Carmuel: Suya/Mío |Adaptación|

19.- Conociendo

P.O.V. Samuel

-¿Samuel?

-¿Si, cariño?

Carla sonrió durante unos segundos, y luego se acomodó encima de mi pecho, mirándome con sus enormes ojos verdes, que por cierto me encantaban.

-¿Cuándo volveremos Madrid?

-Cuando tú quieras. ¿No quieres conocer Paris antes?

Mi rubia se mordió el labio, indecisa, mientras paseaba su índice por mi mentón.

Finalmente, sacudió la cabeza.

-Quiero ver a Theo, y a Ander. Y quiero volver a la Universidad.

Asentí cautelosamente.

-Puedo hacer que no tengan en cuenta tu tiempo fuera, sólo-

-No, Samuel-Negó con la cabeza.-Estará bien, puedo hacerlo yo.-Se encogió de hombros.

Estreché los ojos mientras estudiaba su rostro.

Estaba nerviosa por algo.

-¿Qué más sucede?

-Bueno, yo...-Suspiró.-Me preguntaba si te...-Se aclaró la garganta, y yo alcé una ceja, divertido. Me frunció el ceño y habló con rapidez.-Si podrías conocer a mi padre. Ya sabes, con esto del bebé y eso...-Se encogió de hombros.- ¿Puedes?-Preguntó con un hilo de voz, y le sonreí para tranquilizarla.

-Adoraría conocer a tu padre, Carla.-Sonrió, relajada, y volvió a enterrar su rostro en mi pecho.

-Gracias.

-Gracias a ti, pequeña.-Adoraba saber que ya era parte de su vida.

Nos giré sobre la cama, quedando sobre ella.

Carla soltó una risita cuando enterré el rostro en su cuello, besando su punto débil.

-¿Otra vez?-Preguntó incrédula. Asentí, sonriendo de lado, y Carla se mordió el labio, conteniendo una sonrisa.-Eres imparable.

-Eres tú. Nunca tendré suficiente de ti.-Susurré, antes de alcanzar sus labios.

Cuidadosamente le fui arrebatando el pijama hasta dejarla solo en ropa interior. Durante unos segundos me detuve a contemplarla, era hermosa y perfecta, sin duda alguna, nunca me cansaría de ella y de su manera de ser.

Comencé a besarla y poco a poco fui bajando hasta su cuello mientras mis manos jugaban por todo su escultural cuerpo.

Lentamente me fui deshaciendo de su ropa interior y me posicione sobre mi rubia, -¿estás lista? Pregunte antes de perderme en ella.

Asintió y mordió su labio mientras me disponía a entrar lentamente en ella.

-Te amo Samuel–susurro muy cerca de mi oído.

-Y yo te amo a ti, como no tienes una idea–respondí mirándola fijamente para después perdernos en nuestros cuerpos mientras nos acariciábamos hasta el alma.

Días después...

-Adoro este avión.-Carla apareció corriendo por el pasillo del Jet. Parecía una niña.- ¿¡A que no sabes!? Cuando pones las manos debajo de la máquina, el papel sale sólo.

-¡Es magia!-Me frunció el ceño antes de dejarse caer en el asiento a mi lado.

-Siento estar tan sorprendida—dijo algo apenada.

-Lo noto.-Susurré al inclinarme sobre ella y besar su frente una vez.

Era increíble.

Sentía como si no pudiera mantener mis manos alejadas de ella.