Me vuelves loco [KatsuDeku]

El Entrenador Y La Casi Paliza.

Corrió por la acera, evitando chocar con la gente de pasó.

Había salido de su casa con prisa para llegar a esa cafetería en la cual podría encontrar pistas —o hasta la respuesta— sobre lo que estuviera escondiendo su hermano.

Esquivo a una anciana que tenía una bolsa de compras.

—¡Perdón!

Giro por unas dos cuadras más y cruzó el parque, llegando a la entrada del dichoso local.

Inhalo y exhalo lentamente.

«Mierda. No sabía que podía correr tanto.»

Miró el lugar, mientras aún recuperaba el aire.

Simple y de cierta manera cálido. Ventanales de vidrio con el logo del lugar: una clásica taza de café humeante. Y con un oso de peluche detrás.

Una carpa de colores neutros, haciendo sombra para las mesas del exterior.

Adentro tenía un ambiente clásico y olor a nueces molodad de café. Mesas de madera y sillones de cuero rojo. El piso de cuadros blanco y negro y lámparas de luz amarilla colgando del techo.

Una barra —seguramente de madera de roble— con sillas acolchonadas.

Camino hasta la barra, donde una chica lo atendió.

—Hola. Bienvenido a «Teddy's Love». ¿En qué puedo servirle?

—Eh, bueno —Sacó su teléfono y le enseñó una foto de Yō—. ¿Este chico a venido aquí últimamente?

La chica miró la foto y acarició su mentón.

—Creo que sí. Puedes sentarte en una de las sillas de la barra. Creo que una amiga mía te puede ayudar. Ya vuelvo.

Izuku se sento y espero.

Si en ese lugar lograba encontrar, aunque fuera la más mínima pista, sería un gran avance.

Un hombre se sento al lado suyo y pidió un capuchino.

—¿Eres nuevo por aquí, michacho?

—¿Eh?

Era alguien alto. Mucho. Su cabello era rubio, largo y tenía unos mechones en su frente. Su piel era morena clara, destacando sus ojos azules. Se veía joven. Tal vez un tipo cerca de los treinta. Pero seguia viéndose muy joven.

Tenía un cuerpo trabajado, musculoso y fornido. Su rostro era de barbilla larga, pero rasurada y firme. Tenía algunas vendas en sus manos y usaba una sudadera negra y zapatilas deportivas.

—¿Me habla a mí?

Las personas no suelen prestarle atención a la primera. No lo juzguen.

—Vengo aquí desde hace tres años. Se quienes son nuevos por la zona —Tenía una voz gruesa, firme y motivadora.