Capítulo 7

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Tengo mucha hambre.

Está amaneciendo el tercer día desde que todo esto comenzó. Hasta ahora no hemos tenido problemas con falta de agua, ya que nos paseamos del baño al aula y del aula al baño. Si bien no hemos podido hacerlo seguido, con unas dos veces al día es suficiente para no deshidratarnos, pero la comida es otra historia.

A la mañana siguiente de haber peleado con Anne, a Audrey se le ocurrió la idea de que; si había alguien con algo para comer, lo juntáramos y lo repartiéramos entre todos. No fue mucho para ser honesta: tres manzanas, dos paquetes de galletas individuales y un sándwich; Lo repartimos entre veintitrés... Eso no puede saciar el hambre para nada.

Algo que no ha faltado, son las peleas. Desacuerdos por sobre qué hacer; si quedarnos aquí, esperando a que alguien venga; bajar hasta el comedor de la escuela y sacar lo que necesitemos; o simplemente que cada uno decida lo que quiere hacer de ahora en adelante. Y esta última al parecer es la que más va ganando, pero nadie se ha atrevido a salir del salón sin que sea para ir a los baños y luego volver.

He dormido a ratos. Mis ojos no se quedan pegados por mucho tiempo a pesar de tener mucho sueño y estar decaída por la falta de comida.

Mi portátil ya no tiene batería, dejó de funcionar como a las siete de la tarde de ayer y desde ese momento ya no tengo idea de la noción del tiempo.

-¡Tengo hambre! – escucho exclamar a Audrey – Maldición, estoy a tres segundos de empezar una masacre caníbal – Caroline se la queda mirando con los ojos muy abiertos y Chris ríe, sin muchas ganas, pero ríe.

-Yo también – susurra Anne al lado mío soltando una sonrisa.

-¿Vamos al comedor de la escuela? – le pregunto – No quiero que te comas alguno de mis dedos. Gracias...

-Es que – arruga la nariz – Si vamos puede que no funcione y bueno... Ya sabemos de lo que son capaces esas cosas.

-Pero si no me mata uno de esos locos, entonces moriré de hambre – digo sin titubear. Sus ojos claros me miran fijamente un tanto preocupada – Pero si es verdad, si no me muero aquí, me muero afuera, y prefiero intentar no morirme o al menos no de hambre.

-No, si tienes razón – desvía la mirada – solo estoy pensando.

Me levanto y voy hacia donde está Audrey.

-Si escuché lo que hablaban – me responde antes de que llegue.

-Que metiche – escucho decir a Anne. Tiene razón.

-Si, perdón – dice – pero Sarah, yo iría en la noche. Por si no te diste cuenta pareciera que en la noche es como sí durmieran.

Si lo había notado.

-Pensé en eso, yo digo que salgamos de aquí como a las ocho de la noche, y vayamos al comedor. Pero no todos, si vamos todos, nadie va a volver.

-Jamás en mi vida creí que diría algo como esto, pero – se nos une Chris a la conversación – necesitamos un plan, y uno muy bueno. Uno en el que dentro de lo posible todos lleguemos sin problemas.

Pasamos horas hablando sobre un supuesto "plan". Solo espero que funcione. Mientras tanto hay que esperar. Solo esperar a que caiga la noche.

Un grupo de cinco personas irá primero hacia el comedor de la escuela y traerá toda la comida que encuentre y que pueda traer. Diez minutos después otro grupo cinco personas se dirigirá hacia el armario de la escuela para conseguir mantas, o algo que pueda mantenernos abrigados por las noches. Cuando el primer grupo vuelva saldrá otro grupo con cuatro personas a buscar lo que haga falta para la comida; Chris dijo "por ejemplo, una olla por si el primer grupo encuentra algo de arroz crudo". Y habrá otro grupo al que Audrey llamó "por si acaso" de cuatro personas que debe esperar a que todos vuelvan, revisar lo que hay, e ir en busca de lo que haga falta, sea algo relacionado con la comida, relacionado con las mantas o incluso, relacionado con el baño.

Jóvenes Supervivientes: Génesis [EN EDICIÓN x CREADORA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora