7 - La báscula, peso ganado

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Narra Hai.

Quedaba muy poco tiempo para que ocurriera eso que tanto quería, el que Ethan se mudara a mi apartamento para vivir juntos, cada mañana me levantaba con alegría de saber de que muy pronto se cumpliría ese sueño. Durante esos días me la pasé arreglando todo para que fuera perfecto, apenas y me daba cuenta del desorden que había acumulado esos meses con mi nueva vida; también había ayudado a Ethan a trasladar algunas de sus cosas, de poco a poco se iba instalando, pero oficialmente aún no vivía allí, tenía algunas cosas que arreglar.

Un inconveniente que ocurrió esos días anteriores fue el que les dijera a sus padres que se iba, nunca le daban la importancia suficiente y es cierto que no estuvieron muy de acuerdo con nuestra relación, pero aún así aceptaban que su hijo fuera feliz y ya con esa edad, no tuvieron más que dejarlo ir, a tener muchas nuevas vivencias en otro lugar, lo mejor, acompañado de mí.

Le había prometido que cuando llegara le tendría una gran cena preparada para celebrar, todavía no decidía que cocinar, debía ser algo verdaderamente rico que se disfrutara en cada mordida, pero no tenía idea alguna. La alacena tan completa que compré unas semanas atrás se acababa, aún no vivía mi novio aquí y yo terminaba con los alimentos, estaba comiendo lo doble o triple que lo hacía tiempo atrás. Es por eso que tuve que regresar algunas veces al supermercado para volver a tener lo que me hacía falta.

Solo me quedaban unos últimos arreglos, había unas bolsas que siempre se me olvidaban y las dejaba al final, pero acababa tan cansado que ni las veía, pero ese día ya no, las moví de ese rincón donde terminaron y vi lo que tenían: en una, muchos paquetes de pasta y en la otra... Era la báscula que había comprado ¿Cómo se me olvidó tanto tiempo eso? Mi duda volvió y de nuevo recordé que quería saber mi peso exacto desde hace días, pues hoy por fin lo comprobaría.

La saqué de su caja y seguí el instructivo para encenderla, al parecer funcionaba bien, solo quedaba el hacer la prueba... Como estaba anocheciendo y no saldría más, pensé en quitarme la ropa, preparándome para dormir. Además, sin la ropa el cálculo sería más exacto, no sabía porque le daba tantas vueltas a un asunto tan simple, pero fui bastante meticuloso.

Al final solo me quité la camisa que llevaba encima y me subí en seguida, mi memoria recordaba que hace mucho pesaba 51 kilogramos, cuando apenas me mudaba a ese lugar, desde entonces las cosas cambiaron mucho, yo cambié también, físicamente de manera más exacta; ya arriba, la báscula empezó a calcular para que terminara marcando 74 kilogramos, más de 20 kilos ganados.

Me sorprendí a mí mismo por ello, porque no fue hasta que me vi al espejo que noté de verdad esa panza, por supuesto que no era algo increíblemente grande, pero para alguien que siempre había sido delgado, ahora a los costados tenía una gran lonja y más formándose. Todo mi cuerpo, como brazos y piernas también crecieron algo, con mi mano empecé a sobar mi estómago, fue increíble, esa sensación solo me animaba a comer cada vez más para que fuera de verdad muy grande, pensé en todo lo que quería crecer e incluso me excité con ello, de verdad me sentía bien.

Me fui a acostar y casi dormido imaginé a Ethan, comiendo junto a mí grandes porciones, esa gran celebración llena de alimento sería nada menos que el día siguiente, la espera había terminado y prepararía algo genial, tal vez con esas pastas que encontré hace rato, podía cocinar un buen platillo. Con esos pensamientos me dormí, sobando mi panza.


¡Aquí estoy de nuevo! Les traigo esta nueva parte igual un poco más extensa de lo habitual. No se preocupen que esto se pondrá cada vez mejor y en poquitos días continuaré, gracias a toda la gente por su gran apoyo esta última semana, nos vemos, adiós :).

Más gordo será mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora