CAPÍTULO 3 (Sam)

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25/12/14 Londres, Inglaterra.

- ¿Puedo ir a su habitación Señora Lee? - Escuche la voz de mi mejor amigo Dylan que hablaba con mi madre.

- Si claro hijo, solo ten cuidado con su brazo- Respondió mi madre, segundos después escuche las escaleras y luego sus pasos que se acercaban a mi habitación así hasta llegar a mi puerta y abrirla. Aún no abrí los ojos, hace unos minutos me desperté a causa del timbre.

- ¡Hermano! ¡Vamos arriba! - Gritó Dylan.

- Linda manera de despertar- Dije haciéndome el malhumorado, sentandome como pude y finalmente abriendo los ojos. Lo que pude apreciar a continuación fue épico, Dylan con la boca sumamente abierta y con un tick en su ojo izquierdo, que eso sucede solo cuando hay algo que no entiende.

-Sammuel Lee dime que rayos te paso en el ojo y en tu brazo- Exclamó- Acaso ¿Te haz emborrachado y te peleaste a los golpes con alguien? - Preguntó, rode los ojos, el sabía perfectamente que nunca me emborracharía y menos pelearme con alguien.

- ¿Qué estupideces dices Dylan?, ayer antes de la cena me tropecé con un juguete de Luke y caí por las escaleras terminando así- Le conté breve mi historia.

-Oh, pense que por fin a tus 19 casi 20 años te habías emborrachado, aún que te iba a insultar en todos los idiomas que se por no llamarme por ese momento épico de tu primer estado de inconsciencia- Me dijo Dylan mientras miraba mi celular. -Hermano ¿De dónde sacaste esto? De un museo me imagino, pero la policía te estará buscando por tal antigüedad como esta- No aguante más y comencé a reír. Dios este chico estaba mal.

- Se me rompió el anterior y hasta que no me pagen el sueldo no podré comprarme otro, así que mamá me regaló ese ladrillo- Le dije ignorando el hecho de porque lo rompí, se que si le digo como termine ese día me pateara la cara repetidas veces. Solamente asintió.  Cuando iba abrir la boca para decir algo mi hermana Tiffani gritó.

- ¡Esta nevando! - ¿Qué? Hace tiempo no pasaba por eso me levante corriendo de la cama y corrí junto con mi amigo hasta la ventana, miramos y era verdad.

-Hermano, tenemos que salir a tocar eso- Dijo Dylan muy concentrado mirando la escasa nieve.

- Samy ni se te ocurra salir con el brazo así- Subió mi madre, inmediatamente hice puchero, tenía que salir no todos los años cae nieve.

-Señora Lee por favor déjelo salir, prometo que no le va a pasar mas nada en su brazo u ojo- Suplicó "Mi hermano".

- ¿Prometen que nada de peleas brutales?- Asentimos.- Genial salgan hijos- Cuando pareció que se iba volvió- Ah y Dyli ya te dije soy Sarah no Señora Lee, te conozco desde que te hacias caca arriba- Dicho esto mamá salió y yo empecé a reir muy fuerte, ella era genial.

- Bueno Samy vamos, abrigate y salgamos- Me dijo tratando de salir del momento incomodo.

- Si Dyli- Respondí en tono de broma.

Luego de media hora me encontraba escondido tras de un árbol con un palo como mi arma de defensa personal. Ya que me golpearon por gusto con una bola de nieve y esta me pegó en el brazo,  vi las estrellas.  Y lo mejor que pense hacer fue esto, tomar un palo y salir corriendo. Todos se escondieron para asustarme en cualquier momento así que tengo que estar en guardia.

Odio esto de no poder divertirme sin que me duela el brazo esto es MIERDA ESCUCHO PASOS. Lentamente tomo el palo y me pongo en modo de defensa esperando algún ataque.

Hasta que Luke llega hecho bolita, se pone en posición de karate. Sonrió maliciosamente y supe que era momento de tirar mi arma y correr como si fuera el fin del mundo.

- ¡Lo encontré vamos!  ¡Esta junto al auto amarillo!- Gritó mi hermano pequeño. Me doy vuelta y tengo siete locos corriendo atrás mío, estan demasiado cerca, mi casa esta a una manzana, un poco más y llego.

- ¡Hermano te vamos alcanzar! - Grito Dylan mientras reía.

Un poco más, estoy a dos casas, corro a mi máxima velocidad y ya me encuentro en mi patio. Seguido de esto comienzo a gritar por mamá.

- ¡Mamá! ¡Me quieren matar! ¡Mamá! - Dicho esto ella salió con la escoba, en cuanto vio la situación comenzó a reir, pero cuando se dio cuenta de mi razón de correr, su rostro cambió a serio y comenzó a gritar.

- ¿Qué les dije del brazo de Samy?- Todos pusieron cara arrepentida pero no duró más de dos segundos que comenzaron a reír.

- Tenías que ver la cara mamá- Dijo Derek mientras reía como un loco.  Mugriento.

- Todos adentro ya- Mamá gritó y se dio la vuelta.

Todos menos yo entraron riendo.

- Me las van a pagar- Murmuré bastante alto para que me escuchen.

No dijeron nada solo rieron más fuerte. Idiotas tontos. A quien engaño fue divertido.

Un rato después estábamos todos con los colchones abajo frente a la estufa, tomando chocolate caliente. Si mi casa es bastante grande para que hayan ocho colchones y ocho adolescentes, haciendo relajo.

- Brindemos por más navidades como esta- Dijo Teo uno de mis hermanos.

- Así se dice hermano- Gritó Dylan.

Brindamos, esto es perfecto. La verdad no me puedo quejar.

Dos deseos de navidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora