22.- Mío

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Un año después...

P.O.V. Carla

-Es la niña más hermosa del mundo, ¿A que sí?

Sonreí, recostándome sobre el pecho de Samuel y sintiendo mi corazón hincharse de felicidad, pero sin despegar los ojos de mi hija.

Victoria se removió en mis brazos, y apoyó una de sus diminutas manitas justo por encima de mi pecho izquierdo. Fue la sensación más hermosa del mundo.

Samuel me rodeó con sus brazos, acariciando la mano de Victoria con tanto amor, que se me llenaron los ojos de lágrimas.

-Lo es. Es preciosa.-Respondí, y Samuel enterró su rostro en mi cuello, besándome allí, en mi punto débil.

Nos quedamos unos minutos acariciando a nuestra princesa y admirando su belleza.

-Vamos a la cama, amor.-Me estremecí ante su pedido.

Un año había pasado ya desde que lo conocí, pero la electricidad que recorría mi cuerpo cada vez que lo tocaba, o siquiera escuchaba su voz, no había menguado ni un poquito.

Me incliné para depositar a mi pequeña en su cuna, y Samuel besó su frente antes de tomar mi mano y llevarme fuera de la habitación.

-Cielos, cuánto te extrañé.-Susurré un segundo antes de que me tomara en brazos, cargándome como una novia.

-No más de lo que yo te extrañé a ti.-Susurró, volviendo a besarme en los labios.

Suspiré.

Cuatro semanas alejada de él eran demasiado.

En cuanto volví a sentirlo allí, junto a mí, fue como si las nubes se hubieran despejado.

Volvía a estar en casa. Sano y salvo.

Reí tontamente cuando reboté sobre la cama, y Samuel trepó sobre mí, sonriendo como un depredador.

-Voy a hacerte el amor hasta que no puedas hacer otra cosa más que gritar mi nombre.-Susurró amenazantemente, para luego romper mi camisa, haciendo saltar los botones por toda la cama.

Lo miré con la boca abierta.

-¡Samuel!- ¡Esa camisa era nueva! Golpeé su hombro juguetonamente.

-Sí, cariño, ese es mi nombre.-Rodé los ojos mientras él se inclinaba, besando la parte superior de mis pechos con adoración.

-Eres el hombre de mi vida...-Suspiré, y lo sentí sonreír contra mi piel.

Cada que me besaba sentía como la primera vez, me tocaba y acariciaba con delicadeza haciéndome vibrar y estremecerme.

-Te amo, pequeña.-Murmuró, y volví a estremecerme.

-Te amo, nene.-Susurré antes de perderme en él.

*********

-¿Samuel?

-Mmh.-Enterré mi pecho en su rostro, y me levanté para mirarlo a la cara.

Sus ojos marrones, brillantes y rebosantes de placer me devolvieron la mirada, y con un suspiro, volví a intentarlo.

-¿Alguna vez lo dejarás?-Arqueó una ceja y yo suspiré. Él sabía de qué estaba hablando.-Ya sabes, la... la mafia.

Mi castaño frunció el ceño, y se levantó de la cama en un rápido movimiento.

-Ya habíamos hablado de eso.-Refunfuñó, poniéndose de pie y caminando hacia el cuarto de baño.

Enfadada, me dejé caer sobre la cama.

Carmuel: Suya/Mío |Adaptación|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora