Seis.

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—Ah, Pain —dijo Percy mientras llegaba a la terraza de la Mansión Hokage—, que bueno que te encuentro.

La chica se acercó al camino Deva sin siquiera darle un segundo vistazo a la Hokage o a los ANBU que ahí se encontraban.

—¿Qué quieres? —le preguntó él, harto de su presencia.

—Me largo —le respondió ella—, parece que tienes toda la situación bajo control y yo necesito limpiar esto —dijo mientras le enseñaba el borde de su capa, llena de sangre—, no pudiste terminar con Kakashi Hatake así que tuve que hacerlo yo.

—Haz lo que quieras —le dijo Pain, mientras comenzaba a elevarse—, pero te recomiendo que lo hagas rápido porque las cosas están a punto de ponerse feas y no quiero que Madara me culpe si algo le pasa a su juguete.

Percy asintió y comenzó a caminar hasta que escuchó pasos dirigirse hacia ella, cuando volteó, vió a la Hokage dirigirse hacia ella, con el ceño fruncido y lista para darle un golpe.

—Fuiste tú... —dijo la Hokage entre dientes, realmente airada.

Percy esquivó su puño con facilidad.

—Lo siento, Hokage-sama, otro día será —le dijo Percy mientras comenzaba a alejarse—. Si Pain dice que las cosas van a ponerse feas, no quiero estar aquí.




—¿Quién hubiera imaginado que Pain nos traicionaría? —preguntó Percy al aire después de un rato.

Sabía que Obito estaba enojado, pero no quería mostrarlo, no le gustaba mostrar muchas emociones que digamos.

—Y para colmo, no estabas ahí para llevarte al jinchūriki del Kyūbi —le reprochó Obito.

Percy dejó caer su cabeza, en realidad se sentía mal por haber decepcionado a Obito.

—Lo lamento.

Obito suspiró al escuchar el tono en el que había hablado Percy, se acercó a ella y puso una mano en su cabeza, con cariño. 
Percy era la única persona en la que confiaba plenamente, la única persona que sabía que nunca lo traicionaría.

—Tranquila —le dijo él—, tengo otra idea. Vayámonos.

Percy tomó la mano que le ofrecía y ambos desaparecieron para encontrarse en la dimensión que Obito ocupaba como suya. Ella aún no entendía como es que podían desaparecer y aparecer en otro lado pero tampoco es como que le causara mucha curiosidad por lo que nunca preguntaba.

—Hola, Sasuke —dijo Obito después de aparecer enfrente de Taka.

—¿Cómo supiste dónde encontrarme? —le preguntó Sasuke.

—No me subestimes —le contestó Obito—. Tengo poderes increíbles.

—¿Qué quieres de mi ahora? —le preguntó Sasuke—. Taka dejó Akatsuki, no tenemos nada que ver con ustedes.

—No has cumplido la promesa que me hiciste.

—Ya capturamos al Hachibi y se los dimos —dijo Karin. 

Percy soltó una carcajada.

—Lo que entregaron no fue más que un clon —les dijo ella, con un tono burlón—, fallaron en su misión.

Obito asintió.

—A decir verdad, estoy decepcionado de ustedes —dijo él.

—Eso ya no nos incumbe —dijo Suigetsu.

Lealtad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora