Donde un detective policial, una recaudadora de deudas ilegal, un asesino por contrato, una ex militar mercenaria y un niño prodigio, forman un equipo para combatir los crímenes más violentos de la ciudad.
"Cariño no digas que quieres a un chico mal...
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Fue la segunda vez en seis años que he estado en prision, que alguien me visitaba. El visitante fue aún más inesperado que el detective Jackson cuando vino por mi, solicitándome unirme a su equipo meses atrás. Parecía ser que ni siquiera Chan podía creer que se había atrevido a venir, ya que el estaba realmente recostado sobre la pared detrás de mi, con su mano en el arma eléctrica y observándome cautelosamente. Estaba alerta y listo para detenerme en cualquier momento. Parecía pensar que el transparente vidrio que me separaba del visitante, no sería suficiente para contenerme y tenía razón.
Sentada en la silla del otro lado de la habitación, no estaba nada más que la reportera Jeon Hajoon, hija de las dos supuestas víctimas mías de las cuales me trajeron hasta aquí, con una larga sentencia para afrontar.
-Tienes exactamente tres segundos para irte de mi vista.-Hable fríamente y cruce mis brazos en mi pecho. Mis dedos temblaban y estaba presionándolos en puños. Con solo mirarla era suficiente para hacerme enojar. Se veía mejor que antes, cuando la vi en el hospital. Su largo oscuro cabello estaba atado en una coleta alta, llevaba puesto un traje de negocios y los moretones en su cuerpo habían casi desaparecido. Podrías decir instantáneamente que era exactamente lo opuesto a mi. Por el otro lado me encontraba de mal humor ya que Hyunjin, molesto a propósito a uno de los lideres de un grupo de mafiosos prisioneros y considerando que era conocida por ser su amiga, o al menos su aliada, terminé convirtiéndome en la víctima de sus enojos también.
Ella nerviosamente trago saliva y comenzó: -Voy a necesitar más de tres segundos para...
-Tres.-Interrumpí y presione mis dientes enojada.
Sus ojos se abrieron en pánico y habló nuevamente: -Realmente necesito explicarte...
-Dos.-Murmure, cerrando mis ojos y tomando una respiración profunda. Chan apretó el agarre en su arma, preparado para moverse.
-Y-Yo-Yo...-Tartamudeo otra vez.
-Uno.-Susurre y me levante abruptamente.
Mis ojos se abrieron y mi mirada asesina se encontraron con sus grandes y asustados ojos. En ese momento casi cae de su silla y grito asustada: -¡Necesito que me protejas!
Mi ira instantáneamente se fue. Era esa clase de personas que se irritaban con facilidad, pero jamás duraba mucho. En un abrir y cerrar de ojos, me olvidé el querer alcanzarla y tomarla de cuello, mi corazón acelerado calmándose. Mi furia fue reemplazada por confusión y mi cabeza se inclinó a un costado con mi ceño fruncido.
No podía creer que la persona que estaba planeando por matar hace seis años me había dicho hace unos segundos que la protegiera.
-¿No eres tú la que testificó contra ella en la corte?-Chan hablo desde el fondo de la habitación. Estaba claramente confundido así como yo. Sus cejas fruncidas en su rostro y observaba a la reportera incrédulo.
