CAPÍTULO 3 (Lorrain)

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25/12/14 Nueva York, Estados Unidos.

Me encuentro ya en la plataforma de embarque para subir al avión que me llevará a mi nuevo futuro, mi futuro que inicia en Londres, Inglaterra.

Como ya era sabido nadie vino a despedirnos y seguramente mis amigas están tiradas en algún sillón con litros y litros de alcohol en sangre y yo me encuentro a las ocho de la mañana lista para irme. Mi madre está tan feliz que de verla a ella así no puedo evitar sonreír. Hace tiempo no la veía tan feliz, verla de ese modo me ponía feliz a mi. Si bien me costaba la idea de desarraigo de Nueva York, pero quien sabe talvez Londres sea mejor. La vida es mágicamente sorprendente. Es como cundo te dan un obsequio envuelto, tu sospechas lo que puede contener pero no sabes exactamente lo que contiene, hasta que rompes la envoltura y talvez era una oportunidad.

La azafata nos sonrió cuando pisamos el interior del avión, la chica te generaba esa sensación de devolverle la sonrisa porque te agradaba. Evidentemente ésto no sería un trabajo para mi, no soy de las que le sonríen a todas las personas que veo, de hecho creo que soy bastante negativa, repudiable y bastante antisocial, pero si quería tener un nuevo inicio una de las cosas a cambiar eran todas esas.

Nos sentamos en los asiento diecisiete y dieciocho yo en la ventanilla y mamá en el de al lado. Al lado de mamá se sentó un hombre alto, ancho de hombros de la edad de mamá, llevaba un traje negro impecable con unos zapatos a juego. Su cabello era negro pero a su vez con unas canas que no le quedaban para nada mal.

Al notar la sonrisa en mamá le di un leve codazo y comenté con picardía en el tono de voz- Es hora de un nuevo comienzo-. Le guiñé un ojo y ella se ruborizó como nunca.

Me miró sería tratando de disimular y me "regañó"- No seas ridícula, Lorrain Castle Greenich-. Se sentó y no pude evitar sonreír.

El despegue se me hizo muy rápido y noté desde el aire como dejaba atrás todo lo que me importaba ó al menos creía que me importaba ya que tenía bastantes conflictos internos con mis sentimientos. Pero apoyaba a mi madre, ella lo necesitaba. Valía la pena intentarlo.

En el viaje nos dieron la cena, unas copas de champangne con las que brindamos y sin más noté que el alcohol le había dado confianza a mi mamá y le habló al cuarentón que ahora tenía nombre pero su nombre me parecía bastante feo: Roger Bell, su voz, bueno su voz era bastante sensual. Creo que mi madre estaba rendida por ese hombre.

Pero para darles privacidad decidí dormirme y me quedé dormida instantáneamente.

La voz de la azafata me despierta- Por favor coloquense sus cinturones de seguridad, estaremos aterrizando en Londres, Inglaterra-. Sonrió la chica rubia de ojos celestes con gran cuerpo y traje azul, esa chica era perfecta.

Al detenerse en la pista el capitán dijo- Gracias por volar con nuestra aerolínea, sean bienvenidos a Londres, Inglaterra y de parte de todos los funcionarios en éste avión, les deseamos una gran estadía-. Estaba muy entusiasmada por conocer nuestra casa, ya no más apartamento si no que una casa.

Descendimos del avión tomamos nuestro equipaje que giraba en la cinta y luego de ahí salimos del aeropuerto. Nos tomamos un taxi hasta nuestra casa. Al llegar estaba impresionada, sabía que papá nos había dejado mucho dinero en el banco pero era demasiado evidentemente. Teníamos una casa que era enorme, aparentemente por fuera.

Abrió el portón de la entrada, entramos por un camino de tierra y ahí estaba la casa de dos piso con techos de dos aguas que tenía tejas verdes oscuras, la fachada era toda blanca a excepción de las ventanas y algunos detalles en verde oscuro como la puerta.

Al entrar me encuentro que todo estaba amueblado era perfecta, tenía una escalera de madera frente a la entrada que me llevaba al segundo piso, sin mirar nada subí corriendo y elegí la primer habitación que encontré, tenía una cama enorme que era de dos plazas, una alfombra que cubría todo el piso en amarillo mi color favorito. La paredes de los laterales eran amarillas y las otras dos eran blancas. Tenía mi propia tele, computadora, mi pequeña biblioteca y un baño personal con una bañera, era ¡perfecto!.

Me recosté en la cama, y mi madre entró en la habitación.

Con curiosidad pregunté-¿Cómo es que tenemos ésta casa y tanto dinero para pagarla?-. Mamá se sorprendió de mi pregunta, no era lo que esperaba que dijera.

Me miró y respondió- Cuando tú abuelo falleció, le dejó toda la herencia a tu padre y resulta que tu abuelo era multimillonario y no lo sabían y solo se lo heredó a tú padre. Tú padre hizo un testamento que nos dejaba todo a nosotras dos-. Suspiró y continuó- Tú padre soñaba con vivir aquí, como sabes nosotras tenemos ciudadanía de Inglaterra y podemos vivir aquí, así que tú padre antes de morir ya había comprado la casa y teníamos ésto para venir de vacaciones-. Aún así mi madre no se liberó de papá como dijo, nos atamos a otro recuerdo más profundo, me sentí traicionada.

Traté de sonar lo más feliz, pero no podía ser hipócrita así que me sonó muy seco- Me gusta, solo que veo que salimos de un recuerdo para atarnos a otro-. Vi que mis palabras la afectaron se paró y se retiró de la habitación.

Antes de irse comentó- ¿Sabes?, No es fácil que se muera el amor de tu vida y luego mostrarte fuerte para que el fruto de ese amor no te vea mal y ser fuerte por ese fruto, ser fuerte por tí.... Hago mi mejor intento, capaz no es suficiente ó no lo hago bien-. Sentí el dolor y la sinceridad en sus palabras que me destruyeron por dentro.

¿Cómo es que puedo ser tan fría con mi madre?, ella también sufre, no me lo demuestra y aún así soy ingrata. Creo que me molestó que no me lo contara antes, pero no me gusta fingir y eso me juega en contra. Es verdad que no se lo que es que se muera tu amor, ni siquiera se lo que es amar. Está claro que soy toda una idiota con el amor y soy bastante dura con los que me aman(mi madre). Creo que tengo que cambiar, no puedo ser la misma tonta, que lo único que hace es jugar con los demás y ser dura. No quiero ser así, no más, tengo que encontrar la forma de cambiar.

Dos deseos de navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora