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Pensé y pensé y ni yo mismo podía creer que estaba considerando realmente tomarle la mano y creer en su palabra.

Perdí todo orgullo hacía un par de minutos cuando me resigné a ser burlado y rechazado al confesar mi condición y no sucedió como esperaba, quizás él no fuese tan malo como creía y si él podía comprenderlo y tampoco resignarse como yo cuando me enteré hace varias semanas, ¿por qué no darle o darnos el placer de intentarlo aunque no haya éxito? Después de todo él cree en sus habilidades, y yo también quiero creer en sus habilidades, realmente quiero que tenga éxito; porque podría ser un éxito mutuo...

Primero dudé de si debía sujetar su mano y aun luego de divagar un rato terminé sujetándola con suavidad de manera indecisa, pero ni tiempo tuve de negarme o ser más firme en mi decisión, cuando, con una fuerza bruta, algo desesperada de su parte; me jaló y me tiró bocarriba en la cama, y con una agilidad de gato se subió sobre mí con las piernas y brazos a cada lado de mi cuerpo, me sentí encerrado. Sus movimientos rápidos y firmes, no solo mostraban que era un profesional actuando en su campo, también hacía obvio el hecho de que estaba evitando que lograra procesar la situación con la mente fría y decidiera arrepentirme.

La mitad de su camisa estaba desabotonada, para cuando estuvo finalmente sobre mí; se le vía el pecho casi por completo y tuve curiosidad de ojear como eran las zonas que aún se escondían bajo la negra camisa y aproveché la oportunidad para esconder mi aura de virginidad y no mirarlo a la cara; solo enfocándome en su cuerpo.

De pronto acostó mi cabeza sobre la cama con firmeza y su terrible y despreciable complejo de superioridad me abrazó, me miró con desprecio o al menos así parecía desde aquel ángulo y la manera en la me tomó de los hombros para mantenerme quieto (aunque estuviese paralizado) me gritó que quería hacer esto con sus propias reglas. No me molestaba que usara su experiencia o sus propios gustos en mí; un completo analfabeta del sexo, pero mirarme de esa forma resultaba molesto. Si así era su estándar propio para tener sexo, era desagradable y eso me hizo brotar un enorme disgusto por él nuevamente.

Me vi forzando su agarre, pero aun gobernado de ese sentimiento, no sabía dónde tocarle o agarrarlo para no sentirme sometido por su presencia.

Era vergonzoso tocar su excitado cuerpo pequeño; tocar su piel, oler ese perfume nefastamente delicioso, sentir esas zonas de su cuerpo que se endurecían en el acto... me encontraba confundido, abrumado y molesto y odiaba todas esas sensaciones unas sobre otras al mismo tiempo.

Yoo Kihyun se inclinó sobre mi cuerpo, y movió sus manos acariciando con algo de firmeza mis brazos y los costado de mi abdomen; quizás para mantenerme donde él quisiese o eso creí, porque aunque pareciera que me tenía preso, su peso sobre mi cuerpo no era muy diferente del de un chihuahua. Su espalda se curveó hacía abajo y todo su pecho se frotó contra el mío, cerré mis ojos casi automáticamente y contuve la respiración (por alguna razón); percibí todo su relieve pectoral casi tan claramente que podía imaginarlo y detallar cada aspecto sin siquiera verlo.

Su aliento recorrió todo mi cuello y sentí su respiración contra mi piel como si se tratara de un viento tempestuoso, su respiración no era cálida y su gélido aliento golpeó todos mis nervios en esa zona, eso me desesperó... aun no sabía si él ya estaba excitado o si aquello era un método; pero los sonidos que dejaba escapar de sus labios y que para nada eran palabras, sino la comunicación general durante el sexo, me hacían sentir devorado por él.

En cada movimiento me sentía más pequeño, más inútil y más impotente de lo que ya era, deseaba tirarlo de los negros cabellos, ponerlo a él contra la cama y dominarlo, hacerlo ofrecerse a mí, quería que sintiese lo mismo que yo sentía justo ahora estando bajo él, hacerlo sentirse; oprimido, inútil, inferior, diferente a lo que siempre mostraba ser y a todo lo que me desagrada de este enano.

ADDICTED [Showki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora