21.- Lo mejor de mi vida

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P.O.V. Samuel.

-¡Me cago en la puta!

Fue lo único que salió de mi boca en ese momento. No sabía que más hacer o que más decir, Carla estaba de transparente y lo único que yo pude hacer fue maldecir.

-Coño Samuel, reacciona.

Me grito Theo al mirarme inmóvil en mi asiento.

Lu y Nadia se acercaron rápidamente a Carla para ayudarla a levantarse de su asiento con ayuda de Guzmán.

-Tenemos que ir al hospital–dije reaccionando finalmente.

Me acerqué a Carla y la tomé de ambas manos, mi pequeña estaba blanca como una hoja, no se si se debía al dolor que sentía o por el temor y nerviosismo de que nuestra pequeña estaba en camino. Las manos le sudaban y temblaba un poco.

-Calma mi amor, todo saldrá bien–susurre muy cerca de su oído intentando tranquilizarla.

Ella volteó a verme y me regaló una de sus tiernas sonrisas, esas que lograban hacer vibrar mi corazón.

Salimos de casa de mis padres y con ayuda de Guzmán y mía, Carla subió a mi Volvo.

Guzmán se ofreció a conducir, ya que yo estaba muy nervioso para hacerlo. Subí a la parte trasera del auto junto con Carla y Nadia iba junto a Guzmán en la parte delantera.

Los demás lograron distribuirse en diferentes autos, para alcanzarnos en el hospital.

-Respira mi pequeña, inhala y exhala–le aconsejaba a mi rubia que comenzaba a sudar.

Ella me hizo caso y así lo hacía.

Estrujaba mis manos con mucha fuerza y aunque me doliera un poco, yo la dejaba que lo hiciera. El dolor que ella debía de estar sintiendo, seguramente era mil veces peor que lo que yo sentía.

-Ya falta poco para que lleguemos–dije mientras acariciaba su hombro.

Carla seguía sin decir mucho, yo la entendía, el dolor de seguro era muy fuerte.

-¡Coño Guzmán, acelera! –Grite exasperado.

-Cálmate Samuel, no comiences a alterarte que pondrás nerviosa a Carla–me regaño Nadia.

Trague saliva y seguí acariciando a mi pequeña, su cara de sufrimiento me ponía nervioso y deseaba con todo mi corazón, podérselo evitar.

Una revolución de emociones comenzaron a invadirme, estaba feliz y emocionado por la llegada de nuestra princesa, pero no podía evitar dejar de mirar a Carla y en su rostro que reflejaba sufrimiento.

Solo esperaba que pronto terminara esto y que tuviéramos por fin a nuestra princesa en brazos.

P.O.V. Carla

Los minutos de camino al hospital se me hicieron una eternidad, el dolor era indescriptible y cada vez era más fuerte, no cesaba, me sentía a morir.

Lo único que me daba fuerzas para resistir, era la presencia y el apoyo de Samuel. Tenerlo a mi lado me hacía sacar fuerzas de no se donde y tan solo con imaginar que dentro de poco tendría a mi Victoria en brazos, me hacía  resistir cualquier tipo dolor.

-Lo estás haciendo muy bien pequeña–me dijo Samuel con esa voz que me hacía derretir.

Simplemente me giré a verlo y le sonreír lo mejor que pude. En este momento me costaba mucho sacar una sonrisa.

Carmuel: Suya/Mío |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora