Capítulo 28

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Luego de como dos horas caminando, llegamos a algo más como un bazar que un supermercado, pero está bien, ha sido de ayuda. He llenado el bolso de Erick de únicamente comida empaquetada en bolsas, y el mío tiene suficiente cantidad de latas para que el peso no me estorbe; muchas de las latas son de comida para perro, y las otras son de frijoles o frutas dulces. Brian llenó su bolso con cosas parecidas a las mías.

Como Erick es más pequeño no tendrá que hacer guardia, por ende, nos repartiremos las noches de desvelos, entre Brian y yo. Esta vez fue mi turno y fue decidido mediante un bien realizado y para nada infantil piedras, papel o tijeras al mejor de tres. Perdí las dos primeras de las tres y no fue necesario continuar.

Debería despertarlos, estamos en peligro si es de día, pero debemos movernos antes de que se ponga todo más caluroso y se nos dificulte el paso gracias a eso. Me levanto y camino hacia dentro de la bodega en la que ambos están durmiendo, apenas Totto me siente, se estira y mueve junto a mí. Muevo el hombro de Brian y él se levanta moviéndose velozmente como si hubiera estado solamente cerrando sus ojos.

-Son las ocho de la mañana – digo para calmarlo. Una de sus manos va a hacia sus ojos y se los restriega con fuerza – Debemos irnos antes de que sea demasiado tarde y los maniacos se vuelvan peor.

-Si – responde – tienes razón ¿Tienes el mapa?

Saco el bolso de mi espalda y busco el mapa de papel que traigo conmigo. Él lo recibe, lo desdobla hasta que se vuelve del tamaño de una alfombra pequeña y con su dedo intenta buscar el lugar en el que estamos.

-Ahora mismo estamos en el estado de Michigan y debemos llegar hasta Texas – sus cejas casi rubias se levantan mientras sus ojos se abren un tanto sorprendidos – Estamos bastante lejos. La ciudad más grande que tenemos cerca es Milwaukee y seguimos estando casi cuatrocientos kilómetros al norte. – se detiene unos segundos para observar de mejor manera – Podríamos seguir la ruta cuarenta y uno, así no tendríamos que entrar en ciudades a menos que lo necesitemos. Luego tendríamos que desviarnos por la veintiséis a las afueras de Oshkosh y después...

-Ya entendí – lo corto en seco – Bueno, no... no lo hice, pero sé que llegaremos hasta allá si te hago caso, así que no me expliques y solo hazlo. Porque no entiendo casi nada, no conozco este país.

Sus ojos me miran y me sonríe un poco burlesco, pero en un buen sentido.

-Es casi un mes de viaje a pie si no contamos las paradas para dormir y lo que sea – me dice – necesitamos un vehículo o no llegaremos jamás.

Siento como mi mandíbula se cae hasta el suelo, pero la cierro enseguida

-Si – digo – lo necesitamos.

Acaricio el cabello de Erick para despertarlo y de a poco sus ojos se comienzan a abrir mientras limpia al lado de su boca, por su mejilla con la manga de su polerón. Busqué por todo el bazar unos vaqueros para él, no es bueno que esté todo el tiempo, día y noche con pantalones cortos. Y para mí, solo busqué una sudadera nueva, no quería estar todo el tiempo con una mancha de sangre en todo el abdomen.

-Debemos irnos – le digo – y hay que caminar harto.

-Tengo hambre – me dice.

Le pego una sonrisa, para enseguida levantarme y salgir de la bodega hacia la parte donde están todas las cosas. Voy al piso en el que pillé la comida empaquetada y tomo tres paquetes de las mismas galletas y tres jugos en cajita de sabor durazno, luego me dirijo hacia el pasillo de los animales y cojo una lata más de comida para Totto, sería idiota si ocupara lo que guardamos anoche estando en un lugar con todas esas cosas. Dejo de hacer cualquier tipo de movimiento cuando siento algo caer en el suelo unos cuantos pasillos más al fondo, y seguido de eso, un pequeño quejido de parte de lo que parece ser un maniaco. Con las seis cosas en mis manos vuelvo hacia la bodega sin si quiera hacer un sonido con mis pies, gracias al cielo que mis zapatillas tienen suela de plástico y no suenan con cada pisada que doy. Cruzo hacia donde se encuentran mis tres compañeros y rápidamente guardo todo en mi bolso, haciéndolo entrar como se pueda. Miro a Brian y le digo susurrando "hay uno allá afuera", sus ojos se abren de par en par y en acto seguido dobla el mapa casi arrugándolo y lo mete en la mochila de Erick, se levanta, se pone su bolso y ayuda a Erick a arreglarse. Lo toma de la mano y espera. Enredo la correa de Totto en mi mano izquierda y vuelvo hacia la puerta; en cuclillas camino lo más lejos que puedo de donde se supone que escuché al maniaco; si lo evito no será necesario hacer nada estúpido. Al llegar al extremo del pasillo más cercano de la puerta de salida echo un miro hacia donde se supone que debería estar, no lo veo, pero si lo escucho dar unos pasos. Me acerco lo más despacio que puedo al ventanal sin que él o ella se percate de mí; con mucho cuidado abro una de las ventanas y salgo por esta, luego Brian levanta a Totto y me lo pasa, hace lo mismo con Erick y yo los recibo a ambos, uno primero y luego el otro, para finalmente salir él sin ningún problema. Nos alejamos lo suficiente y por fin puedo relajar todos los músculos de mi cuerpo.

Jóvenes Supervivientes: Génesis [EN EDICIÓN x CREADORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora