O C H O

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Maratón 1/2.

Estoy en un plácido y reconfortante sueño donde me dan chocolate y como muchos gofres con chocolate blanco y caliente pero las avispas malas se lo quieren llevar para comérselo ellas. También están intentando llevarme a mí mientras dicen mi nombre en un zumbido tenebroso. Agito los brazos para quitarmelas de encima pero no funciona.

Abro mis ojos despertándome sobresaltada y golpeo a las avispas con mi puño. El golpe que he dado es bastante fuerte así que ya no me molestarán más. Estoy dispuesta a volver a cerrar mis ojos y dormir cuando, al instante, me doy cuenta de que "las avispas" eran Arian, y que ahora está en el suelo sujetándose su mandíbula adolorida.

-¡Perdón! Creía que eras unas avispas malas que se comían mi comida. -Murmuro mientras froto mis ojos tratando de espabilarme. La vergüenza que siento es indescriptible pero a él parece no importarle en absoluto.

-¿Otra vez soñando con avispas? De pequeña lo hacías todo el rato. -Cuando deja de frotarse y despega su mano, puedo ver mi puño marcado en su piel como una marca roja.

Me pongo tan roja de la vergüenza que me levanto de la cama sin responder la pregunta y voy al armario para ponerme la ropa que me dejaron temporalmente. Mi cuerpo se siente cansado por haberme dormido tan tarde pero a la vez estoy satisfecha porque los mensajes tranquilizarán a mis seres queridos.

-¿Puedes darte prisa? -Hay un deje de impaciencia en el tono del moreno.

-¡No! -Paso con más tranquilidad las prendas de ropa. Ya estoy rebelde de nuevo.

-¡Adalia!

-¡Qué!

-Que tenemos que encontrar a nuestros amigos y te dije que a primera hora.

-No soy una persona mañanera.

-Ya, se nota.

Me giro con el conjunto que quiero en las manos y lo encaro.

-¿Sabes qué se nota también? ¡Lo estúpido que eres!

Otra vez Arian no puede responder porque la puerta se abre. Siempre lo dejan con las palabras en la boca y eso me hace sonreír maliciosamente.

-¿Por qué sois tan escandalosos? Enserio, estáis todo el día gritando, se os oye desde la cocina. Menos mal que lo único que hacéis es pelear y no foll...

-¡ADLER! -Gritamos a la vez para que no termine la frase. Esa es la frase prohibida. El rubio simplemente suelta una carcajada y nos ignora.

Yo echo a empujones a Arian para poder cambiarme tranquila y éste, por suerte, no se resiste.

Cojo las prendas que he elegido y me las pongo. Me miro al espejo y cepillo mi pelo con un peine que encontré por ahí en un cajón. No me preguntéis que había ahí el peine y no en el baño, estos chicos son así de raros. Además, Adler parece no haberse peinado en su vida. Su mata de cabello rubio siempre está rebelde.

Una vez preparada, salgo de la habitación para buscar a los chicos, que están en el salón ya preparados.

-Estoy lista.

Arian asiente y camina a la habitación dejando a los otros dos chicos atrás. Por lo visto sólo vamos a hacerlo él y yo.

El sitio es el mismo del ayer. El moreno se sienta en una silla frente a mí y yo en la camilla. Tomo aire por la nariz tratando de relajarme. Todo va a ir bien, me repito.

-¿Estás segura, Adalia?

-Totalmente. -Mi tono de voz es firme aunque por dentro no lo estoy tanto. Recuerdo todo lo que sufrí por culpa de Los Mejoradores y lo mucho que llegué a odiar mi habilidad pero tengo que ser fuerte. Aunque no sea por mí, que sea por mis amigos.

Versteinerung © [#1 Experimentos Letales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora