Capítulo 4

255 32 1
                                    

Cuando llego a casa cenamos y hablamos de esto y de aquello. Mi madre aún sigue preocupada. No la culpo, yo también en cierto sentido. Les cuento que Audrey hará una fiesta esta noche y tengo ganas de ir. Dudan un poco en si darme permiso o no, pero cuando les digo que puedo quedarme en su casa y así no hay peligro de que pase lo mismo aflojan un poco la sobreprotección de padres asustados.

Me voy a mi cuarto. Me visto con una polera rayada que dice "don't look at me with pity" y unos jeans negros. Uso los tenis con diseño militar y una sudadera gris jaspeado. Pinto mis uñas de color negro, espero que se sequen y aliso un poco mi pelo.

Como son alrededor de las siete de la tarde y esta oscuro, mi padre decide ir a dejarme. De alguna manera se lo agradezco.

El tamaño de las casas de Nueva Astúrjiar nunca deja de sorprenderme. Es bastante notoria la diferencia entre un lado y el otro. Toco el timbre.

-¡Sarah! - me dice abriendo la puerta Audrey - Llegaste temprano.

-Ni tanto - respondo - Falta cuánto ¿Media hora para que sean las ocho?

Se ríe un poco y me invita a pasar.

Al entrar veo iluminación de todos los colores, también hay máquinas de humo, las que hacen que se vean el haz de luz. Camino un poco más para investigar qué cosas hay. En el comedor sigue estando la gran mesa rectangular de toda la vida, pero las sillas no están por ninguna parte. Está cubierta con un mantel plástico blanco y encima hay mucha comida, bebidas y alcohol.

-¿Te gusta? - pregunta - me esforcé bastante.

Asiento con la cabeza.

-¿Para qué el alcohol?

-Para curar las heridas - me responde arqueando las cejas y cruzándose de brazos - para tomar, claramente.

Hago una sonrisa torcida resoplando un poco.

-Acompáñame al patio trasero - me agarra del brazo - te encantará.

Cuando llegamos me maravilla todo lo que veo. Hay una terraza circular con techo adornada con luces blancas. Las siguen las ramas de una enredadera de color verde oscuro que hace un contraste con la nieve que cubre el pasto el que se nota solo un poco y en algunas áreas. Hay sillas de tela fuera de la terraza con unas mesitas que tienen unas velitas arriba de esta.

-Está muy lindo la verdad - digo - pero, ¿para quienes es esta parte de la casa?

-Para los enamorados - me dice sonriendo - por favor, Sarah somos seis cursos en el paralelo y están todos invitados. Es un hecho que van a haber personas que se gusten.

-¿TODOS? - abro los ojos como platos y calculo rápidamente en mi cabeza - pero Audrey serían casi doscientas personas ¿No es demasiado? ¿Y tus padres que dijeron?

No sé para qué hago la segunda pregunta, si la conozco. Ríe de una manera un poco cómplice. Quizás dónde están los padres ahora.

-Andan en Nueva York - dice - Si ellos me dejan sola, de alguna manera tengo que compensar mis momentos de aburrimiento.

Me río un poco. Entonces supongo que no debería preocuparme.

Empiezo a ayudarla con algunos detalles, como colgar la bola de espejos en la sala de estar, o poner la música en el reproductor para que vaya hacia los parlantes repartidos en la casa. Afuera ponemos otro tipo de música para armonizar con el espacio.

-Listo - dice golpeando sus manos - Va a ser una buena fiesta - me mira - Te lo aseguro.

-Tus fiestas siempre son buenas según me dicen - digo.

Jóvenes Supervivientes: Génesis [EN EDICIÓN x CREADORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora