9. No le quieres.

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— Te lo dije, no puedes evitar enamorarte de tu alma gemela.

Kyle suspira y se arrepiente de haberle contado a Stan todo lo que había pasado con Craig.

No puede negar que adora la sensación de los labios de Craig contra los suyos en los momentos más inesperados, o el tacto de sus dedos entrelazando los suyos bajo la mesa, fuera de la mirada de personas interesadas. Joder, no puede negarlo de ninguna manera porque su corazón revolotea solo con pensarlo.

— ¿Podemos hablar?

Pero quizás no ha pensado en los daños colaterales de su relación con Tucker. No, ni siquiera quiso pensar que podría haberlos. Las cosas no podían ir así: es su alma gemela, nadie puede negarse a eso, ¿Verdad? ¿Verdad?

Tweek tiene cara de estar cansado. Las ojeras se han profundizado bajo sus ojos y el color violáceo es tan intenso que cuesta ignorarlo. Kyle siente una punzada de culpa en el pecho.

— Déjale.

— ¿Qué?

— A Craig. Déjale.

No puede estar diciéndole eso en serio, es imposible.

— ¿Por qué debería hacer eso?

— ¿No es obvio? No le quieres. No le conoces. Crees que le quieres porque es tu alma gemela, pero eres incapaz de ver más allá de eso. No quieres a Craig. Quieres aferrarte a la idea de haber encontrado a tu alma gemela.

No, eso es mentira. Kyle está seguro de que no es así, pero el tono en el que Tweek escupe las palabras consigue hacer que la punzada en su pecho vuelva de forma más intensa.

¿Realmente conoce a Craig Tucker? ¿Se ha enamorado de él cómo cree? Kyle piensa en cosas que sabe de él. Su constelación favorita es Pegaso, su color favorito el azul, tiene una cobaya que se llama Stripe, y una hermana menor llamada Tricia —aunque prefiere que la llamen Ruby—. Su cumpleaños es el 25 de Enero. Sabe que delante de todos pretende que adora el café negro, pero que a solas lo que realmente le gusta es el frappé de caramelo con un poco de café. Que le cuesta romper las apariencias. Que se hace piercings en las orejas con imperdibles aunque sepa perfectamente que pueden infectarse de esa forma. Que una vez se hizo mechas azules a las tres de la mañana un martes porque no podía dormir, y al día siguiente se volvió a teñir de negro porque se sentía ridículo. Ah, y que se tiñe de negro porque su cabello es naturalmente rubio cobrizo, y lo odia con toda su alma. Y que lleva toda su vida pretendiendo tener una seguridad en si mismo que realmente nunca existió.

Kyle se da cuenta de que sí conoce a Craig, pero algo le hace pensar que solo le conoce de forma superficial. Y eso no debería ser nada malo, hace un mes solo se odiaban a muerte, es normal que no hayan construido una relación de confianza completa en un mes, pero... Pero Kyle no puede evitar sentir que está haciendo las cosas mal, horriblemente mal.

— No le quieres. Por favor, déjale. Yo sí le quiero, ¿Lo entiendes? Le amo. He estado con él toda mi vida, no puedes llegar y romper eso en un mes y poco.

Vacila por unos segundos.

— No.

— ¿Qué?

— Que no. No pienso dejarle, Tweek. Lo siento. No puedes hacer que cambie de opinión.

— No te lo mereces, yo sí.

— Me da igual. Me da igual, ¿Lo entiendes? Es mi alma gemela, Tweek. Entiendo que te duela y lo siento, créeme que en un principio yo nunca quise que todo esto pasara. Pero no es mi culpa que estemos destinados, ¿Lo entiendes? No es mi culpa y nunca lo será, así que no intentes hacer que lo sienta así.

Tweek hace una evidente mueca de desacuerdo y Kyle solo puede suspirar. No va a darle más bola al asunto.

— Voy a irme ahora, pero ¿Sabes qué? No estoy enamorado de él por ser mi alma gemela, Tweek. Estoy enamorado de él porque vió en mi toda una galaxia cuando yo solo veía errores irreparables. No puedes cambiar eso.

El rubio suspira. Está luchando para que las lágrimas no salgan justo en ese momento, pero no puede evitarlo. Porque realmente ama a Craig, tanto o  más que Kyle. Y no puede evitar pensar en que habría pasado si ese día hubiera parado a Craig, si no hubieran hecho esa maldita pelea que los llevó a dónde están ahora.

Pero sabe que de una forma u otra, habrían acabado en ese punto. Porque están destinados, y Tweek lo sabe por la forma en la que Kyle habla de él, como si fuera la mayor felicidad de su vida.

Tweek sabe lo que es encontrar a tu alma gemela y que todo sea una gran mierda complicada. Joder, claro que lo sabe.

Maldito Clyde Donovan y maldita su heterosexualidad.

Tweek supo que Clyde era su alma gemela en plena clase de matemáticas. Les sentaron juntos; estaban en el mismo grupo de amigos pero nunca habían hablado demasiado, solo lo mínimo. Tweek tuvo uno de sus tics repentinos, con mala suerte de que golpeó a Donovan de mala manera en el brazo. Y mierda, su brazo seguramente dolía más que el de Clyde, estaba seguro.
Tweek nunca le dijo nada a Clyde y siguió con su vida; él no sospechaba nada y sinceramente, mejor así. Porque iba a pasar toda su vida con Craig, aunque no fuera su alma gemela.

O eso pensaba.

Tweek no puede parar de llorar y ni siquiera se ha dado cuenta de que Kyle le está abrazando con fuerza para calmarle.

Y entre todo su desastre emocional, piensa en la suerte que ha tenido Craig de tener un alma gemela tan considerada.

A prueba de ti;; cryleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora