para atender.

Cuando Wooyoung abrió la puerta se encontró con un lindo, sonrojado y rubio omega con una enorme sonrisa y una pequeña caja en sus manos.

Un Omega para YeonJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora