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— ¿Te duele? — Respiró Kihyun con algo de picardía en su tono sin dejar de masturbarme la erección sobre el pantalón. Gemí inconscientemente con la vista puesta en el movimiento de sus manos en mi entrepierna y algunas veces embelesado por el rosados de sus pezones que tan cerca de mi cara se me escapaban por el rabillo del ojo, no sabía hasta dónde íbamos a llegar, para mí esto podía ser suficiente... creo.

Finalmente él dejó caer su cadera sobre la cama, para entonces mis piernas ya no tenían la fuerza para sostenerme y mi cuerpo cayó sobre el suyo al mismo tiempo, aunque intenté no dejar caer todo mi peso en él. Mi cuerpo estaba caliente y pronto me vi sacándome la camisa con ayuda de Kihyun. Era complicado porque no hallaba forma de alejarme voluntariamente... creía que, tal vez, si me alejaba todo terminaría, quizás esa cercanía era la única y delicada razón que excusaba la situación en la que nos encontrábamos, no era así desde luego...

No sabía dónde indicarle para que tocara ahora que Kihyun parecía esperar indicaciones de mí, quien ni siquiera sabía si aún debía responderle la pregunta que parecía retórica.

Yoo Kihyun movía sus manos por todo mi cuerpo y contorneaba con los dedos cada hendidura entre cada músculo, siempre volviendo sus manos a mi virilidad, a masturbarla, sostenerla y frotarla contra su propia erección. Parecía que su trabajo no solo era tener sexo, ese término podía involucrar el hecho de ser placentero o no, pero lo que Kihyun estaba haciendo era completamente diferente de ser un compromiso o de tener beneficios por ellos, que era lo que cualquiera podía esperar después de saber cómo llegamos a esta situación... pero esto no era eso...

Sujeté de la nuca a Kihyun llevando una mano a nuestras erecciones y hundí mi frente en su cuello y nuestros sudores se mezclaron, quería ayudarle, pero Kihyun alejó mi mano sujetándola con la otra y eso me desconcertó.

¿A caso no era mutuo? ¿Por qué tenía que ser de esa forma? Se supone que estoy sobre él y puedo sujetarlo de pies y manos si me place, pero él aún tiene el mando; Que irritante era...

Tan pronto como dejó de sujetar mi mano, volví a intentar tocarlo, pero esta vez lo sujeté con firmeza desde la nuca y arremetí con mi mano para ocuparme yo mismo, esta vez sí había logrado apartar su mano y ahora con las manos sueltas me abrazó... era un abrazo húmedo, un poco pegajoso, y extremadamente delicado, impregnado de ese aroma en el que Kihyun estaba envuelto.

No era un abrazo hostigante como aquellos que producen claustrofobia y ni cariñoso como los de una pareja, era de soporte y tan solo por un instante me sentí como una columna, algo realmente necesario y superior, lo que muy pocas veces he podido sentir, pero sé que esto me produce placer. La piel se me puso de gallina con esa sensación y las corrientes eléctricas de mi cuerpo comenzaron a surgir desde lo más profundo de mi nuca recorriendo toda mi columna y rodeando mi cadera y pelvis, entonces hice más presión. De pronto escuché su risa brotar entre los gemidos y suspiros que ocasionaban los forcejeos pélvicos para darnos placer.

—Quieres tomar el control... — balbuceó para respirar un momento, estirando el cuello hacía atrás buscando aire. —Pero no eres capaz de verme a la cara mientras cogemos. — sentí como tragaba saliva y su cuerpo temblaba y se estremecía.

Aquello me había caído igual que una bomba nuclear a un paraje natural de ensueño, es decir, quedé destruido con la realidad. No podía recordar su rostro, ni cómo eran sus labios o el estilo de su nariz, ni siquiera como se había peinado, aunque ese aspecto debería estar más desbaratado que las sabanas de la cama.

Kihyun estaba siendo, por ese instante, un cuerpo sin cabeza. Y aunque no estaba sordo ni inconsciente como para no haberlo meditado mientras sus pezones se alejaban y acercaban a mi cara con cada respiración y nuestras erecciones se frotaban, no pude hacer mucho por corregir aquel defecto.

Tampoco tenía obligación con ello, pero lo cobarde no se me quitaba ni teniendo sexo y lo más probable es que me duraría un par de días más luego de dejar la habitación.

No esperé mucho cuando finalmente sentí como los espasmos pélvicos anunciaban mi climax cada vez más cerca, pero un sonido seco, como un grito ahogado que no había sido mío y la presión de esas delgadas rodillas contra mi cadera me sacaron de mis pensamientos. Dejé todo lo que estaba haciendo y la mano de Kihyun se hizo presente en el único plano visual que había tenido los últimos 7 minutos, la escondió en sus apretados pantalones donde dejó de haber ese muy remarcado bulto y al sacar su mano esta estaba llena de un líquido casi transparente que acercó a mi cara.

Nuevamente rió por lo bajo entre espasmos respiratorios y con ese mismo semen ensució una de mis manos que lo agarraban de la huesuda cadera... creo que de haber estado realmente en mi estado de sobriedad de sexo no lo habría permitido y probablemente estaría avergonzado, pero me sentía un poco: fascinado.

Era todo tan erótico y desquiciadamente agradable, que pude haberme quedado allí, estancado en la sensación y petrificado en el acto por el resto de mi vida, no tenía razones para irme, ni de pensar que esto solo era una noche de menos de 8 horas.

En el poco espacio que le permití tener debajo de mí se desabotonó el pantalón y ¿para qué explicarlo tan detalladamente? simplemente se lo quitó y lo lanzó lejos y no tenía absolutamente nada debajo de ellos.

Entre esa acción, mi mano llena de semen ajeno y que jaló hacía bajo mi pantalón junto con mi ropa interior, lo poco de mi mente que no estaba en éxtasis con el sexo terminó colapsando, no sé cómo lo habrá visto a luz de la velas, pero otra vez intenté ignorarlo, escapando a la vista de mi virilidad desnuda sobre la de él.

Su mano finalmente arropó mi erección desnuda y el escalofrió que recorrió todo mi cuerpo fue casi eterno y bochornoso y lo sentí incluso en el falo de mi pene que estaba siendo masajeado por Kihyun, su mano era tan suave, cómo podía... no parecía hombre.

Esto sí era otro nivel.

Él debió hacérselo a centenares de personas como a mí, pero realmente deseé ser el único en el mundo que hubiese tenido esta sensación de sus pequeñas y fuertes manos lubricadas de semen acariciando mi erección.

Levanté la vista de casualidad y por un microsegundo contemplé su cara y sus expresiones y no podía creer que aquello era lo que veía todos los días en la empresa, no podía creer que de verdad era el gerente de una empresa de auge mundial, ya no podía verlo ni siquiera como un prostituto... la palabra no le cabía a aquellas expresiones dedicadas y pensativas en su delicado rostro. Kihyun nunca se dio cuenta de que lo miré esa noche, probablemente la oscuridad de la habitación con las luces de la ciudad de noche entrando por el gran ventanal y las velas que estaban acabándose poco a poco pudieron haber distorsionado mi percepción del escenario, pero aun así me gustaría jurar y me siento seguro de decir que ese era el verdadero Yoo Kihyun de todos los días, y que el jefecito mandamás era solo una faceta.

Entre tanto pensamiento, Kihyun había tomado el control nuevamente y se había dado la vuelta... de hecho no sé ni cómo se giró, cuando volví en mí ya tenía los ojos clavados en su columna alzada y su mano dirigiendo la mía, cubierta de semen hacía donde nunca pensé que llegaríamos.

La noche ya había durado demasiado.

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¡Actualización finalmente! gracias por la espera.

ADDICTED [Showki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora