Capitulo 26 *Hot*

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Bel: Tu estas… y si solo quieres jugar conmigo…

Marshall: No, nunca he jugado contigo… nunca, y cada vez que nos ponían a bailar o actuar o cantar juntos… dios lo amaba… bel perdamos esto… no renuncies…

Bel: Estas lleno de discursos he Mathers.

Marshall: Maldición bel, creeme cuando te digo que no soporto que me mires así… no soporto verte ahí sin poder abrazarte y demostrarte… que digo si puedo…

Bel: No… no… Stop… Marshall…

Pero el prácticamente se lanzo sobre mí, me inmovilizo y tomo posesión de mis labios, no pudo contener un gemido que salió de su garganta, aquel era un beso dulce, muy dulce, como un trozo de chocolate, enviciante no como el otro, el de antes en la playa, el se mostro violento y brusco, era un castigo el mismo lo dijo, pero este era dulce, y no proteste cuando el beso se hizo más profundo, ni cuando note que su mano se deslizaba por mi piel, por mi barriga, mis costillas… siguiendo el contorno de mi seno, ni cuando esta se deslizo por atrás y tiro del cordón de la bikini, cuando Marshall retiro la prenda todo mi cuerpo tembló, ansioso y asustado, pero me tranquilizo al sentir como el mismo se estremecía, me miro a los ojos y volvió a besarme, a mesclar sus alientos mientras cubría con su mano completamente mi seno, sabía que no había marcha atrás, no había botón de stop, esta vez el llegaría hasta el final y yo aun no sabía…, lo empuje un poco…

Bel: No es justo…

Le dije mientras le jalaba la playera, y salió volando hasta perderme, note como él se tensaba cuando tire del broche de su bermuda, su dorso estaba duro, y me miraba a los ojos, dios debía dejar de mirarme si quería que siguiera porque mis manos temblaban tanto que jamás terminaría con la tarea, dios estaba hambrienta de sus caricias, sedienta de sus besos y su cuerpo le gritaba pidiendo cosas de que no sabía, subí las manos por su espalda mientras buscaba sus ojos, mientras se me hacía agua la boca por otro beso…

Marshall: ¿Qué quieres? Dímelo y lo hare…

Bel: Un beso solamente.

Trague saliva y entre abrí los labios, estaba insegura de todo pero no podía detenerse, lo jale de la nuca y arquee el cuerpo hacia él, no supe porque mi cuerpo hizo eso, su boca era un pecado, y luego de unos segundos de ese beso tan lindo de mi vida él se levanto cuan largo eran sus brazos y me miro como un gran animal hambriento, el parecía pedirme permiso de algo o no sabía porque me miraba así, pero algo dentro de mis ojos le dio permiso porque su siguiente movimiento fue bajar , parecía que fuera una terminal de corriente por que recorrió todo el cuerpo, ansiaba mas y mas… esto superaba todas las fantasías, enrede los dedos en su sedoso cabello mientras él seguía , animado seguramente por los gemidos… de pronto el volvió a besarme en la boca, le di libre acceso al tiempo que el cuerpo de Marshall me cubría y dejaba su peso sobre mi era lo más erótico que había hecho en toda mi vida… abrí los ojos al notar que los labios de Marshall se despegaban un momento de los míos, el se acomodo sobre mi y parecía que estábamos hechos para yacer así por toda la eternidad, acomodados con una increíble perfección, el me miraba y yo apenas podía respirar, el me deseaba, me deseaba tan ardientemente como yo lo deseaba a él, ya lo sabía pero sentirlo contra mí me quitaba el aliento.

Marshall: ¿Estás segura?

Había logrado que el gimiera, y me gustaba… volví a frotarme contra él y el volvió a gemir… pero esta vez el se inmovilizo… ¿en qué momento se quito el bermuda? Dios ya  estábamos como Adán y Eva…

Marshall: Bel… has… tú has… esto…

Bel: Te deseo Marshall…y esto duele…

Fue la primera vez que perdí el control completamente, me beso hasta que tuvo que apartarse para tomar aliento y así y todo no se alejo de mi, con la rodilla entre mis largas y suaves piernas, una mano en mi cadera, sentí estremecerme, emití algo parecido a un sollozo y ese sonido tan mágico y torturante lo lance contra la realidad, era virgen, y él sabía que era virgen, actuaba como una… dios era la primera vez que estaba en una encrucijada tan grande, pero al parecer decidí ir por el al enrollarle los brazos en el cuello y reclamar otro beso, sentía todo el cuerpo tirante, crepitar, me beso sin saber si seguir adelante, dios del cielo ayúdame, implore mentalmente mientras le mordía el labio y yo subí una pierna en su cadera, estaba entre sus piernas… donde quiso estar él desde el primer día que me vio con los diminutos pantaloncillos que a mi tanto me gustaba ponerme. Sentía como con cada movimiento su amigo se acercaba mas a ese lugar especial, dejo de besarme me inmovilizo para que no pudiera besarlo… sus ojos en mis ojos, el se hundió en mi y vio la sorpresa en mi rostro… estaba colorada pero no di ningún signo de rechazo, necesitaba mirarme así, a los ojos, ver su reflejo en ellos para no perder el control, el encontró la barrera que sabía que había.

Pero seguía abrazada a él, mis dedos enterrados en su espalda pero no sin uñas, tenía mi propia batalla, no quería herirlo y cuando él estaba a punto de rendirse me relaje y lo bese, lo bese en la barbilla…

Le bese los ojos y encontré humedad, me beso por todos lados donde pudo mientras el mismo dejaba salir unas cuantas lagrimas y me aferraba contra él, dios cuanto me amaba… me necesitaba, me deseaba, me amaba más que a cualquier cosa… yo me moví y fue una punzada dentro de mi cuerpo, su amigo me estaba reclamando, sentía hervir mi vientre y estaba a punto de desfallecer de deseo, empecé a moverme lentamente, muy lento, en un vaivén de pasión, respiraba en su cuello cada vez más agitada, apenas podía mantenerlo lento, cada embaste era más fuerte que el anterior, ya no podría soportarlo más, mis músculos estaban tensos y gemía roncamente en su oído.

                                                               

(Narrador)

El se sentó y la miro dormir, y era bella. como un ángel para él, y él la observaba. Nunca en toda su vida sexual había tenido ni un solo descuido, pero con ella, con ella no podía pensar, jamás podía, no lo lamentaba pero ¿y ella? Lo deseaba…  lo amaba pero ¿Lo perdonaría si…? Tomo su bermuda y se la puso, miro las maletas, abrió una negra y descubrió que era la de ella, sabia cual era su ropa saco una playera de esas que le gustaban, esas anchas y que dejaban ver un hombro, escarbo mas y saco un brasier y unas pantaletas negras, y mientras ella dormía comenzo a vestirla suavemente...

 

*Acéptalo, eres mía*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora