Han pasado tres años desde mi último viaje acompañado, Kalos me dejó grandes enseñanzas. Sin motivos en particular decidí recorrer por temporadas las distintas regiones, no aspire a ser campeón en estos años.
— ¡Ash el desayuno está listo! — Gritó mi madre desde el comedor.
Motivado por el olor de huevos fritos y tocino recién preparado, me levanté de un salto de mi cama y salí de mi habitación, baje las escaleras con mi fiel amigo siguiéndome los pasos.
— ¡Qué bien huele hoy! — Comenté entrando al comedor. — ¿Qué celebramos o porqué el buen humor de la chef hoy? — Pregunté mientras servía unos pedazos de tocino en mi plato.
— ¿Entonces los demás días no huele bien el desayuno? — Preguntó mi mamá poniendo un huevo estrellado en mi plato.
— Sabes a lo que me refiero, otros días me dejarías dormir hasta tarde y yo me hubiera calentado la comida. — Respondí a la vez que le servía un vaso de jugo a mi mamá y se lo acercaba.
— Pocas veces tu hijo cumple 18 años. — Respondió con tono melancólico, mirando su plato.
— Supongo tienes razón. — Contesté tomando la mano de mi mamá. — Es cierto que desde los 10 años me la he pasado fuera de la casa, pero no hay ninguna sensación que pueda superar el desayunar a tu lado. — Agregué mirando fijamente a mi madre con una sonrisa, acción que ella replico.
Mi madre apretó mi mano sonriendo para después soltarla y empezar a comer su desayuno.
— Hijo, aún faltan unos días para tu cumpleaños ¿Haz pensado que vas a querer? — Preguntó en tono serio mi madre.
— Ahora que lo mencionas, no he pensado en eso. — Respondí poniendo los cubiertos sobre mi plato ya vacío. — Por lo general mi cumpleaños lo paso desapercibido por mis aventuras. — Agregué riendo.
— ¿Qué te parece si hacemos una fiesta e invitamos a todos tus amigos? — Preguntó emocionada mi madre.
— ¡Suena genial! — Respondí — Pero he perdido el contacto con la mayoría de ellos, dudo que puedan venir. — Comenté golpeando con los dedos los cubiertos.
— ¡De eso me encargó yo! — Respondió mi madre levantadose de la mesa y agitando mi cabello. — Ahora ve a ducharte y arréglate, necesito que vayas a Ciudad Verde por despensa para la semana.
— Entendido capitán. — Respondí mientras me paraba de mi silla y salía del comedor.
Durante la ducha no pude dejar de pensar en todos los viajes que había realizado, siempre me habían apoyado personas geniales, líderes de gimnasios e incluso rivales que me ayudaron a crecer como entrenador. De todos ellos, solo tenía el contacto tres entrenadores que conocí en mi último viaje.
— ¡Que gran amigo soy! — Comenté mientras caía el agua sobre mí. — Si vuelvo a verlos a todos, les pediré aunque sea su dirección para enviarles cartas aunque creo que eso ya no se usa hoy en día.
Salí de la ducha y me vestí, apesar del tiempo mi sentido de la moda no había cambiado, un pantalón de mezclilla con una camisa lisa de color obscuro junto con una sudadera que resaltará era el mejor conjunto que podía tener, claro sin olvidar la gorra.
Baje de mi habitación con mi pikachu sobre mi hombro, me dirigí a la sala donde se encontraba mi madre, ahí ella me dió una lista.— Procura no llegar muy tarde, tenemos que organizar y planear tu fiesta. — Comentó mi madre mirándome dirigirme a la puerta.
— ¡Claro! — Respondí tomando mi mochila que se encontraba colgada en el perchero. — Estaré antes de la cena. — Agregué saliendo de la casa y cerrando la puerta.
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Volverte A Ver
RandomDelia decide organizar una fiesta a Ash avisándole tres días antes, provocando que Ash tenga encuentros con viejos amigos y rivales. Múltiples situaciones de comedia se darán, pero ¿Habrá espacio para el amor o las chispas se habrán apagado?