P.O.V. Samuel.
-¡Me cago en la puta!
Fue lo único que salió de mi boca en ese momento. No sabía que más hacer o que más decir, Carla estaba de transparente y lo único que yo pude hacer fue maldecir.
-Coño Samuel, reacciona.
Me grito Theo al mirarme inmóvil en mi asiento.
Lu y Nadia se acercaron rápidamente a Carla para ayudarla a levantarse de su asiento con ayuda de Guzmán.
-Tenemos que ir al hospital–dije reaccionando finalmente.
Me acerqué a Carla y la tomé de ambas manos, mi pequeña estaba blanca como una hoja, no se si se debía al dolor que sentía o por el temor y nerviosismo de que nuestra pequeña estaba en camino. Las manos le sudaban y temblaba un poco.
-Calma mi amor, todo saldrá bien–susurre muy cerca de su oído intentando tranquilizarla.
Ella volteó a verme y me regaló una de sus tiernas sonrisas, esas que lograban hacer vibrar mi corazón.
Salimos de casa de mis padres y con ayuda de Guzmán y mía, Carla subió a mi Volvo.
Guzmán se ofreció a conducir, ya que yo estaba muy nervioso para hacerlo. Subí a la parte trasera del auto junto con Carla y Nadia iba junto a Guzmán en la parte delantera.
Los demás lograron distribuirse en diferentes autos, para alcanzarnos en el hospital.
-Respira mi pequeña, inhala y exhala–le aconsejaba a mi rubia que comenzaba a sudar.
Ella me hizo caso y así lo hacía.
Estrujaba mis manos con mucha fuerza y aunque me doliera un poco, yo la dejaba que lo hiciera. El dolor que ella debía de estar sintiendo, seguramente era mil veces peor que lo que yo sentía.
-Ya falta poco para que lleguemos–dije mientras acariciaba su hombro.
Carla seguía sin decir mucho, yo la entendía, el dolor de seguro era muy fuerte.
-¡Coño Guzmán, acelera! –Grite exasperado.
-Cálmate Samuel, no comiences a alterarte que pondrás nerviosa a Carla–me regaño Nadia.
Trague saliva y seguí acariciando a mi pequeña, su cara de sufrimiento me ponía nervioso y deseaba con todo mi corazón, podérselo evitar.
Una revolución de emociones comenzaron a invadirme, estaba feliz y emocionado por la llegada de nuestra princesa, pero no podía evitar dejar de mirar a Carla y en su rostro que reflejaba sufrimiento.
Solo esperaba que pronto terminara esto y que tuviéramos por fin a nuestra princesa en brazos.
P.O.V. Carla
Los minutos de camino al hospital se me hicieron una eternidad, el dolor era indescriptible y cada vez era más fuerte, no cesaba, me sentía a morir.
Lo único que me daba fuerzas para resistir, era la presencia y el apoyo de Samuel. Tenerlo a mi lado me hacía sacar fuerzas de no se donde y tan solo con imaginar que dentro de poco tendría a mi Victoria en brazos, me hacía resistir cualquier tipo dolor.
-Lo estás haciendo muy bien pequeña–me dijo Samuel con esa voz que me hacía derretir.
Simplemente me giré a verlo y le sonreír lo mejor que pude. En este momento me costaba mucho sacar una sonrisa.
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Carmuel: Suya/Mío |Adaptación|
FanfictionCon tan solo 25 años, él era un mafioso peligroso, despiadado y más frío que el mismo hielo y ella una hermosa, dulce e inocente joven estudiante de 20 años. ¿Será que la dulzura de esa tierna chica lograría llegar hasta el frío corazón de piedra d...