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—Vaya, Vaya. — Bramó Changkyun con una sonrisa picarona, viendo desde el sofá de la sala como entraba a las 9:40 pm. — No fuimos a trabajar y llegamos tarde. — me recibió con una sonrisa de sorpresa y burla, postrándose enfrente de mi con las manos en la cadera.

Reí ante la expresión alegórica que usó.

—Hyung me abandonaste en la oficina. — Dijo intentando fingir un puchero, pero se notaba la burla en su tono. Caminó a hacía mí y me ayudó a sacarme todo encima, sin embargo, cuando se lo di solo tiró todo en un rincón y lo apartó con el pie, lo que ignoré solo para mantener el ánimo que traía.

Precisamente no había salvado al mundo como para tener la satisfacción interna con la que llegaba en ese momento, pero sentía que había rejuvenecido 10 años en unas cuantas horas. Sentía que por primera vez en mi vida podía con el peso del mundo. Changkyun igual de entusiasmado me empujó y jaló hasta la sala para contarle la razón de llegar con este semblante que pocas veces en los últimos años había tenido.

La verdad no todo el día fue perfecto, pero fue de esas pocas veces en la vida en las que el ánimo del día no iba en picada conforme avanzaba, como normalmente suele pasar... Entonces ¿Qué me ponía tan feliz? Ni siquiera se lo conté a Changkyun, pero esa mañana cuando Kihyun frenó el carro con fuerza en plena carretera solo para hacerme aquella propuesta, no precisamente todo salió de maravilla, ni siquiera se había detenido en el semáforo y de lo ensimismado de que estuve ignoré, por unos segundos, la catástrofe que ocasionó, hasta que una patrulla policiaca nos sacó de allí y remolcó el carro con ellos.

Un vehículo que venía detrás de nosotros logró detenerse cuando su parachoques, golpeó con la parte trasera del auto de Kihyun; otro quien cruzaba en la intersección se desvió para evitar el choque, trancando el paso y uno que venía en dirección contraria se metió por el carril equivocado provocando el embotellamiento de dicho carril y esto mientras que otros dos más se fueron en hilera contra un poste; para acabar la catástrofe, un motorizado acabó debajo de un camión de agua al cual se le volcó todo el contenido, de casi 10.000 litros de agua, sobre los demás autos cercanos.

Y ahí nos encontrábamos, Kihyun y yo, sentados uno al lado del otro, en la celda de una estación de policía a eso de las 8:45 am esperando ser liberados. No nos encontrábamos muy conversadores la verdad, ya que Kihyun parecía estar más tenso de lo que yo podría estarlo y no lo entendía, su expresión seria, postura rígida, al menos él podría pagar la fianza y salir impune de todo el desastre ¿a mí? A mí la verdad me valía madres; para ese momento llegué a creer que era el punto más bajo del día del que uno no puede salir tan fácil ileso.

— ¿Por qué estás tan tenso? — me quejé notando como me vio de reojo. Me apoyé de mis codos sobre mis piernas. —Al menos tú puedes salir de aquí fácil. — señalé, frustrado de llevar viendo aquella expresión por más de una hora.

— ¿Y tú? — dijo en voz baja con la expresión seria.

— ¡A la mierda conmigo! — articulé palabra por palabra abriendo y cerrando los brazos y cruzando mis piernas como el puto dios de la celda. Hablaba enserio, desde que me subí a aquel auto no esperaba nada del día, capaz estar en prisión resultaba lo más decepcionante y excitante del día, tenía sentimientos encontrados, la verdad con Kihyun nada nunca podía salir bien y eso me irritaba más que estar en prisión.

Lo vi relajarse un instante, creo que no hay nada que alivie más la tensión que saber que el afectado por acciones ajenas, no está tan afectado.

—Nunca me dijiste si aceptabas que fuésemos amigos. — Este hombre... Realmente no era el momento, el día, la vida o si quiera la persona correcta para hacer la propuesta por segunda vez.

ADDICTED [Showki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora