Me vuelves loco [KatsuDeku]

Seamos Mejores Que Ayer.

Su madre oía atentamente todo lo que el abogado decía sobre el asunto de la inesperada y exagerada herencia.

No había dormido la noche anterior por la gran noticia de que un bisabuelo le había dejado dos millones de dólares.

Estaba impactado.

¿Cómo era pasible qué un pariente suyo tuviera tanto dinero? ¿Y por qué él? No recordaba haberlo conocido.

No recordaba ni a la mitad de su familia.

Pero eso sólo fue una pequeña parte por lo que no pudo pegar el ojo.

En lo que no dejó de pensar, fue en que Katsuki quería que volvieran ser amigos

¡Era un sueño hecho realidad! Aunque obviamente desearía que fuera más que sólo eso.

«No.»

Negó con sutileza.

Se había prometido guardar esos sentimientos hacia Katsuki, para poder ser los buenos amigos de antes.

—Joven Izuku —El abogado llamó a Izuku, quien volvió a prestarle atención—, el dinero de su bisabuelo será suyo cuando cumpla con la mayoría de edad. Sólo usted tiene el poder sobre esa cantidad de dinero.

Asintió.

No me digas que ahora serás la diva. ¡Ja!

Gruñó por lo bajo.

Pero ese no era el mejor insulto que Yamikumo le hubiera dicho.

Si era sincero, ya casi ni lo escuchaba. Seguía ahí. Lo sabía. Pero no sé notaba.

Y ahora solo se quejaba de estupideces.

«Necesito hablar de esto con Todoroki.»

Debía de estar progresando. Eso lo alegro.

El abogado miró nuevamente los papeles.

—También le deja a su bisnieto Yō, una casa de verano en Los Angeles a su nombre.

Vio cómo su hermano alzó los brazos y cantaba victoria. Al final no lo habían dejado de lado.

—El joven Yō tiene que firmar este documento.

Le pasó unos papeles a su hermano, quien iba a firmar sin antes leer.

Rodó los ojos y negó en desaprobación, por lo que él se los quito y los leyó.

Después de que le diera el visto bueno, se los paso a Yō para que pudiera firmar.

—Eso sería todo —El abogado tomó los documentos y los guardo

—Muchas gracias, señor Shirakumo —Agradeció Inko, estrechando la mano del abagado.