That family is mine [2Seok]

[03]

Eran las ocho de la noche cuando el timbre del departamento de Seokjin resonó en el mismo, por lo que tanto el alfa como su madre corrieron en dirección de la puerta con la intención de abrirla, empezando a empujarse entre ellos, peleando por quien lo haría hasta que Hye Kyo se declaró la ganadora al proporcionarle a Seokjin una patada que lo envió lejos. Con una gran sonrisa la mujer abrió la puerta, encontrándose con Hoseok, quien junto a su acompañante había escuchado todo el escandalo provocado por ese par, ambos se mantenían de pie con expresiones llenas de sorpresa, sin dejar de observar a la omega, quien ahora sabían no era para nada inofensiva.

—Hoseok, debo irme, nos vemos mañana en la oficina.—Se despidió el alfa con una sonrisa incomoda y el rubio asintió.—Adiós bebecito.—Expresó con dulzura y dejó un beso en la frente del cachorrito, quien se permitió sonreírle al guapo hombre.—Buenas noches.—Hizo una reverencia ante Hye Kyo y empezó a alejarse con pasos lentos.  

—Gracias por acompañarme, Yoongi.—Expresó el omega con una sonrisa y el alfa volteó con una dulce sonrisa.—Ten una linda noche.

—Fue un placer, nos vemos mañana.—Expresó antes de presionar el botón del elevador y cuando las puertas de este se abrieron el alfa hizo un gesto de despedida con su mano que le fue correspondida por Taehyung, quien lo miraba con una gran sonrisa hasta que la imagen del alfa dejó de apreciarse debido a que las puertas del ascensor se cerraron, robándole un suspiró al rubio, quien ignoró totalmente a Seokjin, que permanecía frente a la puerta, de brazos cruzados y lo observaba con seriedad.

—¡Hola, Jinnie!—Saludó con una sonrisa despreocupada y se adentró al departamento con pasos tranquilos, por lo que el alfa frunció el ceño antes de seguirlo y cerrar la puerta a sus espaldas.

—Jung Hoseok, ¿qué horas son estás de llegar?—Cuestionó con una expresión severa, mientras observaba al omega tomar asiento en uno de los sofás.

—Lo siento, tuve que quedarme un poco más en la oficina porque habían muchos documentos que revisar, afortunadamente Yoonie seguía allí y se ofreció a traerme.—Contó mientras le quitaba la chaqueta a Taehyung, quien los miraba con curiosidad.

—La próxima vez que necesites quedarte hasta tarde puedes llamarme, yo iré por ti.—Respondió el pelinegro antes de marcharse a zancadas en dirección a su habitación, por lo que el omega lo observó con sorpresa.

—No hagas caso a sus rabietas, él solo estaba preocupado, temía que te sucediera algo estando solo en las calles con el cachorrito a esta hora.—Comentó Hye Kyo de manera despreocupada y el rubio asintió.—Debes tener hambre, ven conmigo.—Pidió y Hoseok se puso de pie para seguirla en dirección a la cocina, tomando asiento frente a la pequeña mesa.

—Disculpe, señora Lee.—La llamó el rubio, mientras que la omega colocaba un plato frente a él.

—Oh, por favor, solo dime Hye, llevamos años conociéndonos, desde que me divorcie nadie además de ti me llama señora.—Pidió con amabilidad y su contrario asintió en respuesta.—Ahora si, ¿qué necesitas?—Cuestionó luego de dejar una taza con café caliente frente a él y se sentó en otra de las sillas.

—Hye, ¿de casualidad tendrás el contacto de una niñera de confianza?—De inmediato los ojos de la mujer dieron con Taehyung, quien estiró sus manitos en su dirección, por lo que la omega lo tomó en brazos.—La naturaleza de mi trabajo no me permite llevar a Tae de un lado al otro, así que necesito de alguien que pueda cuidarlo en mi ausencia, quería llamar a mi madre pero las circunstancias no me lo permiten.—Contó con algo de vergüenza y la omega sonrió un poquito.

—Yo puedo cuidarlo.—Propuso, notando que el omega se notaba bastante inseguro.—Tengo mucho tiempo libre aquí y cuidar del cachorro no me presenta ningún problema, de hecho ya no estará tan sola entre estas cuatro paredes...—Continuó con una débil sonrisa, notando que el rubio seguía sin sentirse del todo convencido.—Hagamos algo, mañana cuidaré de Taehyung mientras trabajas y si hay algo que no te guste buscaremos un buen servicio de niñeras, ¿de acuerdo?—Cuestionó con tranquilidad y el omega asintió.