Prologo:

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Cada día, cada mes, año es lo mismo y nunca cambia. El concepto del tiempo en la prisión se vuelve algo extraño cuando tienes una sentencia de cadena perpetua.

Los minutos pasan demasiado lentos y así es como lentamente vas perdiendo la cordura porque la mañana siguiente lo único que harás es despertarte en aquella helada habitación, mirar la misma pared, comer la misma asquerosa comida y escuchar los mismos malditos insultos antes de irte a dormir, para después hacer todo esto otra vez. Es horrible, porque sabes que tu única salvación para esa estupida rutina que se repite una y otra vez es terminar con tu propia vida, pero es el precio que uno debe pagar por las terribles cosas que has hecho.

-Esta bien, ya entendimos. Sabemos que te vas de prision hoy pero no es necesario refregarlo en nuestras caras.-Hable entre dientes molesta. La charla a mi alrededor de la nada paro y mis palillos pararon justo antes de entrar a mi boca. Levante mi mirada y mire alrededor mío a los enojados rostros que estaban observándome y sonreí inocentemente.-Oops. ¿Lo he dicho en voz alta?

No es que no fuera feliz por aquellos que se largaban de este maldito lugar pero... a la mierda con eso, en realidad no era feliz para nada. Los envidiaba y hubiera hecho lo que sea para estar en su lugar.

Mis ojos recorrieron el lugar, hacia los guardias quienes caminaban por alrededor de la cafetería, no sin antes sonreír burlonamente hacia el hombre que saldría esta tarde. El estaba atrapado aquí por robo a mano armada y había cortado su sentencia por buen comportamiento.

-Solo quise decir que podrías ser agradecido en silencio, porque el resto de nosotros vamos a estar aquí atrapados por un gran tiempo. No apreciamos tu fanfarroneo, ¿Entiendes?

-¡No escuches a Jin-Ah! Suele ser muy envidiosa porque va a tener que sentarse en esa misma silla, en el mismo lugar para ver a incontables personas como tú, ir y venir hasta convertirse en una abuela, y finalmente morir.-Uno de sus amigos sentado a mi lado soltó riéndose, mientras palmeaba a el prisionero quien se iría en la espalda.

Estaba justo por meter otra porción de comida en mi boca cuando aquellas palabras hicieron que me detuviera otra vez. Observe la bandeja frente a mi sin alguna expresión alguna mientras que poco a poco mi corazón se aceleraba.
Lo peor es que tenía razón. Hasta el había terminado aquí meses atrás y no tenía ni la menor idea de cuánta gente como el y sus amigos había visto ir y luego irse de aquí sin más, mientras que yo estaba aún aquí, día tras día, escuchando conversaciones que nunca cambiaban, comiendo comida repugnante y tratando de mantenerme cuerda.

Todo por un crimen que jamás cometí.

Una sombra se presentó en mis facciones, y giré mis palillos de metal entre mis dedos para luego atravesar la mano del hombre que había hablado a mi lado. Su grito hizo eco por toda la cafetería llena mientras que mis labios lentamente se curvaron en una gran sonrisa.

Era completamente seguro decir que a veces no era buena para mantenerme cuerda del todo.

Tome la bandeja, tirando todos los platos que había en ella para luego estamparla contra el rostro de un prisionero quien trató de pelear contra mi. Los amigos del hombre a quien había atravesado con mis palillos, se prepararon para unirse, incluso el que se iba esta tarde, pero antes de que algo pudiera suceder, dos guardias aparecieron de la nada y me tiraron al suelo.

Mi rostro golpeó el frío suelo para que me quejara del dolor y susurrara.-No puedes culparme por buscar nuevas maneras de entretenerme, ¿Verdad Channie?

El guardia rápidamente me levantó como si de una bolsa de compras se tratara y soltó enojado.-Jamás te arrepentirás de tus crímenes, ¿No es así?

Equipo Z < H.Hyunjin >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora