C I N C O

38 8 1
                                    

Arian y yo nos quedamos mirándonos por unos segundos hasta que la voz de Adler nos interrumpe.

—¿Es ella? ¡Es ella!

Lo miro confusa. ¿Soy yo? No entiendo nada y eso me está dando dolor de cabeza.

—Tú eres la chica con la que Arian lleva soñando muchísimo tiempo. —Explica su hermano. El parecido entre ellos es increíble, sólo se diferencian en la nariz. La de Arian es fina y alargada mientras que la de Aurien es rechoncha pero linda.

—¿Por qué la ciudad está vacía?

Los tres se dan una mirada que me hace sentir fuera de lugar. ¿Me van a decir ya qué rayos está pasando o están más perdidos que yo?

—¿No lo sabes? -Pregunta Adler.

—No lo recuerda. —Responde Arian. Vale, definitivamente soy la única que está más perdida que Dora la explotadora sin su mapa. Tengo que dejar de hacer comparaciones tan raras en mi mente.

—¿Qué es lo que no recuerdo? —Todos ignoran mi pregunta y se dirigen al sofá, yo los sigo. Por algun extraño motivo me siento en confianza con ellos y no sé si eso es bueno o malo, al fin y al cabo, son desconocidos.

—Pero ya está fuera de la cúpula, es cuestión de tiempo que recuerde todo.

—Puede tardar semanas y lo sabes, Aurien —Protesta el pelinegro—. Yo tardé dos semanas y aunque hay un proceso más rápido es demasiado...

—¿Me podéis explicar de qué narices habláis? —Alzo la voz sorprendiendo a los tres chicos. Soy toda una caja de sorpresas.

—Arian, no nos mencionaste que tuviera ese carácter —Comenta el rubio mientras me mira de arriba abajo—. Ni esa vestimenta tan rara.

—No te lo podemos explicar, tienes que recordar por ti misma. —Dirige su atención a Adler— ¡Yo no podía saber que iba a tener carácter ni esa ropa tan... vómito de arcoiris! Los sueños duraban muy poco.

—No insultes mi ropa bajo ningún concepto —Zanjo—. En casi todos mis sueños sufrías, ¿por qué? —Siento que estoy preguntado algo muy personal pero necesito saberlo.

—Esto se está poniendo muy personal, ¡hasta la próxima! —Adler se va corriendo.

—Bueno... tengo que... pasear al perro. —Aurien también se va cerrando la puerta tras de él. Ahora sólo quedamos Arian y yo. Esto va a ser bien incómodo, lo veo venir.

—No tenemos perro. —Es lo primero que dice.

—Se le da mal mentir, supongo.

—Muy mal. —Hace una pausa— No te puedo explicar porqué sufría, sólo te puedo decir que los sueños son recuerdos reales de cuando éramos pequeños.

—¿Y por qué no me lo puedes decir? Me tienes demasiado intrigada.

—La cúpula tiene un efecto que hace que olvides lo que ellos quieren que olvides.

—¿Ellos? —Realmente estoy más perdida que en clase de dibujo técnico, y os aseguro que suspendía esa asignatura cada año.

—No te lo puedo decir pero ellos son malos. Ellos son los creadores de Versteinerung.

—¿Cómo sabes el nombre de la parálisis? La pusimos en el puebl...

—En Auserwählten, lo sé. Te dije que yo era de allí pero escapé.

Hasta ahora había pensado que el panadero rompió la cúpula pero... ¿Y si fue Arian?

—¿Tú rompiste la cúpula?

Versteinerung © [#1 Experimentos Letales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora