Cuatro.

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—Nosotros, Taka, destruiremos Konoha —dijo Sasuke Uchiha después de enterarse de toda la verdad.

—Bien pero, ¿cómo planeas hacerlo? —le preguntó Obito, mientras se sentaba en la mesa.

Percy se desconectó, no es como que le importara.

Volvió a la realidad cuando vió a Suigetsu lanzarse hacia Kisame con Kubikiribōchō, pero fue detenido únicamente por la mano de Obito. 

—¡Sasuke! No los has entrenado bien —le dijo Obito al chico.

Percy frunció el ceño bajo las sombras que cubrían su rostro.

—¡Suigetsu! ¿Eres estúpido? Este no es lugar para... —comenzó a decir Karin pero Suigetsu la interrumpió.

—¡Mi objetivo es la Samehada! —le dijo él.

Percy levantó una mano, y las próximas palabras de Suigetsu quedaron atoradas en su boca, soltó a Kubikiribōchō sobre la mesa pues sus brazos se habían desplazado hacia atrás, su rostro había quedado contorsionado en una mueca mientras miraba hacia el techo, entonces Percy llevó su brazo hacia su pecho y después hacia afuera otra vez, el cuerpo de Suigetsu se dio contra uno de los pilares que rodeaban el lugar.

—Será mejor que aprendan a comportarse frente a Madara-sama —dijo Percy, completamente seria mientras soltaba el control del cuerpo de Suigetsu—, o me veré obligada a usar mi espada.

Con eso, tomó la espada Kubikiribōchō de la mesa como si nada y la lanzó con maestría a Suigetsu. La cabeza de Suigetsu se deshizo en agua cuando el filo de la espada dio contra su cuello y se quedó clavada en la columna en la que estaba recargado.
Kisame tuvo un escalofrío, como siempre le pasaba cuando Percy comenzaba a controlar el cuerpo de los demás, daba las gracias de nunca haber enemistado con ella ni un momento pues no quería saber lo que se sentía ser controlado.

Después de eso, Percy volvió a su lugar detrás de Obito y se quedó en las sombras, volviendo a desconectarse del asunto por lo que no notó el tiempo que tardaron en sacudirse la tensión que se había formado cuando ella había actuado. 
A Karin aquella chica le daba escalofríos, más que nada porque parecía no tener chakra, abría sus sentidos y ella parecía como si no estuviera allí.
Suigetsu mientras tanto miró a la chica de pies a cabeza, interesado en el tema de la espada que había mencionado pues hasta ahora no la había visto.




Percy miraba con diversión la pelea entre Taka y Killer B, el jinchūriki del Hachibi.
Pensó en lo divertido que hubiera sido si Obito la hubiera dejado pelear también, pero lamentablemente únicamente estaba allí como observadora, y por si tenía que salvar a Sasuke en el último momento.
Akatsuki estaba corto de integrantes y no podía perder más, eso era lo que Obito le había dicho.

Jūgo había sido vencido fácilmente al principio, fue hasta entonces Sasuke finalmente entró en acción y el espectáculo comenzaba. 

Se sintió un tanto desanimada al ver que comenzaban a pelear con espadas, ¡ese era su fuerte!, y justo cuando tocaba un adversario que también era bueno en ellas, la alejaban de la batalla.

Cuando vió a Sasuke con todas esas espadas enterradas, estuvo a punto de saltar en su ayuda, después de todo esa era una de sus órdenes: No dejar morir a Sasuke.
Pero su equipo ya estaba en movimiento por lo que volvió a tomar asiento.

Y cuando Sasuke casi muere por segunda vez, ni siquiera se levantó de su lugar, vió a Jūgo actuar y pensó que estaba bien. 

Percy vió a los ninjas de Kumogakure, habían llegado después de ver todo el alboroto que los chicos habían hecho tratando de capturar a Killer B.
Percy también controló sus cuerpos e hizo que dieran media y vuelta y caminaran hacia la aldea.

Entonces saltó y cayó en el agua, sintiendo al instante otra presencia dentro de esta, sonrió con sorna bajo las sombras que tapaban su rostro pero no hizo nada. Aquella era la misión de Taka y si no la habían completo a la perfección no era su problema.

Comenzó a correr y alcanzó a los demás, con un gran hilo de agua siguiéndola.

—¡Buen trabajo! —les felicitó cuando estuvo lo bastante cerca, sobresaltándolos en el proceso.

—¿Estuviste viéndonos todo este tiempo? —le preguntó Sasuke, con el ceño fruncido, realmente enojado.

—Lo siento, pero tenía ordenes de no intervenir hasta que completaran la misión —dijo ella, una sonrisa bailando en sus labios, aunque ellos no pudieran verla—, ya completaron la misión, ¿no es así?

—¿Qué no lo estás viendo? —le preguntó Sasuke mientras le enseñaba a un Killer B desmayado, el cual cargaba sobre su hombro.

Percy casi se ríe de ellos, pero se aguantó y en cambio asintió con la cabeza.

—Esperen, deténganse un momento —les dijo Percy, Sasuke y Jūgo la miraron confundidos pero siguieron sus órdenes—. Puedo curarlos un poco.

—No tenemos tiempo para eso —le dijo Sasuke—. Pueden venir shinobis de Kumogakure hacia nosotros en este mismo instante.

Percy se encogió de hombros.

—Si llegan, no podrán hacer nada —lo dijo con tal seguridad, que a Sasuke ni siquiera dudó de ella.

Dejaron el cuerpo de sus amigos y de Killer B en el suelo y dejaron que ella se acercara a ellos.
Ahora bien, Percy no podía ayudarles a recuperar el chakra perdido pero podía ayudarles con las heridas físicas que tenían. 
Primero ayudó a Suigetsu pues a su parecer era el más fácil ya que de por si su cuerpo parecía estar hecho de agua, controlo el agua para envolver sus manos con esta, como si tuviera guantes y comenzó a hidratar el cuerpo de Suigetsu, poco a poco, regresó a la normalidad, aunque seguía inconsciente. 

Si Percy hubiera intentado hacer eso hace dos años, probablemente se hubiera desmayado al minuto, pero ahora su resistencia era enorme y su control sobre el agua preciso.

Entonces se acercó a Karin pero descubrió que ella estaba sanando por su cuenta por la que la dejó estar.
Por Jūgo en realidad no podía hacer nada, salvo curarle algunos golpes que tenía, aunque mantuvo su forma de niño.

Al final, se acercó a Sasuke, quien no dijo nada cuando comenzó a tratarlo pero sentía su mirada fija en ella pero la ignoró por completo, no es como que pudiera ver mucho.
Todo lo que podía ver de ella, eran sus manos y sus pies.

Entonces, sintió su mano moverse hacia su capucha, pensó que pudo detenerlo fácilmente pero dejó que se la quitara y revelara su rostro.
Cuando Percy le sonrió, Sasuke casi se atraganta con su propia saliva mientras un rubor comenzaba a colorear su rostro.

Todos los mortales de ese lugar tenían la misma reacción cuando la veían y por alguna razón le resultaba divertido.
Controló la mano de Sasuke e hizo que volviera a ponerle su capucha, escondiendo su rostro nuevamente en las sombras.

—Listo, tendrán energía suficiente para llegar hasta el lugar de encuentro —dijo ella, mientras se separaba de Sasuke.

Ni siquiera los esperó cuando comenzó a caminar, dejándolos atrás. 




Cuando Obito y Percy se quedaron solos, con el clon de Killer B inconsciente, Percy comenzó a hablar.

—Fue bastante divertido —dijo ella al fin.

—¿Alguna otra nota? —le preguntó Obito.

—Es un clon —dijo ella, mientras señalaba a Killer B—. Ninguno lo notó.

Obito suspiró.

—Sabía que iba a ser difícil para ellos, pero en realidad estoy sorprendido de que hayan llegado todos con vida.

—Hacen un buen equipo —dijo Percy mientras asentía.

Obito se puso de pie.

—Acompáñame, tenemos una reunión pendiente con Pain.


Lealtad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora