Dos deseos de navidad

CAPÍTULO 7 (Sam)

29/12/14 Londres, Inglaterra.

Un rayo le luz toca mi ojos haciendo que violentamente levante mi brazo y me tape la cara. Observo a mi alrededor, me encuentro en la misma posición en la cual me dormí. Bajo la vista y Lorrain todavía sigue en mis piernas, trato de acomodarla para poder levantarme. La recuesto nuevamente en el sillón, me dirijo a la cocina y le preparó un café. Espero que se encuentre de un mejor humor. Luego de varios minutos ya tengo un café y unos bizcochos en mi mesita frente al sillón. Me arrodillo a su lado y comienzo a llamarla mientras le acarició la mejilla. Abre los ojos y le sonrio. Toma asiento, veo que su rostro se desfigura en un nano segundo.

-¡Me tengo que ir!- Gritó mientras iba corriendo en dirección a mi baño. Esta chica esta loca, al pensar esto sonrío. Creo que elegí la adecuada.

Se marcha sin decir nada así que decido ir tras ella. Tomamos un taxi hasta su casa el cual pague ya que ella se encontraba rara. Nos adentramos al jardín tomados de la mano. Al llegar su madre comenzó a gritarnos.

— ¡Ya eres toda una cualquiera!!!—No con ella no Señora, ¿siendo su madre le habla así? Y continuó conmigo- ¡Eres un abusivo, degenerado, depravado, te aprovechas de ella y encima con esas fachas seguro hasta drogas vendes. Te las verás con las autoridades—. Y bueno no aguante más.

—Hola señora, me presento soy Sammuel Lee un gusto—Digo con una irónica simpatía— No soy abusivo,  ni degenerado, ni depravado y no me aprovecho de ella, la que se aprovecha de ella es usted tomando más autoridad de la que dios le dio—Suspiro—No vendo drogas, las apariencias engañan Señora, supuse que ya lo sabía, por su edad-Controlate Sam.

— Lo que menos me interesa es saber con la clase de persona que se junta mi hija. Es cierto las apariencias engañan y seguramente te crees el héroe de ésta historia que se va a quedar con la princesa—Me mira con asco, yo no entiendo porque la gente me juzga tanto sin conocerme— pues no, te informo, porque tú no eres para ella y no eres lo que ella merece—Auch eso dolió.

—Señora ¿Yo acabo de escuchar bien?¿Dijo que no le interesa saber con que clase de persona se junta su hija? Linda madre—Rio irónicamente, esta mujer me esta sacando de mis casillas— Y no me creo un héroe porque no creo en los cuentos de hadas, aunque ella sea una princesa y usted su madre malvada— Controlate Sam recuerda que sufres de hiperactividad— Yo en este momento no seré lo que ella merece pero día a día lucharé para ser el indicado, el que la saque de esta prisión domiciliaria la cual llama hogar—Me debo controlar es alguien mayor a la cual le debo tener respeto.

—¡Eres un mal aprendido!, no permitiré que un mocoso me falte el respeto—Me mira con mucho enfado— Suenas hasta ridículo con eso de luchar por mi hija... Por lo único que lucharás es por un plato de comida en un albergue—Se nota la burla a lo lejos, esta mujer tiene rencor con la vida— se nota que nuca tocaste un cuento de hadas, valla a saber uno si sabes leer, las malas no son las madres, si no las madrastras—.Parace una madrastra en este momento.

—Señora, no se meta con la educación que me dieron mis padres— Que va ya voy a explotar- La irrespetuosa es usted, primero al llamarme mocoso, que no voy a tener futuro y por decirme anafalbeto, no solo me esta faltando el respeto a mi si no a los pobres y a la gente que no sabe leer, ya que les esta poniendo una etiqueta—.Trato de estar sereno— Usted no sabe nada de mi como para poder etiquetarme ¿Sabe? Asi que la mal aprendida aquí es usted, y ridículo por luchar por alguien que quiero— La miro a los ojos furiosamente— Se nota que huye de sus problemas—. Listo y aquí conocen al Sam que explota y no mide sus palabras.

—¡Tú no eres quien para decirme que huyo de mis problemas!!!— No, no lo era pero salió sólo, le iba a responder pero Lorrain nos interrumpió llorando, mierda me debe de odiar por tratar asi a su madre.