Un Inocente Y Anhelado Deseo.

9.8K 1.2K 901
                                    

—Puedo decirte con toda certeza que Yamikumo se ha ido —Le dijo Shōto, mientras escribía en su libreta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Puedo decirte con toda certeza que Yamikumo se ha ido —Le dijo Shōto, mientras escribía en su libreta.

—¿Enserio?

No lo podía creer. Lo había logrado.

—Bueno, has pasado prácticamente una semana sin escucharlo, lo cual es un buen indicio —Explicó—. Algunas voces llegan a tener propósitos específicos. ¿Tuviste algún enfrentamiento con él?

Izuku lo pensó por unos cortos segundos. Y un momentos vino a su mente.

—Sí. Tuve un enfrentamiento con él.

—Puede que esa sea la causa —Garabateo algo y continuo:—. Las pastillas eran un soporte. Pero aún no hay estudios completamente ciertos del porqué desaparecen en algún punto. Hay personas que lo han logrado sin ayuda. Aunque les fue más difícil.

—Entonces ¿estoy bien?

—Por supuesto —Shōto sonrió—. Lo has hecho bien, Izuku. Pero por tres días más sigue tomando una pastilla cada mañana.

—De acuerdo —Se levantó del sofá e hizo una reverencia—. Te lo agradezco mucho, Todoroki.

Shōto hizo un ademán de despedida e Izuku salió de la habitación.

Afuera respiro hondo y victoreo en silencio.

Yami nunca regresaría. O eso espera.

Al parecer su propósitos era recordarle lo cobarde que era. Y es que si lo pensaba bien, si había sido un cobarde.

Sin embargo, ahora le daba risa recordar esa faceta. (Mi sufrimiento es mi comedia diaria).

Pero ahora había enfrentado ese obstáculo y estaba listo para avanzar.

Y cuando decía que estaba listo para avanzar, se refería a la «cita» con Katsuki en la tarde.

Mentiría si dijera que no estaba nervioso.

Había estado distraído toda la semana por eso.

Pero estaba seguro que si daba lo mejor de sí, las cosas podrían funcionar entre ellos dos.

Se despidió de Momo y salió de la clínica, encontrándose con su hermano hablando por teléfono.

Ignorandolo entró al auto y espero a que Yō subiera, por lo que sacó su teléfono y se puso a jugar Subway Surfers.

Yō subió y arrancó el auto.

—¿Emocionado por tu ci-ta? —dijo su hermano con cierta malicia y con una voz chillona.

Rodó los ojos y pateó el asiento, haciendo que le dé al claxon con la frente.

Yō se quejo y él simplemente se regocijo por el chichón que tenía y siguió jugando con su teléfono.

Me vuelves loco [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora