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Capitulo 7

Con solo un día para que se llevará acabo mi fiesta de cumpleaños, me sorprendió ver tantos rostros conocidos en el laboratorio del profesor Oak.

— ¿Alguien me puede decir que está pasando? — Pregunté mientras Pikachu subía a mi hombro.

— Están ayudándome a arreglar algunos detalles para mañana iniciar con tu fiesta hijo. — Respondió mi madre, describiendo lo evidente.

— Ah, ok.
Respondí mientras me dirigía a la zona trasera para saludar a la mayoría de mis Pokémon, una segunda sorpresa me lleve al ver al grupo de personas que estaban alrededor de Serena.
Había algunos rostros conocidos, Miette, Shauna y Tierno pero el otro chico no recordaba haberlo visto en mi viaje a Kalos. Con un gesto de mano saludé a los presentes y pase de largo. Realmente necesitaba preparar a los Pokémon que llevaría a mí estación de batalla.

— ¡Qué sorpresa verte, amigo! — Gritó Brook a mis espaldas para después levantarme del suelo con un fuerte abrazo. — ¡Felicidades por el...

— ¡Es mañana Brook! — Grité interrumpiendo, cosa que tomo por sorpresa a mi amigo y me soltó de su agarre. — Puedes revisar a Totodile, últimamente no ha estado activo. — Agregué como excusa para hacer que me siguiera para alejarnos lo suficiente.

Una vez alejados, me asegure que nadie pudiera oírlos tome de la mejilla a mi amigo moreno.
— ¿Cómo lo sabes? — Pregunté sin soltar su agarre.

— ¡Lucy, ella...ella me contó que te contrataron! — Respondió con algunos quejidos por el pellizco.

— ¿A quien más le has dicho?

— A nadie, lo juro. — Al escuchar su respuesta solté su mejilla, el solo cayó al suelo y acaricio la zona que se había vuelto roja cuál baya. — No deberías ocultarlo, pocos son los que pueden presumir de tener ese puesto. — Agregó mientras se levantaba del suelo.

— Scott prefiere anunciarlo el sábado, junto con el anuncio de una nueva estación.

Brock solo guardo silencio por un momento, antes de que me levantará en el aire y tratará de asfixiarme en su abrazo.
— Amigo, estás arriba de un líder de gimnasio.

— Lo se, puedo sentirlo ahora.

Brock dejo salir una risa.
— Hablo enserio. Como cerebro de la frontera deberás suponer un desafío mayor al de un líder de gimnasio. ¿Ya decidiste en qué tipo te vas a especializar? — Preguntó dejándome en el piso.

— No realmente...

Brock no perdió el tiempo, razón por la cuál comenzó a darme un sermón de casi una hora el cual no pude evitar. Tras una larga lista de pros y contras me encontré con muchos de mis Pokémon aún no estaban por completo evolucionados, lamente internamente aventurarme en tantas ligas sin permitirles mejorar más allá. Con una lista de alrededor de 15 Pokémon, había terminado de elegir a los primero que me acompañarían a mi nueva aventura. 

Camine lentamente por el laboratorio, mis compañeros me saludaban con sutiles gestos y en ocasiones me detenía a hablar con alguno de ellos sobre sus aventuras, me sorprendió que ninguno estuviera realmente molesto conmigo e incluso algunos habían venido acompañados por personas que desconocía pero me alegraba que estuvieran reunidos el día de hoy. 

Como no se podía evitar, eventualmente me acerque al grupo de Serena. Una leve incomodidad empezaba a florecer en mi al verla tan cercana a al chico que la acompañaba pero aun con esa sensación en mi, salude a los presentes. 

- Hola, nos sorprende la cantidad de Pokémon que tienes. - Comentó Tierno quien abrazaba sutilmente a Shauna. 

- He viajado bastante... - Respondí sonriendo, gire a ver al desconocido del grupo y estire mi mano. - ... creo somos los únicos sin presentarnos; me llamo Ash. 

- ¡Un gusto, mi nombre es Calem! - Respondió tomando mi mano. - Vengo...

- ¡Yo lo invite! - Interrumpió Serena con algo de nerviosismo. - Espero que no te ocasione molestias. 

- No es ninguna molestia, me alegra verlos aquí. - Conteste mientras colocaba mi mano en su hombro, acto que genero que el ambiente se volviera un tanto tenso e incomodo. - Los dejo, debo buscar a un viejo amigo. - Agregué antes de retirarme. 

- ¡Muchacho, tengo listo las pokeball que me pediste! - Gritó el profesor Oak al verme. 

Agradecí internamente al profesor, ya que el ambiente se relajo de manera rápida. Me aleje del grupo de Serena rápidamente, sin lograr escuchar el resto de la conversación logre oír como Calem reclamaba que no le permitiera hablar. 

El resto del día me encontré realmente ocupado en el traslado de mis pokeball al que seria mi estación como cerebro de la frontera, el recinto había superado mis expectativas. La estructura era enorme para un sólo entrenador, podía duplicar en tamaño a un gimnasio fácilmente. 
La forma era similar a la de un coliseo antiguo, teniendo incluso algunas esculturas de Pokémon rotas o dañadas. Las gradas estaban hechas de roca pura, sacrificando la comodidad de los espectadores por una ambientación inmersiva. 

- ¡Es sorprendente! - Dije mientras me colocaba en el centro de la arena. 

- Entiendes ahora porque quiero inaugurarlo lo más pronto. - Comentaba Scott a mis espaldas. Afirme, era un gran costo monetario cada uno de los centímetros del lugar. - Todos los entrenadores deben tener una oportunidad de pisar este gran escenario. 

Ambos comenzamos a reír, Scott puso su mano en mi hombro y un gran silencio lleno el lugar. Con un sutil movimiento saco de la bolsa de su pantalón una moneda con un emblema peculiar. 

- Permíteme el honor de entregarte el símbolo de la estrategia, este símbolo te acompañara el resto de tu estancia en el desafío de la frontera. Tu y solo tu tendrás los criterios para entregar esta insignia a los retadores...-Decía entregando en mis manos aquella moneda de un tono peculiar.-...con esto te doy la bienvenida oficial como cerebro del desafío de la frontera. 

Ahí, sin publico presente, sin amigos ni familiares, rompí en llanto. No sabía el motivo pero por alguna razón la emoción era tanta que abrace fuertemente a Scott, levantándolo unos centímetros del suelo.