Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ XIV: Eʟ ᴏᴍᴇɢᴀ ᴅᴇ Yᴇᴏɴᴊᴜɴ

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La nariz de Yeonjun picaba tanto que le fue imposible al alfa mantener los ojos cerrados y dormir un poco más.

Fijó su vista en el techo y mientras sus rasgados ojos enfocaban, los recuerdos de la noche anterior venían a su mente. Después de haber sido besado por Beomgyu y haber caído desmayado, Beomgyu llevó a Yeonjun a la cama y lo vistió con su pijama de Doraemon cuando el alfa despertó a media noche vio al rubio con la cabeza recostada en su pecho, Yeonjun lo despertó e intentó que regresará a su apartamento, pero él omega sólo rodó en su cama llenándose de su olor y sonriendo felizmente.

Bajó de su cómoda cama y estiró sus brazos y piernas, dio un bostezo y salió rumbo a la cocina en donde supuso Beomgyu se encontraba cocinando esa delicia que su nariz había captado. Se detuvo en la entrada y recargo su cuerpo en el marco blanco de madera, Beomgyu vestía una de sus camisas que por obvias razones le quedaba algo ajustada, un par de pantalones que a Yeonjun le quedaban sueltos de las piernas, pero que en Beomgyu lucían increíbles.

—¿Dejarás de mirar mis piernas y vendrás a desayunar algún día?— Preguntó Beomgyu con una sonrisa de lado y una taza de café en cada mano.

—Eso era justo lo que estaba a punto de hacer— Dijo el peliazul antes de sentarse en su silla favorita— Se ve delicioso, gracias— Murmuro y comenzó a degustar el delicioso omelette que se encontraba delante de él sobre su plato favorito.

—No es nada, cocinar aquí de verdad es un placer— Se sentó frente al alfa en su mesa para cuatro y comenzó a hacer sonar sus uñas sobre la mesa— ¿No hay algo que hayas olvidado?— Preguntó y el pálido negó con la cabeza-¿Qué hay de mi beso de buenos días?— Yeonjun se atragantó y Beomgyu rio bajito.

—Ni siquiera son días...

—Sabes a lo que me refiero, alfi-

—Ni se te ocurra llamarme así, suena a que soy un bebé— Lo señaló con su tenedor y su entrecejo fruncido.

—¡Pero hyung!— Beomgyu estaba a punto de comenzar un berrinche.

—Ugh ¡bien! Pero que esto no salga de este apartamento, Beomgyu— Argumentó Yeonjun y el rubio asintió con una gran sonrisa.

Ambos terminaron sus respectivos desayunos y Choi Yeonjun-como el caballero que es- se ofreció a lavar los platos para que Beomgyu tuviera el tiempo suficiente para tomar una refrescante ducha.

Cuando el alfa estaba a punto de lavar su hermosa tetera escuchó el sonido de la puerta al ser azotada. Eso agudizó su oído.

—¿Hyung? ¿Estas en casa?— Se escucho la voz de Soobin y el peliazul salio corriendo de la cocina en busca de su hermano antes de que se le ocurriera ir al baño, quería evitar que viera a Beomgyu en paños menores.

—¡Hey!— Le lanzó un cojín de uno de los sofás y cayó justo en la nuca del menor.

—¡Ahí estas!— Se acercó sonriente y lo levantó en sus brazos— ¡Mi hermano el alfa!— Comenzó a dar vueltas sobre su eje aún con él mayor en sus brazos.

—Bájame ya, idiota!— Se removió Yeonjun y consiguió que el castaño lo dejara en el piso— ¡¿Cuál es tu problema?!— Reclamó.

—¡Mi hyung es un alfa valiente!— Despeinó el flequillo del pálido frente a él—  Cuéntame, ¿cómo te fue con Beomgyu anoche?— Le guiñó el ojo y el delgado alfa comenzó a sentir nervios.

—Yo-uhm...

—Junnie~ ¡Ven a la ducha ya!— Beomgyu entró a la sala de estar únicamente con una toalla blanca enredada en su fino cuerpo— Oh lo siento, no sabía que habías llegado, Soobin— Se disculpó con el alfa castaño quien mantenía sus ojos y boca abiertas por la sorpresa.

—Be-Beomgyu...— Yeonjun señaló con la cabeza su habitación y ambos caminaron hacia ella dejando a un sorprendido Soobin en la sala.

Yeonjun entró primero a la habitación y Beomgyu se encargó de cerrar con seguro la puerta para evitar interrupciones.

—¿Qué fue eso?— Habló el alfa y Beomgyu río

—Salvé tu trasero, eso fue— El rubio dejó de sostener su toalla y se cruzó de brazos.

—¿De-de qué hablas?— evitar mirar como la toalla de Beomgyu era suplantada con una sudadera grande que el mayor no usaba desde que se mudó a ese departamento y se sentó en el borde de su cama.

—¿Planeabas decirle que te desmayaste cuando tu omega te besó— Cuestionó Beomgyu y Yeonjun no supo si llevar su atención al hecho de que Beomgyu se autoproclamó su omega o que su toalla yacía en el piso y su ropa interior ajustada y oscura incitaba al alfa de Yeonjun a tomarlo, marcarlo y formar una manada.

—Y-Yo...— Yeonjun lamió- no tan- inconscientemente sus labios mientas fijaba su vista en los muslos del rubio que se acercaba a él más y más.

—¿Vas a responder...alfita?— Preguntó el rubio con una ceja alzada.

Yeonjun tomó la cintura de Beomgyu y lo sentó sobre sus piernas pasando una de cada lado de su cadera. Beso su mandíbula e introdujo sus frías y delgadas manos en la sudadera que Beomgyu portaba, al entrar en contacto con la piel del omega una corriente eléctrica erizó su piel y Beomgyu soltó un pequeño grito.

El peliazul se acercó al rostro de Beomgyu hasta que sus labios entraron en contacto con los contrarios. Yeonjun apretó el agarre en la cintura del omega, y éste comenzó a mover su cadera de delante hacia atrás, lo que logró aumentar las respiraciones de ambos.

Yeonjun deslizó fuera su sudadera del cuerpo del omega y sus manos automáticamente fueron tocando cada parte de su torso, a lo que Beomgyu respondía con pequeños suspiros y movimientos de cadera acelerados.

—Hyung...— Dijo Beomgyu intentando hacer que el alfa volviera a prestarle atención a sus labios- Beso~— Yeonjun lo miró y sonrió de lado.

—Claro, bebé— Dijo y volvió a atacar los labios gorditos y rosas de su- ahora- omega.

—Claro, bebé— Dijo y volvió a atacar los labios gorditos y rosas de su- ahora- omega

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No podía dormir, así que les actualice 👁👄👁

Un Omega para YeonJun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora