Capitulo 12

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Marshall: ¡Nunca en tu vida vuelvas a provocarme en público! Me escuchas Deep, espero que te quede bien grabado.

Bel: Fuerte y claro Marshall, ahora me sueltas por favor.

Marshall: ¡MALDICION NO! Es que acaso no escuchas, si te atreves a abrir la boca, todo el mundo se va a enterar de tus borracheras... de lo fácil que te vuelves... y de como te lanzaste conmigo...

Bel: Sabes que nadie te va a creer Marshall.

Marshall: Eres una perr...

Dios el sí que se alteraba cuando quería... pero nunca me había dicho cosas así... a decir verdad nunca lo había visto tan alterado en los tres años que nos conocíamos pero no me gustaba verlo asi y estaba a punto de insultarme gravemente así que, mejor que callarlo antes que me dijera pe-rra. Pero no hablándole ni gritándole ni golpeándolo, estire la mano libre y lo tome del cuello nuestras bocas se juntaron y él se quedo completamente quieto, por un momento pensé que estaba haciendo el mayor de los ridículos de toda mi vida.

Mientras presionaba sus labios el soltó mi muñeca y me cruzo ambos brazos por la espalda, me apretaba contra él mientras me besaba, me atrapaba contra la pared, las manos de Marshall recorrían mi espalda intentando traspasar la piel, parecía desesperado... me besaba como si fuera a acabarse el mundo, como si fuera la última oportunidad.

Marshall: Esto... no lo puedo creer... no quería que pasara... no quería que supieras... no tú...

Le costaba hablar e hice lo que siempre quise en vez de contestar, agarre fuerte entre mis dedos su suave cabello, mientras el tenia la cara enterrada en mi cuello.

Marshall: Odio esto que me esta pasando y no puedo creer que tenga esta conversación precisamente contigo...

Bel: Marshall no soy una cualquiera, jamás me burlaría de esto, no tienes que amenazarme, no tienes que decir nada yo guardare el secreto si quieres, pero es estu-pido, no es nada del otro mundo.

Y esta vez fue él quien me beso. Dios no podía resistirme a él, lo deje besarme como solo el sabia, besarme hasta cansarse, y así lo hicimos en el cuarto de limpieza.

Marshall: No puedo creer que esto esté pasando.

Bel: Si me lo preguntas yo tampoco.

Estábamos juntos, era tan lindo estar así con él, cálido... Oh dios este chico había nacido para ser un Casanova, pero el tiempo se nos estaba acabando y debíamos salir de ahí.

Bel: Ya basta, ahora... te odio Marshall.

Marshall: ¿Perdón?

Bel: Estoy caracterizándome, hay que salir a la realidad...

Marshall: ¿De qué... que pasa contigo? ¿Qué realidad?

Bel: Vamos Marshall, la realidad, una en la que Marshall Bruce Mathers y Bel Deep se detestan, la realidad ahí afuera, fuera del cuarto de limpieza.

Marshall: Entonces quiero vivir aquí. Bel no podemos volver a esa realidad.

Bel: Oh por favor Marshall, tu sabes que es... no voy a caer contigo. No yo.

Marshall: Ósea chiquita ya caíste, olvídalo, no quiero... estamos bien.

Demonios sí que lo estábamos, demasiado bien para ser verdad, el estaba agarrándome hacia él, sus manos tocando mi piel y me perdía... no podía dejarlo tomar ventaja por lo que me aleje y lo mire a los ojos.

Bel: ¡No! Tú sigues siendo Marshall Mathers y yo pues sigo siendo yo.

Marshall: Tu eres tú y yo soy yo pero juntos...

Bel: Juntos nada, esto... esto no debía pasar, igual no quiero ser una de tus gatas métetelo en la cabeza porque no hay más.

Abrí la puerta y salí corriendo, el me llamo pero no me detuve, tenía que escapar de el, de lo que significaba Marshall Mathers no podía caer frente al enemigo, además el no se interesaba en mi más que para molestar, no le creería su farsa... lo que él quería era tenderme una trampa, si eso era y nada mas...

Estaba llegando al gimnasio cuando una mano me detuvo.

Marshall: Espera...

*Acéptalo, eres mía*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora