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4: Treat You Better

PDT: No piensen mucho en los títulos de los capítulos, son solo nombres de canciones, algunas veces puedo cambiar una palabra para que cuadre con el capítulo.

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—¡Ah! — gemí en queja por la punzada de dolor en mi cuello. Recién despertaba y no sólo mi cuello estaba adolorido, todo mi cuerpo lo estaba, en especial mi espalda baja.

Comienzo a abrir mis parpados lentamente, pestañeando varias veces, para que estos se acostumbren a estar abiertos y que la luz del sol, que traspasa la cortina de la ventana, no los afecte. Me estiro, aún acostado, para despertar mis músculos, por la acción, un pequeño gemido perezoso sale desde mi garganta, sin embargo, su sonido es cerrado ya que no abro mi boca para que sea totalmente audible. Los recuerdos de lo de anoche llegan, dándole un buen golpe a mi cabeza, definitivamente no fue lo que esperaba. Decido que ya es momento de levantarme volteo a ver la superficie acolchada en la que me encontraba anteriormente y solo puedo decir una cosa.

—¡Maldito sofá de mierda! — digo entre dientes, llevando una mano a mi espalda baja para masajearla un poco y hacer el dolor un poco más llevadero. Mi otra mano la guío a mi rostro, y lo restriego con esta, para luego peinar mi cabello hacia atrás.

Camino, dejando la sala atrás, y me intento guiar a donde sea que esté el baño, paso cerca de la cocina, por lo que logro visualizarla para cuando vuelva del baño dirigirme a ella; sigo mi camino deteniéndome en la puerta color blanco sin decoraciones, la observo por unos segundos, pero aparto la vista para seguir con mi búsqueda, luego de hacer mis necesidades y beber café me mataré la cabeza con los pensamientos que ya debería estar teniendo, un poco más adelante encuentro otra puerta del mismo color, tomo el pomo y la abro encontrándome con el baño. Mi vejiga está tan llena que siento un cosquilleo en mis parte baja, exigiéndome vaciarla, y no dudo en hacerlo.

Me acerco al lavamanos, abro la lleve, tomo la barra de jabón que estaba en este y lavo mis manos, para eliminar los gérmenes en estas, no tengo mis productos de cuidado facial conmigo, así que simplemente junto mis manos, formando una pequeña cuna, y permito que se llenen de bastante agua, para luego humedecer mi rostro con esta, cierro la llave y tomo una toalla, que se hallaba doblada en una pequeña estantería colgante en la pared, con cuidado seco mi rostro y mis manos. Con la toalla aún en manos, dirijo mi vista al espejo para analizar mi rostro, mis ojos están algo inflamados por haber dormido, debajo de estos se puede ver el fantasma de unas ojeras, tengo los labios algo resecos, por la falta del líquido cristalino en mi sistema.

Intento localizar un cepillo dental, ya que mi aliento mañanero es un asco, igual que el de cualquier persona, pero no lo encuentro, sólo consigo la pasta dental, por lo que no me queda otra opción más que hacerlo con mis dedos, aplico en mi dedo índice la pasta y lo llevo a mi boca para hacer la tarea. Una vez creo que es suficiente, abro nuevamente la llave, enjuago mi dedo y mi boca, para cerrarla. Seco las zonas que se hallan húmedas de mi rostro y manos con la toalla y salgo del baño.

Me encuentro de nuevo con el solitario pasillo y el silencio del hogar, me dirijo a la cocina para intentar conseguir un poco de café, el cual sólo tomo para despabilarme ya que detesto su sabor amargo, pero no lo consigo, reviso el refrigerador encontrándome con pocas cosas, solamente hay unos paquetes de galletas, leche y agua. Reviso lo gabinetes, estos, conteniendo paquetes de fideos instantáneos y algunos condimentos para dar color y sabor a la comida.

Me resigno y cierro este, me siento en el mesón de la cocina, y, ahora sí, permito que mi mente se concentre sobre la situación y lo que ocurrió hace algunas horas.