Capitulo 3

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Deje a mis amigos de Kalos con el profesor Oak y me dirigí a mi casa a entregar el mandado. Clemont, Korrina y Bonnie no habían cambiado, seguían como los recordaba.

Al llegar a mi casa subí inmediatamente a mi habitación y me avente sobre mi cama.
— Ella viene con alguien más. — Murmuré tapando mi cara con una almohada. — Supongo es normal, pasaron tres años desde que nos vimos, todos continuaron con sus vidas. — Agregué levantándome de mi cama para después acercarme a mi librero.

— ¡Ash, te buscan acá abajo! — Gritó mi madre.

— ¡Ok, salgo para allá! — Respondí saliendo de mi cuarto. Baje las escaleras de mi casa y me dirigí a la puerta pero no había nadie afuera.

— ¡Sorpresa! — Gritaron dos chicas detrás de mí, gire rápidamente y las ví, May y Dawn.

— ¿Qué hacen aquí? — Pregunté mientras abrazaba a cada una como saludo.

— Tú mamá nos invitó. — Respondió Dawn agitando mi cabello. — ¡No puedo creer que tú mamá nos invitará a tu fiesta y no tú! — Reclamó apretando mis mejillas.

— ¡Yo me enteré de la fiesta hoy! — Grité tratando de alejarme de ella.

Mi madre que observaba a la distancia, solo reía por la escena. Dawn y May continuaron con el castigo por más de una hora, hasta que mi mamá nos llamó para cenar.

— Ustedes son unas jovencitas muy bonitas. — Comentó mi madre mientras servía los platos para cada uno. — ¿No entiendo porque nunca las volviste a ver, hijo?

— No tengo un teléfono, ma'. — Contesté poniendo los platos en la mesa.

— ¡Deberías comprar uno! — Comentó Dawn mientras tomaba un plato.

— Dawn tiene razón Ash, los teléfonos hoy en día son importantes. — Agregó May tomando su plato.

— Lo pensaré. — Respondí mientras me sentaba a lado de mi madre, quedando frente a Dawn y May. — Por ahora, ¿A quién más ya invitaste ma'?

Mi madre sólo sonrió e ignoro mi pregunta. La cena transcurrió de manera normal, hace tiempo que la mesa de mi casa no se veía tan alegre. Estuve sonriendo y riendo la mayor parte de la cena por los comentarios de Dawn y las reacciones de May.

— ¿Dónde se van a quedar? — Preguntó mi madre al terminar de cenar. — A nosotros nos sobra una habitación si gustan

— ¡Madre! — Grité ante su propuesta.

— ¡Aceptamos su invitación! — Respondieron las dos al unisono.

— ¡Perfecto! — Contestó mi madre levantándose de la mesa. — Iré a preparar la habitación.

— ¿Bromean verdad? — Pregunté observando fijamente a las dos. — No se quedarán en mi casa.

Ambas solo rieron y empezaron a platicar de sus logros, ambas habían ganado la copa listón y desde hace dos años han viajado juntas. Quizá fui el único que se alejó de todos accidentalmente. 

Mi madre llamo a Dawn y May a la habitación de huéspedes, ellas subieron con ella, yo salí a la calle a ver la noche. Pueblo Paleta había empezado a crecer, cada vez el nombre de Pueblo le parecía quedar más pequeño. Levanté la mirada y observé la luna, hoy había luna llena.

No supe cuánto tiempo tenía en la calle pero la noche se había vuelto más fría lo cual me obligó a regresar al interior de mi casa. Todas las luces se encontraban ya apagadas, subí a mi cuarto pasando por la habitación donde se quedarían Dawn y May, su puerta estaba entrecerrada y aún se veía luz adentro.

La curiosidad se apoderó de mi y me acerque a la puerta. La pequeña fisura me permitía una vista directa a una cama individual, no se escuchaba ningún sonido en los alrededores y mi pulso se aceleraba más y más. Puse mi mano sobre la puerta empujé suavemente procurando no hacer ruido. Me aleje de la puerta pensando en que quizá se encontraban dormidas, pero entonces ví las siluetas acercarse a la cama. May caminaba con solo ropa interior, se sentó sobre la cama y tomo una pijama corta. El físico de May era asombroso, se notaba que se mantenía en forma. Mi presión aumentaba cada vez más, recuperando la cordura me aleje de la puerta y me fui al baño. Remoje mi cara con agua fría y mirándome al espejo me sentí lleno de culpa por lo hecho.

— ¿Qué acabo de hacer?

— ¡Hola Serena! — Saludaba Bonnie.

— ¡Hey Bonnie! ¿Ya llegaron a Kanto? — Pregunto la pelimiel desde el asiento de un avión.

— Ya, llegamos el día de hoy. Kanto es muy distinto a Kalos. — Respondió emocionada

— Se nota que estás feliz ahí.

— Claro que sí, conocí los pokemons de Ash.

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