That family is mine [2Seok]

[08]

La habitación que ambos compartían se encontraba inundada por un profundo silencio que era brevemente interrumpido por los bajos ronquidos de Seokjin, tanto él como Hoseok dormían profundamente, disfrutando de la calidez de las mantas y del agradable ambiente que invadía el espacio gracias a sus aromas combinados, siendo completamente ignorantes de que el reloj que descansaba en la mesa de noche que se encontraba al lado del alfa marcaba exactamente las diez y media de la mañana.

El agradable ambiente se vio abruptamente roto gracias al escándalo que la madre de Seokjin causó al adentrarse en el sitio sin permiso de nadie, una sonrisa malvada brillaba en sus labios.

—¡Arriba, holgazanes, son casi las once de la mañana!—Exclamó golpeando la cuchara que sostenía en una de sus manos contra el sartén que llevaba en la otra.—¡Jinnie, cariño, hoy es un día importante, no querrás llegar tarde!—Continuó haciendo más escándalo que antes y tanto alfa como omega despertaron bastante asustados.

El rubio, todavía aturdido y asustado se removió con brusquedad para salir de los brazos de Seokjin, pateándolo en el proceso, por lo que soltó un escandaloso grito antes de caer fuera de la cama, solo fue cuestión de segundos para que los alaridos de Taehyung inundarán la habitación, el cachorrito miraba en todas direcciones, bastante asustado por no entender nada de lo que estaba sucediendo.

—¡Madre, ¿estás loca?, casi nos matas de un susto!—Regañó el alfa, mirando mal a la mujer y se levantó del suelo para avanzar hasta la cuna en la que el bebecito se encontraba y lo tomó entre sus brazos.—Ya paso, tranquilo bebecito...—Susurró mientras caminaba por la habitación, esperando que la conmoción pasará.—Todo está bien.—Continuó consolándolo hasta que el cachorro dejó de llorar.

—Lo siento tanto, no creí que Tae se asustaría así.—Expresó Hye Kyo con una sonrisa nerviosa y su hijo suspiró, dejando a Taehyung en brazos de Hoseok, quien le sonrió con dulzura a su hijo, dejando una caricia en su mejilla.—El desayuno ya está listo, debemos darnos prisa, como dije, es un evento importante.—Continuó de manera despreocupada y avanzó hasta el omega.—Hobi, yo me encargaré del cachorro, ustedes arréglense.—Estiró sus manos, pidiendo que el cachorrito le fuera entregado, el rubio dudo un poco, sin embargo, todo ápice de duda se desvaneció cuando el bebé estiró sus manitos en dirección de la mujer por lo que terminó entregándolo.

—Gracias, intentaremos no demorarnos.—Hye Kyo asintió y caminó hasta el closet de su hijo, tomando de allí lo que necesitaría para preparar cambiar al cachorrito y abandonó la habitación con pasos tranquilos, dejando a solas a los otros dos, sumergidos en un corto silencio.

—Tae se ha encariñado mucho con mi madre.—Comentó Seokjin con una sonrisa despreocupada mientras se movía por la habitación, buscando la ropa que usaría ese día.

—Pude notarlo, Hye Kyo es muy linda con él, pero me preocupa que cuando llegue el momento de irnos Tae se lo tome mal.—Respondió Hoseok mientras se encargaba de arreglar la cama y los pasos del alfa se detuvieron con brusquedad, el aroma del pelinegro se volvió agrio y picó en la nariz del omega, por lo que volteó, notando que Seokjin tenía una expresión extraña en el rostro, parecía afectado con lo que había dicho.

—¿Irse?—Cuestionó en un susurro, apretando un poco las prendas que sostenía en sus manos.—Hoseok, ya habíamos hablado de esto, no es necesario que se vayan, tanto tú como Taehyung están bien viviendo aquí, al bebecito no le falta nada y mi madre los adora a ambos.—Comentó dejando la ropa sobre la cama y avanzó hasta estar frente al omega, quien retrocedió dos pasos, un poco aturdido por el repentino cambio del alfa.

—Lo sé.—Respondió esquivando la mirada del pelinegro, muchos sentimientos nuevos lo abrumaron y aunque su lobito parecía feliz con todo, él estaba incómodo, no estaba seguro de lo que sentía y no quería confundir a Seokjin también.