JiMin estaba en el bosque cerca de su nave, sobre una gran y fuerte rama de un árbol verde y frondoso.
Admiraba el firmamento obscuro lleno de miles de estrellas que resplandecían orgullosas de su atrayente brillo.
Parecía un oceano brillante en el que podría nadar e impregnarse de ese brillo especial que solo ellas poseían.Debajo suyo, miles de luciernagas brillaban pacíficamente, danzaban al son del ligero viento que soplaba y revolvía sus cabellos. Podía verlas prender y apagar al compás de la música que solo ellas escuchaban.
El bosque estaba tranquilo como de costumbre, con su usual sonido que llevaba paz, los animales nocturnos que no veía haciendo lo suyo.
JiMin no era de este planeta, era de una galaxia demasiado lejana, demasiados meses a su parecer viajando por constelaciones y estrellas prometedoras. Hasta que una noche su nave lo llevo hasta este planeta donde aterrizó.
Esta noche JiMin hacía lo que más se acostumbro a hacer durante todas esas largas y profundas noches que duraban más que el día. La emoción lo lleno cuando miles de estrellas fugaces empezaron a pasar sin parar.
Sus ojos reflejaban los miles de destellos en el negro cielo cayendo tan perfectamente, desvaneciendose cada uno. Su corazón estaba acelerado, había pasado años desde que presenciaba algo como esto. No lo veía desdé la noche en que aterrizó.
A punto de terminar el espectaculo, pudo notar comó una de las estrellas desaviaba su camino, y cuando la observo destellar más q las otras e iluminar un poco el cielo comprendió que esta había entrado al planeta.
Giro bruscamente para ver donde es que haría su aterrizaje. La escucho colisionar junto con un gran crujir, bajó lo más rápido que pudo del gran árbol. Una vez sus pies en la tierra corrió y tropezando varias veces por las raíces levantadas de los demás árboles.
Cerca de la playa que brillaba por las noches en azúl, dondé los árboles comenzaban a ser menos y dejar más espacios vacíos entre ellos vislumbro el resplandor de aquello por lo que corrió tanto.
Cuando se acerco lo suficiente su confución fue enorme, no era una estrella, aunque aún brillaba y parecia resplandecer, pronto notó al hacercarse cuidadoso, que era nada más que un muchachito.
Parecía dormido.
JiMin se acercó ladeando de una lado a otro la cabeza, analizando al sujeto de extraña procedencia, rodeandolo, camiando en circulos manteniendo la suficiente distancia.
Con dos de sus dedos hundió por sobre la tela que llevaba encima, empujo un poco.
Según el era un chico, un niño. Impasible. Pero no sabía como confirmar aquella sospecha.
Suspiro agobiado, se armo de valor y tomo por las axilas al joven chico de cabellos oscuros como el espacio. Lo arrastró hasta donde el vivía, lo cual le costo bastante, tuvo que hacer mucho esfuerzo y parar más veces de las que hubiese calculado.
Lo tumbó en su cama, para ese entonces apenas y conservaba algo de ese brillo. Se preocupo, tal vez estaría muriendo y por eso ya no brillaba como en un principio.
Esperaría hasta que despertase, si lo hacía lo consideraria todo un logro.
Sus ojos recorrieron el cuerpo, deteniendose en el estomago que se inflo y desinflo. Los ojitos de JiMin se abrieron como platos. ¡Incluzó respiraba como el!
Sintió la emoción hormiguear en la yema de sus dedos hasta los de los pies. Su cuerpo lleno de energía nuevamente, con sus ojitos dos medias lunas que hacían aparecer pequeñas arrugas a los lados de estos.
Se quedo callado, cubrió el cuerpo de aquella pequeña y singular estrella.
Tomó algunas de sus mantas que resguardaba, las colocó en el piso de la nave, y no cayó dormido hasta que la emoción lo abandono y dió paso a un profundo sueño.
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sweet dreams petite étoile | js¬ym
FanfictionPerdidos y huerfanos. Con una guerra de la que no entienden porque comenzó, se han hallado el uno al otro. La oportunidad de amar con totalidad al contrario esta en la punta de sus dedos, acariciando la piel ajena, en sus sonrisas y juegos infantil...